Tierra Y Sangre - Los cristales del portal oscuro

capítulo 5: El tan esperado torneo

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El tan esperado torneo

Jageth ya había llegado al lugar donde se supondría que se inscribiría para el torneo, se puso en la fila detrás de un muchacho, aun llevaba aquella mochila con la cual viajaba, vio que los jóvenes que le antecedían solo llevaban la ropa que traían puesta sin armaduras ni armas, al costado de la mayoría de los que se inscribían había un hombre mayor hablándoles, quizás eran sus padres, apoderados, patrocinadores o entrenadores. Rompiendo el silencio de manera improviste se oyó el sonido de un cuerno.

______ ¡Ya va a comenzar! ______ dijo el joven que se encontraba delante de Jageth.

______ ¿Qué? ¿Ya va a empezar? ______ dijo Jageth sorprendido______ pero todavía no me he inscrito.

______ Aun nadie se ha inscrito ______ dijo el mismo joven.

______ Pero, entonces…

______ En esta primera fase, solo los que vencen son inscritos______ respondió el joven ______ así pasan a la siguiente fase. En conclusión, la primera es libre, cualquiera puede participar, siempre en cuando tengan entre 15 y 25 años, también que estos no tengan hijos, ni compromisos de matrimonio formales.

______ Entiendo, de esa manera no podrían utilizar el torneo para algún pretexto y evadir responsabilidades, pero ¿Qué se lleva el que gana? ______ preguntó Jageth.

______ Dicen que hay un premio muy tentador, que cambiará radicalmente su vida ______ respondió el joven muy elegante______ mi nombre es Kein, Kein Hervisto, mucho gusto. ______ le extendió su mano para estrechársela.

Cuando alguien te dice su nombre es cortes que inmediatamente le responda dando el tuyo.

______ Mi nombre es Jageth Aldariuz y es un placer ______ dijo, luego pensó ______   “rayos le dije mi nombre apellido real, ¿se habrá dado cuenta?”

______ El placer es mío Jageth Aldariuz. ¿Aldariuz? Creo haberlo escuchado antes ______  Kein pensó por unos segundos ______  debí haberme confundido o tal vez no, pero la realidad es que ahora se me es confuso.

______ Que tengas suerte Kein ______ dijo Jageth un poco nervioso tratando de cambiar de tema rápidamente para sacar esa interrogante de su cabeza antes que la pueda descubrir.

______ Suerte los conejos, que se cuide el que se enfrente a mí ______ respondió con un humor peculiar, alardeaba.

Jageth se rio, para luego reír los dos, que al parecer se hacían nuevos amigos, se estrecharon las manos, luego se quedaron en silencio para, desde donde estaban, apreciar los combates que se llevaban a cabo, aunque desde donde se encontraban no se veía muy bien, sin embargo estaban muy atentos.

Jageth estaba muy emocionado ya que pondría a prueba su entrenamiento anterior. La larga fila poco a poco se hacía corta, ya faltaban pocos para que le tocase al joven aventurero, cada vez más cerca el muchacho pudo notar mejor el lugar donde se realizaban los combates, era una plataforma de un metro por encima del suelo y rodeándola una cerca que se distanciaba a unos 2 metros de la plataforma, de esta forma el publico espectador estaba controlado, el joven seguía mirando, al otro extremo de la fila donde se encontraba, había otra fila de jóvenes. Jageth podía ver mejor los combates a medida que avanzaba y al verlas comenzó a entender mejor las reglas. Los combates eran uno contra uno, cuando uno de los combatientes caía inconsciente o estaba sin posibilidad de moverse o se rendía, había un hombre que hacía de juez o réferi, vestía de cuero y él gritaba el nombre del que venció, otro que se sentaba al lado de la puerta, pero dentro de la cerca lo escribía en un cuaderno que tenía sobre una mesa. Y dos hombres más en cada puerta de ambas filas, los cuales eran muy altos y fuertes, hacían pasar a los siguientes participantes.

Subió a la plataforma uno de la fila de Jageth y de la otra de enfrente, los que cuidaban las entradas, entregaban a cada uno una vara de madera.

Ya en la plataforma empezaron con el combate, los participantes peleaban muy bien, pero ganó el de la otra fila. Esta vez le tocaba a Kein, fue muy rápido, el nuevo amigo de Jageth envistió a su rival apenas entró y lo dejo inconsciente de un solo golpe.

______ ¿Qué tal estuve? ______ preguntó Kein, riendo, a Jageth

______ Fue muy rápido, no pude apreciar todas tus técnicas ______ le respondió.

______ De eso se trata, tienes que vencer a tu rival en el menor tiempo posible sin la necesidad de mostrarle todas tus técnicas por eso es que soy imparable ______ dijo Kein y se alejó de la multitud riendo despidiéndose de Jageth en voz alta ______ nos veremos luego Jageth.

El momento tan esperado había llegado, ya era el turno de Jageth, uno de los que cuidaban le entregó la vara de madera del tamaño de Jageth, el medio y los extremos estaban forrados con cuero, seguramente para evitar que se astillaran y causaran heridas grabes, aquella vara era su arma, era un juego limpio, aquel palo le iba a servir para el ataque y la defensa, claro si sabia utilizarlo, todo dependía de la astucia del participante, aunque cuando lo pensaba bien, a Kein no le sirvió de mucho esa vara, ya que utilizó su cuerpo y su fuerza para quedarse con la victoria.

Los que le entregaron la vara le explicaron antes que suba a la plataforma que: su oponente perdía si caía inconsciente, si caía fuera de la plataforma o si se rendía.




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