Mi primer reacción fue de puro pánico hasta que mi pequeño cerebro hizo clic, y me dije que es solo una broma, entonces la segunda reacción fue reírme, aunque el rostro de Derek nunca dejó de estar serio. ¿Acaso sus palabras no eran una simple broma?. Entonces la tercera y última de mis reacciones fue enojarme ¿cómo se atrevía a decirme eso? Y esa postura de mafioso que tomo. Éramos prácticamente desconocidos.
El cartel de mi oficina en el que en grandes letras negras decía que no se permitían malas palabras podía desaparecer para siempre, porque las siguientes palabras que salieron de mi boca no estuvieron ni cerca de ser buenas.
--¿Qué carajos estás diciendo, Derek? No puedes ayudarme, nadie puede—Mi cuerpo salió disparado de mi silla y mis manos dieron un golpe seco en el escritorio.Okey. Estaba enojada. Y por primera vez en mi vida no negué a John con alguien de nuestro entorno.¿Qué estaba sucediendo con el hombre frente a mí? Su rostro no mostraba ningún signo de estar bromeando --Lo único que puedes hacer para ayudarme es fingir ser mi novio--Solté sin pensar y su respuesta dejó muy en claro que iba en serio. Se recostó sobre el respaldo de la silla y me dio una mirada desafiante.
O yo ya estaba en un punto donde mi cabeza comenzaba a imaginar cosas.
--Si eso es lo que quieres, entonces acepto. Se lo que tú y Gabriela hacen con los jugadores -- Mi sangre se enfrió y mi corazón le agradeció a Derek no hacer pausas dramáticas que me llevarían a mi temprana muerte. -- eso de crearles noviazgos falsos.
Mi pobre cerebro estaba por colapsar. Estaba ofreciendose como mi novio falso y a la vez me estaba diciendo que sabía todo sobre los noviazgos falsos. Esto no puede estar pasando
Esas palabras no podían estar saliendo de su boca.
Traté de mostrarme sorprendida y confusa por sus palabras, pero de todas formas él ya lo sabía. No podía hacer nada para cambiar lo que él sabía, a menos que haya alguna forma de borrarle la memoria. Derek sabía lo que ningún jugador de hockey de este equipo debería saber. Esta información que tenía podía hundirnos.
--No te estoy entendiendo, Derek—. Mi intento de sonar confundida falló completamente y su rostro siguió impasible.
--Gabriela una vez mencionó que le suele buscar novias falsas a sus jugadores problemáticos--Siguió Derek y sólo pude cruzarme de brazos, las palabras que salían de su boca son ciertas, pero no parecía tener la historia completa de los noviazgos falsos para jugadores de hockey. Por ejemplo, que no eran novias falsas, eran modelos a las que se les pagaba una buena suma de dinero para que mantengan a los jugadores con la cabeza en el juego. Esto no era como en los libros, los jugadores eran cruelmente engañados. No había un acuerdo entre jugador y modelo, sino que el acuerdo era entre la representante y la modelo. Y lo peor de todo es que equipos como este estaban de acuerdo en hacerles esto a sus jugadores con tal de ellos poder conseguir la copa al final de la temporada.
Si los jugadores se enteraban de este plan siniestro, porque era eso, un horrible plan, perdíamos nuestros trabajos.
Y que Derek siendo un jugador, lo sepa, era peligroso.
Mi trabajo corría peligro.
Nunca estuve de acuerdo con ese plan y nunca intenté hacerlo, es por eso que la mayoría de mis jugadores tenían una mala reputación y miles de periodistas atrás cada vez que salen, pero prefiero miles de veces pagarles a ellos para que borren las fotografías que buscarle una pareja falsa a mis jugadores.
No se puede jugar así con los sentimientos de las personas.
Pero debía hacerle creer a Derek que estaba equivocado o perdería mi trabajo para siempre, porque si esto sale a la luz, no podría trabajar ni para los vaqueros de mi pueblo.
--¿Eres un jugador problemático, Derek?
Eso fue lo único que pudo salir de mi boca. Lo cierto es que nunca fui buena mintiendo, no sabía cómo hacerlo, por eso nunca pude ser una adolescente rebelde porque principalmente nunca podría mentirle a mi madre, nunca sentí el miedo de que mis padres me atraparan por algo que no debía hacer. Nunca nos prohibieron nada, entonces éramos libres de hacer lo que quisiéramos y teníamos esa confianza y comunicación con mis padres que no tuve necesidad de mentir. Fue así por un largo tiempo.
Hasta que conocí a John.
Con John había aprendido a mentir y especialmente a mentirle a mis padres.
Ya no era una buena hija. Había dejado de serlo desde el primer momento en que comencé a mentirles y ocultarles mis problemas, así que si por todo este tiempo les hice creer que John era el novio perfecto, podía mentirle a Derek para salvar mi trabajo.
Pero, ¿quería salvar mi trabajo?
--No, no lo sé, Ivy-- Su respuesta salió apagada--. Solo quiero jugar.
--No necesitas eso para jugar— hablé y soltó una risa amarga—. Créeme, no quieres eso.
--Yo no, pero los demás...--Se levantó de su lugar y caminó hacia la puerta—. No lo entiendo. ¿Hay algo malo conmigo? Es por ser el nuevo --Su voz salió llena de amargura, podía ver como estaba sufriendo por su carrera.
Pensando en mí.
Mi carrera.
¿Quiero seguir con esto?
Tal vez Derek era mi salida hacia lo que quería hacer con mi futuro.
Él tenía claro lo que quería para él, que era seguir jugando y más de una persona sabía que, en la situación en la que se encontraba, no mostraba posibilidades de seguir jugando si seguía así. Necesitaba a alguien que cuidara su imagen y Gabriela ya no lo estaba haciendo.
Y yo necesito a alguien que me muestre por qué quiero este deporte.
Pero, ¿por qué yo? ¿por qué me quería a mí para eso? ¿Y por qué queria ayudarme a mí? Sí, esto lo beneficiaba pero no hacia falta que me ayudara. O si. Él no dijo que quería que le buscara una novia, sino que me pidió a mí que lo sea. Pero no me animaba a preguntarle eso en voz alta, no era lo suficientemente valiente.
--Derek-- lo llamé y fui tras él cuando no se frenó a escucharme—. Escuchame, no eres el problema y tienes que creerme cuando te digo que no me necesitas--—Mi agarre en su brazo hizo que tuviera toda su atención puesta en mí, multiplicando mi nerviosismo—No a mí. —Remarqué mi ultima palabra.