Diana:
Cuando Kiko llega a mi casa, veo como si estuviera preocupado, a pesar de intentar ocultar su preocupación bajo una apariencia alegre,
presiento que esconde algo detrás de su espalda, intento acercarme para ver de qué se trata. Bromeamos un rato hasta que veo como saca de detrás de su espalda un ramo de flores y bombones de chocolate.
No puedo creerme de que Kiko sea tan romántico.
Sí, lo quiero mucho y no me privo de abrazarlo y besarlo.
Pasamos toda la tarde hablando, viendo películas pero mitad de una de las películas, Kiko recibe una llamada de Yeray. Al pronunciar el nombre de mi hermano comienzo a preocuparme, llego a escuchar un poco la conversación, al parecer él va a quedar conmigo porque unos matones entraron a casa de mi hermanito, por suerte él está bien.
Por un momento me echo a llorar pensando que si le hubiera ocurrido algo malo a Yeray , me moría de dolor, él es mi otra mitad y no quiero pensar de que si lo hubiera perdido me mata de la angustia tan solo de imaginármelo.
Siento que me falta el aire en el pecho, es cómo si necesitara oxígeno para poder respirar, Kiko me habla mientras yo intento respirar con normalidad, me trae una bolsa me hace coger y soltar aire dentro de la bolsa. Así estoy unos minutos hasta que siento como mi respiración ya ha vuelto a la normalidad. Él, preocupado me consuela en entre sus brazos llenándome de paz y tranquilad.
Cuando estoy en sus brazos, así es como me siento. Protegida y amada por él, sus labios se rozan con míos. Lamentablemente el momento tan mágico se acaba cuando lo avisan de que tiene el turno de trabajo cambiado y debe irse.
Con un beso me despido de Kiko quedando en que le mandaré un mensaje. Me hace muy feliz intercambiar mensajes con él. Sólo una palabra suya hace me pone contenta.
No quiero preocuparlo, ahora que sé que mi hermano está bien, no tengo nada de que preocuparme.
Cuando salgo de la ducha escucho el ruido de una moto. Me asomo a la ventana y veo que se trata de Derek, sin entender cómo es que él está aquí , bajo a la calle para hablar con él pensando que le ha ocurrido algo malo a mi hermano.
Me pongo nerviosa , rápidamente le pregunto a Derek por mi héroe.
—Derek ,¿Le que ha pasado algo malo a Yeray?– me mira con esos ojos hipnóticos como si me desnudara el alma.
—Hermosura ,tú hermano está bien, ahora preciosa quítate esa cara de preocupación —Al escuchar eso, me siento más aliviada ,y me preguntó a misma para que habrá venido a visitarme, supongo que querrá verme.
Cuando estoy pregúntale por mí hermano él me interrumpe.
— Diana, quiero invitarte a dar una vuelta en mi moto –No quiero ir ,me apetece estar en casa por si acaso mi hermano me llama.
—Gracias por invitación pero hoy no tengo ganas de salir— Se queda mirándome fijamente algo desconcertado.
—Anda hermosura, te juro que te va a encantar el sitio donde te voy a llevar el cual es una lugar muy especial para mí , venga preciosa te prometo que estarás temprano en casa di que sí – Al parecer es muy importante para él por ello decido salir con él.
—Acepto tu invitación , nos vamos ya, antes de que me arrepienta– Me guiña el ojo sonriéndome con afecto.
En este momento me encuentro montada en su moto notando como la brisa me golpea mientras noto cómo mi pelo se va pegando en mi frente .
Cuando llegamos a un lago al bajarnos de la moto, comenzamos a caminar hacia a una roca, donde me siento cerca de un pequeño arroyo. Derek se sienta junto a mi, veo me observa con esa sonrisa que puede derretir a cualquier chica. Sin duda es hermoso y muy buena persona.
Con cuidado él me agarra la mano, se acerca un poco más a mí, veo que ahora me mira con lujuria, intento alejarme de él pero será imposible porque me está besando con necesidad.
De pronto me aparto de él, Derek clava sus ojos en mí, me quedo mirándole como brillan en mitad del atardecer, estamos los dos solos, no se escucha nada salvo el ruido de los grillos y alguna rana. Con delicadeza, Derek me agarra de mi mano, se ve que está nervioso. Y eso me gusta tanto como que me da la risa aunque estoy algo molesta por tratar de besarme.
— Diana…— Carraspea su garganta sacando algo del bolsillo de su chaqueta. — Perdón por mí torpeza pero uno no está acostumbrado hacer esto todos los días.
— ¿El qué Derek? — Pregunto mordiéndome la lengua .
— Quiero decirte que te amo Diana, desde el primer momento que nos choquemos te has convertido en mi obsesión, tu recuerdo navega por mi mente, en mi corazón está anclado todos los ratos que hemos pasado. No sabría decirte como me ha pasado esto, pero siento que si tú no estás a mi lado, mi vida no será la misma. — No puedo creerme que Derek se esté declarando. Pero…¡Dios mío! No puedo corresponderle, mi corazón pertenece a Kiko.
—Derek , no puedo corresponderte como te lo mereces porque amo a Kiko, y quiero decirte que jamás te voy a olvidar porque estoy en deuda contigo y muy agradecida por todo lo has hecho por mí – Veo que está desilusionado y frágil.
Pero a pesar de haber hablado expresando lo que sentimos, se levanta dándome la espalda. A continuación, se voltea y me sonríe diciéndome que lo entiende, que el amor es de dos y si ama a otro lo único que me puede decir es que sea feliz. Aunque le hubiera gustado que hubiera sido su novia.
En ese instante, mirándole a sus hermosos ojos siento que he arruinado nuestra amistad.
Para mí él a sido mi mejor amigo y nunca he sospechado sobre sus sentimientos hacia mí.
Pero mis sentimientos han florecido por Kiko, me gusta él.
Apenada, me pongo cerca de él con la intención de no querer arruinar está bonita amistad que tenemos.
—Derek espero que seas feliz con otra persona que si te valore y sabes, me hubiera gustado ser tu novia, pero para serte sincera, me gusta otro y tú para mí eres mi mejor amigo. Mi único amigo y por eso te quiero y te aprecio mucho. Eres un buen chico al pesar de que no lo demuestres. De verdad, te deseo todo lo mejor del mundo. — En sus ojos está empezando a llenarse de lágrimas y a mí se me parte el alma de verlo en ese estado.
Lo abrazo con cuidado pegándome a su cuerpo inhalando su perfume permitiéndome escuchar la melodía de su corazón triste. Me siento tan mal por él hasta lloro de la impotencia de no haberle correspondido a su amor.