Toco las estrellas por ti.

Capitulo 2

Hijole mano... Otra se ha enterado.

—. Mika —la voz de Alissayna se alza un poco pronunciando mi nombre. No es tan baja, pero en este momento la escucho como si fuera el zumbido de un zancudo.

Dios bendito del cielo. Existen personas lindas y Drako. Existen personas bellas y Drako. Existen personas guapísimas y Drako. Ahora me pregunto yo ¿Donde carajos he quedado? ¿En las faldas de Medussa? No, así no se vale.

—. Mika —Alissayna sacude mi brazo como si estuviera zarandeando un panqueque en el sartén. Le ignoro como hormiga. Hay que ver que una ya no puede comerse a nadie con la mirada. Que falta de respeto, la verdad.

¿Qué se necesitará para ser la novia de Drako Jones? Bueno, aparte de tetas, culo, cara de muñeca estirada, cintura de avispa, cabello rubio... Creo que nada más ¿Y adivina qué? Yo no tengo ninguna de esas características. Sólo el nada. Osea, mas simple que un huevo sin sal.

—. ¡Mika, joder! —el grito de Alissayna ahora si me saca de la ensoñación. Fue tan fuerte que por poco y me saca un tímpano.

—. ¿Qué? —gruño. Mientras, limpio con el dorso de mi mano el ligero hilo de baba que se me ha salido. ¿Qué? ¿Nunca has babeado por un tío? Te falta calle, amiga.

Alissayna observa a Drako por un momento. Esa hermosura está en todo su esplendor entrenando para el partido del martes. Nunca le ha caído bien. Le molesta cuando nos dice cuatro ojos, ratas de laboratorio, fetos de la NASA, mierda de científicos... Pero yo no le doy importancia, está bueno el condenado.

Tras repararlo por unos segundos, rueda los ojos y se gira a mirarme.

—. Pensé que habías superado esa etapa de "tengo sueños húmedos por Drako" —le observo indignada. Ella se fija de nuevo al frente, donde están los chicos del grupo de Lacrosse. Niega con cara de me decepcionas, hija —. Pero ya he pillado que no.

Drako Jones, alias "el moja bragas de medio Horthonmen" es mi Crush desde hace dos años. Me empezó a parecer interesante desde el día que se me cayó un lápiz y él lo recogió. Desde esa vez, siento que los dos somos compatibles. Sólo que él no lo sabe y tampoco es que le interese saber. Pero no importa, yo como toda enamorada se lo recuerdo en sueños. Ja.

—. Tengo la esperanza de que algún día me hable —me encojo de hombros. Fijo la vista en el sexi chico de cabellos castaños y un suspiro se me va por si solo.

Alissayna bufa como ñandú. No sé si esos animales bufan, pero bufó y ya. Se levanta de la banca y me coge de un brazo para que también lo haga, y tan cómoda que estaba. A regañadientes bajo las gradas, mirando a los jugadores del equipo de Lacrosse correr pa' ca y pa' allá. Con cada escalón que desciendo, el trasero de Drako se ve mejor, como si fuera una película en 3D. 

Una mordidita, una mordidita, a su colita.

—. Ayer lo hizo —recuerda. Acomoda sus gafas de pasta como si fuera toda una profesional. Ya sabes, con estilo de una empresaria —. Y no fue muy amable.

—.  Me pidió permiso para pasar —reprocho, apretando la corbata roja del uniforme. Me siento en la horca con esta cosa.

—. Yo no escuché un permiso como tal —llegamos a los pasillos del colegio atestado de gente. Jesús ¿Cuántas personas ricas hay en la ciudad? Está claro que la matrícula de aquí está por los cielos, y aún así entran 30 personas cada año. Me huele a mafia —. Mas bien fue un "quitate, feto de Heistein"

Su voz sonó tan deforme y grave para una mujer. Claramente fue una mala imitación de Drako.

Ruedo los ojos. 

Sé que Drako no es la octava maravilla ni la persona mas amable del planeta, pero tampoco es para que me lo restriegue cada dos segundos. Osea, jelou, derecho a la libertad de gustos hacia una persona.

—. Venga, quiero irme —cambio de tema rápidamente. Ella como buena amiga que es no dice mas nada. Y no es porque no quiera decirlo, porque sé que le pica las encías por seguir con la conversa. Es porque sabe que será inútil hacerme cambiar de opinión.

—. Yo también —concuerda conmigo. 

Llegamos a las zonas de los casilleros y ubicamos los nuestros. Me gusta las combinaciones de tonos. Para las chicas vinotinto y para los chicos negro. Es elegante y sobrio. Aparte que con las paredes azul cielo quedan de maravilla los colores.

Busco mi nombre escrito en uno y lo encuentro: Mikaela Fisher-penultimo año. Decifro la clave y lo abro. Cojo mi bolso rosa de lunares blancos y lo Cuelgo en mi hombro. Cierro de nuevo el casillero y también lo hace Alissayna.

Caminamos hacia la salida. Ya las clases habían terminado hace media hora, pero quería ver un poco a los chico entrenar. Esta bien, me corrijo: quería ver a Drako entrenar.

¡Pero viste como me tienes, sexi castaño!

Antes de siquiera pisar la acera, una cabellera rubia atada en una coleta de caballo y adornada con una cinta blanca, se atraviesa frente a nosotras. Bien, restrieganos tu belleza.

—. Hola... —Hillary nos saluda echandonos una ojeada de arriba a abajo —. Chicas.




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