Todas las estrellas

Capítulo siete

We don't fit in well 'cause we are just ourselves

No encajamos bien porque no somos nosotros mismos.

I could use some help gettin' out of this conversation, yeah

Me vendría algo bien de ayuda para salir de esta conversación, si.

(...)

This is my only fear: that we become

Este es mi único miedo: que nos convirtamos en

Beautiful people

Personas hermosas.

 

 

 

 

 

—¡No puedo creerlo! —dije de mala gana mientras tallaba más fuerte el trozo de tela. 

—¿Ya puedo pasar? —preguntó el hombre desde el otro lado de la puerta.

—Estás acabando con mi paciencia, he dicho que me he quitado el vestido —respondí de la peor forma que encontré y me arrepentí, cuando luego escuché la voz de su madre.

—No creo que sea muy malo... —dijo. Presioné mi cabeza frente a la pared, la golpeaba y partía en dos o daba un paso atrás. 

No había tenido una mala intención, solo se le había caído la copa y me salpicó...

Toda su mierda de trago. 

Ya la había perdonado, no era más que un accidente, ocurrían todos los días. No había culpable más que ella, solo se había tropezado. 

Maldije en veinte idiomas y millones de ideas se formularon en mi cabeza para no llorar porque me había convertido en una chillona sentimental y todo estaba saliendo mal. Guardé silencio y cuando creí todos se habían rendido e ido del lugar la voz de Shannon resonó por detrás de la puerta:

—Belladonna, traigo otro vestido en mi bolsa puedo traerlo para ti. 

Con que no fuera de novia, todo estaba bien. 

—Yo... —comencé a hablar pero la puerta se abrió de golpe y mi única reacción se trató de cubrirme las piernas —¡¿Qué haces!? —grité.   

—Cierra la boca —susurró lanzándome su americana. 

—Esta ha sido la peor idea, ni sé porqué acepte a estar contigo —protesté. 

—Baja el tono Belladonna —ordenó. 

—Es cierto, primero las tontas preguntas que parecen ser obligatorias para llegar a este punto y ahora esto, y que estés aquí es muy..., impulsivo. Te he dicho que no entres —enfaticé. 

—Relájate por un momento, te llevaré a tú casa en unas horas más —tomó mis hombros y me miró, suspiré rendida. 

Cuando su mirada cayó a mi pecho lo empujé. 

—¡Oh aléjate de mí, maldito pervertido! —me giré y lo escuché gruñir. 

—Si quieres algo solo pídelo. 

Siempre he sido tonta pero entonces, estaba siendo una inútil. 

Caminó hasta mi lugar y  se giró junto a mí acercándome a la encimera, no pasó ni un segundo cuando acercó su cara a mi cuello. La puerta volvió a abrirse y una Shannon ingresó parándose de inmediato y volteando como si interrumpiera algo. 

—Lo siento mucho... —se disculpó avergonzada. 

—Está bien, no hacíamos nada —respondió y yo, acto seguido corrí al hombre de la forma más sutil que encontré para volver a cubrirme. 

Lo hizo con intención, lo tenía planeado. 

Estaba por decir algo cuando mi teléfono comenzó a vibrar sobre la encimera. El nombre de Brandon iluminó la pantalla y nos vi a las tres personas dentro del baño con la mirada fija en el aparato. Lo tomé y rechacé el llamado, debía vestirme. 

—Si pueden, dejarme vestir —pedí. 

En teoría era un "Shannon deja de mirarme tan fijamente y llévate contigo a Luther"  debía estar sola, ya les había enseñado mucho de mi anatomía.

—Me iré, no hagan cosas indebidas —bromeó. 

Sonreí. 

Me probé el vestido que no, no me quedaba de la mejor forma, ella tenía un cuerpo mucho más delgado que el mío y aunque tuve que hacer algunos arreglos agradecí solamente tener algo para cubrirme el cuerpo y bajar nuevamente al infierno.

Maldita niña y su teléfono que tiró la copa sobre mí. 

—Sé que no te agrada mucho Shannon —dijo mientras ponía su americana sobre mí. El clima estaba tornándose frío. 

—¿De qué hablas? no la conozco —confesé. 

—La miras de la misma forma que a Piera o Valerie. 

—¿Tengo distintas miradas?

—Tienes miradas de recelo y puedo entenderlo pero... 

—Detente —interrumpí —, no la conozco,  no puedo odiarla o lo que sea que tengas en mente. No conoces a Piera o Valerie así que guarda para ti tus comentarios. 

—Hablo de Shannon.

—Nombraste a Piera y Valerie.

—Insisto.

—¿Cómo quieres que la mire si suponiendo que soy tu novia, la invitas aquí? —murmuré. 

Si solo hubiese visto a todos mirándome después de que hiciera su entrada triunfal. 

—Ha sido la peor idea el solo hecho de que no me lo hayas dicho. Todos me miraban como si sintieran pena Luther, te estoy ayudando, esto es para que tengas claro no vine hasta aquí para humillarme. 

Me miró sin decir nada por algunos segundos. Esperé una respuesta o algo parecido pero nada parecía querer abandonar su boca, añadí segundos después —: Hay que seguir con esto, y ahora hazlo un poco más creíble. 

Caminamos de vuelta al jardín donde la familia que reía de alguna especie de frase o lo que fuera había dicho el hombre de las carreras. Tenían un humor horriblemente aburrido. 

—Siento mucho todo Blessa —fruncí el ceño cuando me llamó de otra forma y me obligué a sonreír cuando escuché la risa que provenía de mi lado. 

—Es Belladonna —corregí. 

—Eso mismo, lo siento —con un gesto le restó importancia y pasó por mi lado nuevamente. 

«Qué bien» pensé




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