Los señores Etheling se despiden sin antes prometernos que íbamos a juntarnos nuevamente, mencionan, además, de que esteraban verme en el club para jugar polo. Les miento diciendo que sí, esperaba nunca más ir a jugar, iba a pisar ese lugar solo para visitar a Agatha, nada más. Harper me guiña un ojo, risueña y me da un abrazo como despedida. Su hermano, no deja de verme con los ojos brillantes y me da un beso que dura una eternidad en la mejilla. Se separa por un carraspeo de parte de mi padre.
James me fulmina con la mirada antes de desaparecer, mi padre y Esme vuelven a la sala de estar, según ella, para descansar un poco más. Cuando decido ir a mi habitación, Aaron se para frente mío, interrumpiendo mi paso, y me toma de la mano para conducirme al jardín trasero. Ahí, se para y me mira, directamente a los ojos y trago saliva.
—¿Por qué lo hiciste?
—¿Qué cosa?
—¿Por qué estuviste con ese idiota, Tessandra? —ah, aquí vamos otra vez —. ¿Por qué te entregaste a ese idiota
—¿Sera porque quise? —arqueo una ceja —. Aaron, quería hacerlo y lo disfrute, yo…
—¡Cállate! —me interrumpe —. No quiero que me cuentes nada, simplemente no me entra en la cabeza en porque haz hecho eso con un desconocido.
Aprieto los dientes con fuerza. ¿Cómo le daba la cara para decirme aquello? Era el menos indicado para aconsejar en temas así, ni siquiera sabía si había perdido su virginidad con una chica que conocía.
—Quise hacerlo, Jayden me gustaba y la verdad no tengo porque estar justificándome contigo —chasqueo la lengua —. Es mi vida, es mi cuerpo y siquiera entregárselo a cualquier idiota que me pase por enfrente, lo hare.
—No, tu no —hace una mueca —. Eres Tessy, mi Tessy. Nunca harías eso porque…
—Porque alguien como yo no hace esas cosas, claro —ruedo los ojos. —Deja de suponer cosas que no son —lo interrumpo, confundida —. Nunca te dije nada cuando entraste a mi habitación para acostarte con una chica. Ni siquiera te frene, como lo haz echo tu ahora, para pedirte explicaciones.
—Esa vez estaba borracho —traga saliva —. Y había tomado otras cosas…
—¿Estabas drogado? —abro los ojos, sorprendida.
Aaron aparece arrepentido porque aparta la vista de golpe, y a mí se me prende una lamparita en la cabeza y la voz de Jude se reproduce de manera inmediata también.
No es la primera vez que tu casa fue un punto, Tess. Hubo veces en las que fue 4 noches seguidas.
Oh, rayos.
—Había sido una pastilla, luego fue el alcohol. No estaba en mis sentidos —se lamenta, avergonzado.
—¿Quién te la dio? —pregunto, tratando de no sonar desesperada.
—No recuerdo… yo —suspira — no recuerdo nada de esa noche. Es por eso que al día siguiente no entendía porque no querías hablar conmigo.
Trago saliva mientras lo miro. Pensé que no quería verme, pensé que me tenía rechazo por haber vuelto.
—No quería hacerlo por esa razón —trago saliva, sin poder decirle lo que de verdad quería decirle y preguntarle, casi de rodillas, por qué había dicho que me tenía lastima —. Eso no lo justifica, ¿Por qué te drogaste? Nunca lo hiciste.
—Recién habías llegado, no me buscaste ese día y no me hablaste en los 3 meses que te fuiste —aparto la mirada —. Me moría de curiosidad por saber de ti, no tenía ninguna noticia tuya y estaba preocupado…
—¿Por qué te importa con quien haya perdido mi virginidad, Aaron? —lo interrumpo, cansada. Cansada de él, de sus actitudes y de su cobardía. Su abuela me lo había dicho, me confeso que estaba enamorado de mí, ¿Por qué para él era difícil aceptarlo en voz alta?
—Y-yo… —la voz le tiembla y no aparto la mirada de él.
Quería que lo dijera, que me lo dijera mirándome a los ojos e iba a creerle, porque mi corazón guardaba la tonta esperanza de que las cosas entre los dos sucedan y de la mejor manera. Pero no dice nada, por supuesto. Había una tonta idea en su cabeza surgiendo justo en este instante, podía verlo y eso era que no podía decirlo porque yo le daba lástima. Su cerebro no podía aceptar que se su corazón este amando y latiendo por la perdedora de Tessandra Cavendish. No aceptaba que sus sentimientos por mi eran tan grandes como para opacar sus pensamientos.
Y no podía estar más decepcionada de él.
—¿Sabes una cosa? —comienzo, lentamente —. Me di cuenta que entre tu y yo las cosas son muy diferentes y me alegra haberme dado cuanta por mí misma que tu ni siquiera podrías hacer ni el 1% de lo que yo haría por ti.
—No es eso, Tess… es que yo…
—¿Tu qué? —exploto —¿te da asco saber que nunca podrás controlar lo que sientes? ¿te da vergüenza saber que alguien como yo puede…? —me atraganto, no podía decirlo en voz alta. No cuanto sentía una revolución de puro enojo querer salir otra vez —. Esto se terminó aquí mismo, puedes buscarme cuando tenga los pantalones para decirme el porque te molesta lo que hago con mi vida privada.
Me giro rápidamente para salir huyendo. El corazón me pesaba de una manera escalofriante y tenía miedo de que me dé un ataque dentro de mi casa, con mi padre y Esme presente. Decido salir de mi casa y pedirle al chofer de mi padre que me lleve al estudio de Phoebe, necesitaba hablar con ella o iba a volverme loca.
El día que perdí mi virginidad, fue el último día que vi a Jayden y simplemente sucedió. Estaba cómoda, con alguien el cual, en ese momento, confiaba y estaba segura de lo que iba a hacer. Sucedió de manera espontánea, ni siquiera pensaba hacerlo y menos sobre el tejado del acuario. Empezó con un simple beso y luego… todo se descontrolo. Jayden me pregunto hasta el hartazgo si estaba cómoda y si quería hacerlo, lo cual, me había dado mas seguridad para hacerlo y aceptar. Él se preocupaba por mí, o eso era lo que creía.
—¿Tes…estas bien?
Parpadeo un par de veces antes de enfocarme en Phoebe y suspiro. Su cara, a pesar de tener solo 34 años, expresaba preocupación. Ella era joven, con una cara maquillada de manera sutil y con ojos marrones, era alta y flaca y era muy bonita. Muchas veces, cuando la miraba y hablaba con ella, sentía que le estaba contando mis problemas como si fuera mi hermana mayor.