Harper y Beatrice siguen en su mundo, hablando entre ellas y yo escondo rápidamente el libro de fotos. Después de eso, todo paso como un borrón. Ni siquiera recuerdo que hice después, era tan confuso y me sentía perdida. Tenía el corazón comprimido, doliéndome y recordando una y otra vez esa foto.
Mi madre… embarazada ¿de James? ¿de mí?
—Tess, ¿sigues ahí?
La voz de Jude me trae devuelta a la realidad. Parpadeo un par de veces, mientras me tapo la cara con la mano.
—Si, estoy aquí.
—Creo que deberías hablarlo con tu padre —suspira —. Él es el único que debe saber sobre aquella foto —habla, pero ni siquiera le contesto. Estaba al límite de ponerme a llorar como siempre hago, tenía una revolución horrible en mi pecho y si no me mordía el labio estaba segura que iba a romper en llanto —. Dime lo que estás pensando, Tessandra.
—Y si ella… —un par de lágrimas traicioneras se me escapan, y trago saliva —¿y si estuvo embarazada antes de mí? ¿y si lo perdió? Eso explicaría muchas cosas en cuando al comportamiento de mi familia hacia mi…
—No pienses en eso —me dice, brusco. Suelto un sollozo —. No busques justificar las acciones de tu familia, eso no tienen ni siquiera una lógica por la cual tengas que ponerte así. Esto es algo, que por lo que veo, todavía no has descubierto ¿y si es algo que tu madre quería que supieras?
—Pero ¿qué? —lo corto, llorosa —¿está tratando de decirme que tuve un hermano más? ¿o que era amiga de la madre de Logan?
El silencio se hace pesado y suspiro un par de veces para calmarme. Tenía una idea rondando en mi cabeza, una que involucraba a todos nuestras madres, porque la mama de Aaron también estaba en aquella foto. Todas parecían muy buenas amigas, y temía algo peor que enterarme que tuve un hermano que no había nacido.
—Olvídalo —corto sus pensamientos, seria —. No le preguntaré.
—Escucha, Tess, sé que Logan no te causa ningún tipo de confianza —dice —. Y sé que puede llegar a sonar raro, pero puede que él sepa algo. Por lo que me dijiste, su madre y la tuya parecían muy cercanas en aquella foto.
—Lo sé, pero temo encontrar algo que vaya a romperme —vuelvo a llorar, estaba vez con más fuerza —. N-no voy a poder soportarlo.
—Tess, no —suena desesperado y quiero llorar más fuerte —. No pienses eso, estaré aquí por cualquier cosa. Tu madre nunca haría algo que te lastimaría, amor. Quiero que tengas claro que hay mucha gente que te ama aquí y ahora, nunca te dejaremos sola.
Mi cuerpo tiembla cuando quiero recuperar el aliento. Si no lo hacía, estaba segura que iba a terminar con algún ataque y, a pesar de que estaba en mi habitación, no se sentía seguro. No quería llenarme la cabeza de pensamientos que ni siquiera sabía si eran verdaderos, pero era imposible. Siempre tuve esa vocecita en mi cabeza que me decía todo lo malo en cualquier cosa que hacía.
—Puedes preguntarle a Aaron —Jude aconseja —. Él te ayudara, estoy seguro.
—¿Y si no sabe nada?
—Entonces yo le hare una visita a Logan, te lo prometo.
En lo que son horas, en mi mente, me quedo tendida en mi cama. Como si estuviera muerta. Como si la vida siguiera su curso y a mí no me importa una mierda. Siento tantas cosas ahora mismo, que tengo el pecho adolorido. Cada respirar me cuesta, así como no ponerme a llorar. Y lo peor de todo es que no sabía nada. No sabía si esa foto no era nada o era un todo.
Por supuesto, mi pesimismo cotidiano no tarda en ser interrumpido por Charles. Él toca la puerta de mi habitación varias veces, y cuando creo que se ira, entra como si nada. Ni siquiera le doy una segunda mirada, se perfectamente que es él. No puedo apartar mi vista de las pastillas que están al lado de mi cómoda, las misma que Phoebe me resto la última vez que tuve un ataque.
—Mi lady… ¿no ira al instituto? —pregunta con cautela.
Parpadeo, incrédula y es ahí cuando los rayos de luz me golpean con fuerza. Mis ojos se cierran involuntariamente por el ardor que sienten y me preocupo. No dormí y ni siquiera lo noté. Ni siquiera me cambie de ropa y solo se sentía como si hubieran pasado un par de minutos. Un par de sollozos asustados salen de mí y Charles se acerca preocupado.
—C-Charles… no me siento de ánimos hoy.
—Oh, mi lady —se agacha para quedar a mi altura —. Si no se siente bien, no vaya. Le avisare a su padre.
—No —le digo firme, mientras me trago las lágrimas —. Hoy es la competencia, no puedo faltar.
—Pero mi lady no puede ir…
—Solo necesito mis pastillas, por favor —levanto mi dedo, apuntando hacia mi cómoda —. Estaré bien con dos.
Charles me mira en silencio y se lo que está pensando. Nunca, en mis 16 año tomando pastillas, le pedí que me las de, nunca. Siempre estuve reacia a tomarlas, porque me nublan de mis emociones siempre y no quería eso. Quería poder sentir, aunque sea un sentimiento horrible, quería vivirlo. No me gustaba ser un simple cuerpo sin emociones.
—¿Esta segura? Estas son más fuertes, Phoebe me dijo que…
—Se lo he informado —miento descaradamente —. Dijo que después vaya a verla al consultorio.
Charles se queda otro minuto en silencio y por un momento creo que me ha descubierto, pero después de suspirar profundamente se levanta y va a buscarlas.
—Muy bien —asiente —. Solo dos, pero las tomara después del desayuno.
Me tenso completamente y miro con temor hacia la puerta.
—¿Mi padre…?
—No esta —me trago un suspiro de alivio —. James tampoco, tuvo que ir antes al instituto.
—Bajare en un momento —aprieto los dientes y Charles me sonríe antes de irse, diciendo que preparo tortitas para mí, lo cual le agradezco, aunque sin muchos ánimos.
Me levanto cuando la puerta se cierra y me quedo sentada en mi cama un momento para tratar de estabilizarme. Todo me da vueltas y quiero vomitar. Mis ojos, para sorpresa mía, no estaban pesados, sino que más alertas que nunca. Mis piernas las sentía entumecidas, al igual que mis manos, que tiemblan como unas condenadas.