Amber
Hoy regreso a Valley city después de casi cuatro meses. Mañana es el desfile en el pueblo. Todos los años a finales de Noviembre se hace un pasacalles con mucha gente del pueblo disfrazada.
Este año una de las elegidas es Mery. Estoy volviendo con ella. Han sido unos días muy intensos. He aprovechado para enseñarle la ciudad ya que me he dado cuenta que necesitaba estar tranquila.
—¿Queda mucho? —me pregunta Mery que se acaba de levantar y se quita la saliva que le caía por el rostro.
—Nada unos minutos —le respondo recordando el cartel que hemos pasado hace unos kilómetros.
Al fin llegamos, los padres de Mery y los míos nos están esperando. Salgo y soy fruto de besos y abrazos, me siento como un peluche de un bebe.
—¿Cómo estás hija mía? —me pregunta mi madre que parece que hace años que no habla conmigo.
Mi padre permanece de pie a su lado en silencio. Es una persona que le cuesta mucho más expresar emociones. Pero por su rostro se ve claro que está emocionado.
—Estoy muy bien.
Aunque cansada también, esta tarde tengo que ir a probarme el traje con el que voy a salir y mañana será el desfile. El día entero, tendré que ir por los distintos puntos del pueblo.
—Venga vamos que te he preparado tu comida favorita.
Mi madre siempre está cuidando hasta el último detalle. Ya huele el arroz con pollo. Me despido de Mery hasta dentro de unas horas. Esta bastante seria, creo que es el momento en el que le va a decir lo que ya sabemos.
Contra antes lo haga más fácil será.
—Suerte —le digo musitando al oído mientras le doy un abrazo.
—Gracias —me devuelve el cumplido.
Llegamos hasta mi viejo instituto, es la sede donde siempre venimos a guardar todo el material. Nada más entrar recuerdo todo lo vivido aquí. Sobre todo en el último año. No puedo evitar de Son, ojalá pudiese estar aquí.
—Hombre mira a quien tenemos aquí… —Hector sale del interior.
Joder no me digas que sale este año, que pocas ganas de aguantarla. Me da una pereza enorme. No tenía ninguna gana de verlo.
—¿Dónde te has dejado la mascota?
—Veo que me sigues queriendo.
Suelto una carcajada.
—Mas quisieras tu —paso por su lado de largo.
—Ya sabes lo que dicen.
—¿Que dicen? —pregunta aunque se que me va a decir alguna de sus tonterías.
—Que donde hubo fuego siempre quedará la brasa.
—Eso es verdad, eres un poco brasas pero no para bien. —le suelto y término de irme.
Llego hasta la clase, ya está Mery con unos cuantos más de la banda.
—¿Dónde estabas? te estabamos esperando.
—El imbecil de Hector que mas tonto y se pone a perseguir coches aparcados.
—Ah —se queda un poco parada, yo creo que esperaba una respuesta más convincente.
—¿Y mi traje? —pregunto para cambiar de tema. No me apetece escuchar nada respecto al otro.
—Aquí lo tienes —dice Erik señalando. Erik es uno de los que siempre está encargándose del desfile. Mima hasta el último botón. No se le puede pasar nada de largo.
Lo recojo y me pongo dentro de un cuartito que tenemos para cambiarnos. Compruebo que me queda bien y me lo quito de nuevo. No quiero estropearlo.
Regreso de nuevo con Mery que la veo bastante estresada ultimando los detalles.
—¿Te ayudo con algo? —le pregunto.
La veo bastante más nerviosa de lo habitual.
—No sé —responde dubitativa.
—¿Estás bien?
—Si, no…
La aparto un segundo de en medio de todo el mundo.
—¿Que te pasa? ¿no se lo has dicho a tus padres?
—No se como hacerlo ¿Como se le dice a unos padres que su hija se ha quedado embarazada?
—Papas, estoy en cinta. Seguro que lo entienden así. Es más de su época.
Consigo sacarles una sonrisa.
—No se cuando es el mejor momento.
—Eso no se sabe porque no sabes como se lo van a tomar. Pero conociéndolos seguro que bien.
—La cuestión es el padre. Tampoco se lo he dicho.
—Como sigas esperando no vas a necesitas decírselo. En cuanto lo vea por la calle va a coger el mensaje.
Resopla y se sienta en una de los escalones de las escaleras.
—¿Quieres un poco de agua?
—Si, porfavor —me responde y agacha la cabeza para coger aire.
No me puedo imaginar estar en su situación. Pero supongo que no sería fácil.
Me voy a por mi mochila, allí guardo una botella. Siempre llevo una por lo que pueda pasar. Se lo doy y Mery comienza a beber de un trago.
Está agotada, con la mirada perdida y casi sin resistencia a nada. Es una sombra de sí misma. La dejo tranquila que se recupere, tampoco la quiero agobiar.
Después de preparar todos los detalles ambas cogemos y nos marchamos. Voy a acompañarla a su casa.
—Voy a decírselo ahora —confiesa cuando tan solo quedan dos manzanas para llegar y prácticamente ha estado todo el camino en silencio.
—¿Estás segura? —no se la ve muy convincente.
—Si, quiero dormir a una vez tranquila.
Llegamos hasta su puerta y le doy un abrazo para darle ánimos.
Estoy bastante nerviosa. Estoy deseando saber como le ha ido.
Llego a mi casa y aprovecho para llamar a Son y saber de él.
Le cuento como me ha ido el día, él también me cuenta cómo le ha ido en el trabajo.
Lo noto más animado que ayer cuando lo llame. Cosa que me deja mucho más tranquila porque estaba alterado por algo y no quiso decir de que se trataba como de costumbre.
—¿Entonces ya tienes todo listo para el desfile?
—Si, lo único…
—¿Que pasa? —pregunta preocupado.
—Que Hector también va a salir y no tengo ganas de aguantarlo.
Deja unos segundos para responder en los que tan solo escucho su respiración.
—Bueno en Valley City hoy hay muchas personas que no nos caen bien. No es San Francisco.