Son
—“Todos los participantes de la prueba de 5k que vayan a la línea de meta por favor”
Respiro profundamente.
—Bueno me toca —le confieso a Amber mientras me acerco a su oído porque la música que han puesto está demasiada alta.
—Suerte —añade mientras me acaricia el brazo y lo acompaña con una sonrisa. Yo le respondo devolviéndole una sonrisa.
Me doy la vuelta pero antes de hacerlo me fijo que lleva el 298 en el dorsal. No se si ha sido casualidad pero ese es mi número favorito y alguna vez se lo he dicho. Creo que igual es casualidad pero tiene que significar algo.
Me dejo caer cerca de la línea de meta. Un equipo de la organización viene y se pone delante de mí. Van todos iguales y van hablando entre ellos. Creo que son del mismo equipo.
Paso un poco de ellos y de todo el mundo que está a mi alrededor. Me centro en buscar a Amber entre el público. Cuando lo hago. Ella me está mirando y saludando.
Contra más tiempo va pasando más nervioso me voy poniendo. Me tiemblan las manos y las pulsaciones se me van acelerando. Parece como si se me fuera a salir. Pero no tanto como cuando Amber está cerca de mi.
Cierro los ojos unos segundos. Cuando los abro. La sirena del inicio de la carrera se enciende y todo el mundo comienza a agolparse sobre la línea de meta. Los primeros metros son fáciles. De hecho parece que todo el mundo va bastante lento. Creo que no me voy a quedar atrás.
Paso el primer paso del kilómetro uno. Los últimos metros me están empezando a costar. Poco a poco cada zancada que hago me cuesta respirar más y más.
Lo único que me salva es la gente que anima a todo el mundo. Me vengo arriba y saco fuerzas de donde no las tengo. También lo hace pensar que al final de la línea se encuentra Amber.
Llevo unos metros más cuando el flato comienza a hacer mella. El flato y la respiración invaden mi cuerpo. Creo que no voy a seguir capaz de llegar al final.
Media hora más tarde.
Llego hasta la línea de meta. Lo hago con las pocas fuerzas que me quedan. Y con el corazón prácticamente en la mano. Cruzó la línea de meta mientras la mayoría de gente no cesa en aplaudir. No se si es a mi o al constante chorreo de personas que llegan detrás de mí. Personas que han empezado más tarde y han hecho más kilómetros y han llegado mejor que yo. Pero claro está que yo no me he preparado apenas y solo tenía el propósito de impresionar a Amber y por como me mira creo que lo he conseguido.
—Bien hecho. Has terminado que es lo importante.
—¡Gracias! —digo exhalando una gota de aire y poniendo los ojos en blanco porque está apunto de darme algo.
No creo que todo esto sea bueno para la salud de las personas. Quien se dedique a esto es porque no está bien de la cabeza pero es algo que prefiero no decirle a nadie que este aquí cerca porque sino se me pueden echar encima.
—Bueno, ahora me toca a mi —Amber consigue sacarme de mis pensamientos y me centro solo en ella.
—Suerte, espero que los machaques —no se muy bien que se dice en estos casos.
—Aquí no se trata de ganar o de machacar. Se trata de hacerlo lo mejor posible y si se gana mejor aun —lo aclara mientras me muestra una sonrisa constante—. Bueno, voy a seguir calentando que sino me voy a enfriar. Ahora nos vemos en la línea de meta.
Enseguida me doy a la meta para tener una buena posición para verla llegar.
Aún me replanteo porque Amber ha querido coger ese número con todo lo que significa para mi. Nunca se lo he contado y espero algún día poder hacerlo.