Todas mis razones para quererte[completa]

Capítulo 39

Amber


Al día siguiente por la noche.


Ayer al final no pude quedar con Son. Me dijo que no se encontraba bien y si podia dejarlo para el día siguiente. Yo no le quise presionar mucho más. Bastante hizo viniendo a verme cuando ni siquiera se lo pedi. Pero cuando le vi la cara al llegar supe que había merecido la pena hacer esa carrera además con ese número.

Espero paciente a que Son abra la puerta de su casa. Me ha dicho que está bajando pero está tardando para mi gusto demasiado.

En ese instante la puerta se abre. Es Son.

—No vale reirse… —confiesa detrás de la puerta.

—¿Que ocurre?

Sale. Anda ostensiblemente mal. Lleva las piernas bastante rígidas como si fuera un playmobil. Yo no puedo evitar comenzar a carcajearme de él. Son me mira con rencor con los ojos achinados.

—¿Pero que te ha pasado “cariño”?

En ese momento es cuando me doy cuenta que le he llamado cariño inconscientemente.

—Tengo agujetas hasta en el cielo de la boca. Llevo así todo el día. Me he levantado ya con ellas.

Me apoyo sobre la pared y no paro de reirme. Me voy a mear de la risa. Nunca había visto a Son así, bueno realmente a ninguna persona que yo recuerde la he visto alguna vez con tantas agujetas. Apenas puede doblar las rodillas.

—Eres muy graciosa eh —me responde mientras me mira fijamente.

—¿Nos vamos? —pregunta mientras se pone en marcha.

—Si si, vámonos que vamos a tener cachondeo toda la noche.


Llegamos al sitio. Después de estar varios minutos eligiendo una cosa u otra y mientras trataba de no reirme mucho finalmente hemos elegido un McDonalds. Aunque está a las afueras se llega rápido. Llegamos hasta el mostrador, por suerte hoy no hay mucha gente aquí. Tampoco hemos venido muy tarde. Mis padres al menos me han dado bastantes dolares para salir aunque para ellos estoy con mi amiga.

Yo me cogo un happy meal. No es porque quiera el juguete y nada por el estilo pero para el precio que tiene vienen bastantes cosas. Lo acompaño con un par de hamburguesas sueltas.

Lo pago y espero a que Son se decida. Lo escucho de fondo porque él está en otra caja totalmente distinta.

Tan solo se ha cogido una hamburguesa y un refresco. Igual no le gustan las patatas. Veo que saca de su bolsillo dos dólares y varios centavos de cincuenta y de veinticinco. Lleva como quince monedas y comienza a contar para pagar. Prácticamente lo lleva justo para pagar esas dos cosas porque no le ha sobrado ninguna moneda. Quizás no le hayan podido dar más.

Minutos más tarde nos dan las bandejas y nos vamos los dos en busca de una mesa. Cada uno con lo suyo, yo con una caja de happy meal y un par de hamburguesas y él con sus dos cosas.

Llegamos hasta la mesa.

—¿Cómo estás? —le pregunto a Son en consecuencia de ver el gran esfuerzo que está haciendo de venir hasta aquí andando.

—Ahora que me he movido y me he calentado un poco mejor.

Ahora saca una sonrisa un poco forzada pero me encanta.


Cenamos y mientras lo hacemos, Son trata de explicarme en que consiste sus juegos del ordenador. Lo explica mientras hace gesto con las manos y se ayuda de alguna foto que tiene en el móvil para que yo lo entienda pero realmente yo entiendo la mitad y menos.

Me llama la atención algunos detalles de como lo describe. Lo describe al detalle y sin dejar nada en alto.


Después de eso seguimos hablando de otros temas totalmente distintos.

Termino de cenar y me sobra una hamburguesa, pensaba que iba a poder pero al final no puedo. Se que no debería de comer estas cosas siendo deportistas y teniendo que ir a entrenar pero un dia és un dia y si hoy lo subo mañana lo bajare.

Decido dársela a Son. Comienza a reírse y finalmente acepta comérsela. Creo que con una hamburguesa pequeña y una bebida se ha quedado con bastante hambre.

—Gracias —lo agradece mientras le quita el papel con bastante ligereza.

Se lo come en prácticamente cuatro bocados. Mientras él se la come yo busco dentro de la caja que viene de más. Viene un juguete. Miro a una niña pequeña que hay en la mesa de al lado. Son me mira confuso.

—¿A ti te gustaría tener hijos? —pregunto.

—No lo sé, si te digo la verdad nunca lo he pensado —añade mientras levanta los hombros en señal de confusión.

Nunca he pensado si algún día quiero tener hijos pero una parte de mi quiere tener. Es un instinto o una luz de dentro de mi que cada vez es más fuerte. No puedo llegar a explicarlo pero sé que si un día soy madre sé que voy a estar preparada perfectamente para ese momento. Pero también necesito a una persona a mi lado que me apoye y que esté conmigo en todas las decisiones. Que no me deje sola encargada de todo lo que eso conlleva. No quiero algo así y sin con Son no va a estar implicado entonces ahora no tengo muy claro si al final me puedo embarcar en algo que lleve un nosotros.

Decido no pensar en ello porque ni siquiera he obtenido un no sino un tan simple no tengo ni idea. Aunque lo tienes claro o no lo tienes pero voy a dejar la prueba de la duda. Cojo el juguete. Dentro de él vienen unas pegatinas. Decido quedarmelas y darle el juguete a esa niña.


Me levanto y llego hasta ella.

—Toma, te lo regalo —le reconozco mientras le enseño el juguete y ella hace lo mismo con el suyo sin decir palabra alguna—. Hala, ya tienes dos juguetes.

Sus padres me dan las gracias y yo me vuelvo a mi sitio. Son ha estado viendo toda la estampa sin pestañear prácticamente.

Enseguida cojo las pegatinas. Son de todas las formas. Observo que su móvil está sobre la mesa. Lo recojo. No dice nada y yo comienzo a pegar cada una de las pegatinas que vienen con el juguete. Le dejo la parte de detrás del móvil lleno hasta el último hueco. Le acerco el móvil y el comienza a mirarlo.

—¡Gracias! —añade con una sonrisa en la cara.

—Así no te olvidarás nunca de mí —le devuelvo la misma sonrisa.




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