Amber
Hace tiempo que mi cabeza va mil revoluciones por minuto navegando en un océano que no tiene tierra donde amarrarse.
Eso es lo que me pasa con Son. Y no ayuda que su ex aparezca por arte de magia.
Él cual inocencia se le destaca ama mis espinas, esas que están presentes constantemente y no le dejan acercarse completamente a mi y pese a eso se quiere mantener a mi lado como si no estuviese muy cuerdo.
Él ama cada parte de mi cuerpo y de mis espinas que sobresalen por cada poro. Las quiere y no le da miedo abrazarlas aunque le pueda llegar a dañar.
Eso me da miedo porque no sé muy bien cómo actuar. No sé cómo hacer frente a esta situación.
—“¿Podemos quedar ahora en un rato?”
Le envío un mensaje de móvil.
Quiero aprovechar que es sábado y no hay instituto ni tengo carreras.
Comienzo a cambiarme porque sé que en breves momentos me va a responder y efectivamente mi intuición no me traiciona cuando vuelvo a encender el teléfono.
—“De acuerdo. ¿Dónde quedamos?”
—“¿Quedamos en The Vault?”
—Vale, nos vemos allí, voy ya...
Tiene prisa pero supongo que será porque quiere aclarar las cosas para quedarse tranquilo. No quiero hacerle esperar. Cojo mi chaqueta que no quiero que me falte con el frío que hace hoy. Más después del frío que pasé anoche. Cojo también la chaqueta de Son que con las prisas me la lleve sin darme cuenta.
Comienzo a olerla. Huele tanto a Son. Esa fragancia tan única hace que me teletransporte a un lugar tranquilo. La cojo y me la echo por encima. De momento prefiero llevarla por encima.
Salgo por la puerta casi sin despedirme. Prefiero pasar por alto todo ese trámite.
Llego en apenas cinco minutos, giro la esquina, Son está en la misma puerta de “The Vault”. Está sin chaqueta. Lleva una sudadera y un pantalón de chándal a juego.
Está con los brazos cruzados. Creo que tiene frío. No se si quizás me haya quedado con su única chaqueta.
—Ho… Hola… —expresa mientras castañea los dientes y le sale vaho por la boca cuando respira.
—Toma mi chaqueta si quieres —después de lo amable que fue anoche no puedo tenerle pasando frío y la suya es tan cómoda.
La coje sin pensárselo dos veces y casi sin verla se la pone rápidamente. Tiene bastante frío, estaba pasando frío por mi. Solo de pensarlo provoca que me sienta más culpable por lo de anoche.
La chaqueta le sienta genial. Es rosa sandía con rayas negras.
—¿Pasamos? —le pregunto mientras con la mano la acompaño para señalarle el interior de “The Vault”
Asiente repetitivamente con la cabeza. No parece que tenga muchas ganas de hablar o quizás lo primero que quiera decir sea una justificación por lo de anoche.
Una vez que entra un poco en calor parece que se anima a hablar:
—Anoche me lo pase genial, estuvo super bien, lo siento por lo de ella. No lo esperaba para nada.
Trago un poco de saliva antes de decir nada aunque realmente suene falso no he pensado nada de que decirle.
—Son, yo también me lo pase muy bien anoche pero entiende que todo esto es muy raro. Esa chica que aparece de la nada y después nunca habías mencionado nada de que tuvieses una ex…
—Lo sé, es algo que no estoy muy orgulloso de ello, todavía no nos conocemos lo suficiente. Pero es una persona que la deje hace tiempo y no quiero saber nada de ella. Anoche se lo deje bien claro y se quedo en eso.
—¿A dónde va lo nuestro?
Nunca me imagine haciendo esta misma pregunta.
—¿Como que ha donde va? —Son comienza a ponerse nervioso. Le tiembla la voz y no sabe muy bien que responder. Creo que escuchar la palabra nuestro le ha puesto el corazón a mil por hora.
—Pues eso… ¿Que vamos hacer con lo nuestro? —vuelvo a insistir. Quiero escuchar una respuesta convincente de sus labios.
—Bueno Amber, lo primero es que lo de Ana ya lo he arreglado. Anoche se lo dejé claro y ya no nos va a molestar. Te quiero Amber. Me da algo reconocerlo delante de ti pero mi corazón solo lleva marcado a fuego tu nombre. Sé que tu no sientes lo mismo o al menos no todavía. Sé que tienes que curar las cicatrices y las espinas de tu corazón. Y por eso no te molesto. Te dejo tranquila mientras vas desprendiendo de ellas mientras trato de llegar a tu corazón. Pero si algún día te consigo prometo cuidarte como te mereces. Como la reina de mi vida. Como la niña bonita que eres porque no hay corazón más bondadoso como el tuyo porque desprendes alegría allá por donde pasas.
Se detiene y yo me quedo muda reflexionando de todo lo que me ha dicho en un momento. Esperaba una respuesta pero no me esperaba para nada todo esto que me ha dicho. Mi pulso va aumentando por segundos.
¿Cómo reconozco que él ya ha entrado a mi corazón? Cuando ni yo misma me había dado cuenta y tampoco le había dado permiso.
¿Cómo actúo cuando estaba rodeada de espinas y él aun así sin miedo las ha abrazado.
Tengo miedo de reconocer que me estoy enamorando de él.
—¿Amber?
Son me saca enseguida de todo lo que estaba pensando.
—¿Cómo sé que me estás diciendo la verdad?
—Confía en mí. ¿Cuando te he fallado yo?
Nunca, es la verdad pero no se lo puedo poner tan fácil.
—Son necesito un poco más de tiempo para aclarar todo esto, no quiero dar pasos en falso.
—Te esperaré toda la vida si hace falta e ire
Es tan bonito y tan inocente que sigo sin comprender como se ha fijado en mí.
—¿Vamos a dar una vuelta? tengo que lucir chaqueta nueva —se explica mientras muestra mi chaqueta que se ha puesto sin casi pestañear del mismo frío que estaba pasando.
Comenzamos a andar sin rumbo fijo.
—Te queda muy bien —le reconozco mientras lo observo de arriba a abajo.
—¿Sabes lo que me gustaría hacer? —le pregunto a Son que me mira con disimula y algo tímido.
—Tú dirás —dice deslizando la respuesta.
—Hablarle a mi yo del pasado para decirle lo que hacer en el futuro —le confieso una realidad que es imposible que ocurra.