Día 8
Nessa:
Cuando despierto, Xan está esperándome, junto al pequeño sofá gris de la esquina del ático. Se mantiene distraído tratando de armar un cubo Rubik. Hay una impaciencia que se siente en el ambiente me hace querer volver a estar sedada para estar desconectada del mundo y no es por el cubo. Probablemente tiene un tema del que hablar, un tema que tal vez a mí no me apetezca. Hasta puedo adivinar de qué pueda ser ese tema; Yeisy. Hace días me ha contado solo una pequeña parte de lo que quiere que hagamos junto con él, pero no me convence con esas pocas palabras, siento que había algo más que ocultar sobre lo que me dijo.
Mientras lo observo por más tiempo, él resuelve el cubo y lo pone encima del pequeño mueble, justo al lado de la jarra de vidrio. El color del agua dentro de la jarra me parece no tan transparente, así que asumo que tiene un poco de los polvitos mágicos que me hacen dormir de lo más profundo. Durante un breve momento me mira, como si estuviera esperando a que despierte y luego la quita, decepcionado. «Apuesto a que no miró bien». Después de unos segundos parece que acaba de procesar que en realidad estoy despierta, así que me mira, esta vez con más detenimiento, y luego de unos segundos se relaja y avanza un par de pasos cuando está más tranquilo, fuera de impaciencia. Sabe que no me gusta tratar cosas cuando una persona está impaciente y es algo que agradezco a la hora en que va a abrir la boca.
—¿Te sientes mejor? —Dice. Yo me muevo en mí mismo lugar para encontrar una posición cómoda y es cuando viene el dolor en mi cabeza al mismo tiempo que las punzadas. Creo que ya puedo saber a lo que se refiere. —. No te muevas. Jake dice que es algo leve, pero es mejor que descanses. — Es algo raro este dolor. No recuerdo haberme lastimado con algo.
—¿Estuviste esperando a que abriera los ojos solo para decirme eso? —Trato de entrar al tema que en realidad quiere tratar.
—Vas más rápido de lo que esperaba —sonríe.
—Solo dilo —dejo de moverme de una vez por todas.
—Bien —hace una pausa—. Antes no me atrevía a...
—¿Qué me pasó? —Lo interrumpo antes de que siga hablando. Que el dolor no se me quite no es algo que me agrade así que por lo menos puedo preguntar a qué se debe.
—¿Qué? ¿No recuerdas? —Niego con la cabeza, cuidando de que el movimiento no haga que me duela peor la cabeza —. ¿No recuerdas que te alteraste después de que Jake te inyectara? —Vuelvo a negar con la cabeza, mientras espero recordar lo que pasó después. Y es cuando se me viene a la mente del nombre que Jake pronunció. Me pongo helada con solo pensarlo. Decido no mencionar nada al respecto porque no es algo de lo que deba saber. —. Pues te alteraste tanto que peleaste con él hasta que te diste un buen golpe con la barra de la cocina —sigo sin recordar absolutamente nada —. ¿Quieres agua? —Me ofrece, mirando al pequeño mueble con una capa de polvo, Sin embargo, no espera a que le diera una respuesta, solo caminó a por la jarra y a por un vaso de ahí mismo—
Dara se removió en su lugar, tallando sus ojos como si estuviera en su casa y no en una desconocida, pero eso cambió cuando se volteó y los vio a ellos. La mirada fue hacia mi y lueg hacia Xan, quien estaba centrado en servir el agua. Dejó la jarra sin cuidado y me ofreció el vaso. Lo tomó aun sabiendo que esto tiene droga, pero actuo como si no pasara nada y le doy un sorbo sin saber qué es lo que me espera más adelante.
—No la bebas—Dara titubea con los ojos atentos.
—¿Qué esperas?
—No tengo sed, tengo hambre. Creo que no debo de estar aquí. —La cabeza me da un vuelco más fuerte que antes, pero luego parece desaparecer.
—Toma el agua—exige.
—Que no—avanzó a la puertita casi desconfiada de los demás.
—Creo que no has entendido, Nessa.
—¿Qué es lo que no entiendo, Xan? —Cuestiono.
—No vas a salir de aquí hasta que la tomes—dio unos pasos a ella, siendo cuidadoso en ocultar sus intenciones.
—No van a dejarte ir. —Habló Dara con su voz sin firmeza y su cuerpo frágil hasta el punto parecer que en cualquier momento se desmoronaría.
Xan dio pasos furiosos hacia ella con la mano en alto y la fuerza acumulada en su palma dio contra la mejilla de Dara. Ella solamente se quejó al instante, tapando su cara. Se acomodó en el rincón con un solo desplazamiento. Xan la observa aun como sumo enojo acumulado.
—Palmer tenía razón; estás loco. —Espeto con furia al ver como caen las lágrimas de Dara por sus mejillas,
—Da igual lo que diga Palmer —la interrumpió con su voz lúgubre—. Creo que es hora que memorices tu lugar.
—Mi... ¿Lugar?
—Exacto. Tu lugar es ayudarnos con todo lo que queramos.
—Xan, que...—es entonces cuando comienzo a sufrir, tuerce mi muñeca un poco para hacer que calle.
—No importa ya —aclaró con una tranquilidad inquietante—. No tomes el agua, puedo imaginar porque no lo quieres. Pero voy a explicarte qué es lo que vas a hacer y será ahora —la amarga expresión de él se apaciguó cuando la soltó con brusquedad—. Primero, antes que nada, tenemos que arreglar tu cabello.
—Pero me gusta como lo tengo.
—Da igual, Nessa. Si dejas tu cabello así, cuando te vean va a ser muy obvio que se trata de ti y no queremos eso cuando tengas que ayudarnos.
—Xan —la cabeza de Jake aparece de la nada por la puerta del ático para entrar con suma tranquilidad junto con una bolsa de tela beige. Su mano se deslizó un poco por el piso al levantarse, —, traje las cosas. Pido hacerlo yo. —Sonríe.
—Primero tengo que teñir el cabello de Nessa. —Avisa.
Tarda varios minutos preparándose para ponerme un tinte en el cabello que casi lo olvido, pero llega en el momento adecuado para recordarme que me voy a despedir de mi lindo cabello bicolor. Sostengo mi cabello en medio del proceso que para mi sorpresa no fue largo. El aroma del tinte en el aire ya se va desvaneciendo.