no quiero decir adios

No quiero decir adiós

Pablo y Óscar:

"- este es el plan, pasaremos por valentina a las 3de la tarde, iremos almorzar, a un museo y luego debes pedirnos llevarte a este club.

- me gusta lo de comer y lo del club pero, a un museo?, en serio?, porque me torturas ?

- el museo de arte va a exhibir arte de nuestra generación, y quiero que ella encuentre algo, para mi es importante ver mas allá de mis emociones, necesito asegurarme de que ella me corresponde, necesito que ella me lo demuestre aun sin decir una palabra, se me acaba el tiempo y tú lo sabes.

- ya, ya. Esta bien, are mi mejor papel de chico bueno, y en el club que quieres que haga

-si la primera parte sale como espero, cerrare con broche de oro, así que solo no te alejes demasiado y por supuesto nada de mujeres o borrachera, debes seguir siendo bueno y pedir a la media noche ir a casa.

- esta bien jefe, are lo que quieras que de por si por algo firmas mi cheque cada mes.

- gracias, y oscar, no digas eso, tu eres mi amigo, aunque otros no te vean así, eres mi amigo y te necesito.

-cuenta conmigo"

......

Pablo

La presentación ha ido mejor de lo esperaba, lo mejor fue que no debo sentir celos de Óscar, soy hombre y lo admito el hombre no es feo y no le conozco novia, casi todo el tiempo está conmigo, pero sé que le gustan las mujeres, tiene treinta y tres años, diez más que yo, y me fijo como lo miran, pero me gusto que valentina fuera amable, gentil, y no se impresionó con el caballero a mi lado, disfruto el viaje y aunque puso algo de resistencia acepto que almorzáramos en este restaurante que sé que no es barato, parece que cobraran solo por entrar, pero quería lo mejor para ella, aunque sé que no era fácil entrar a este lugar vistiendo tan casuales, bueno informales, y que le daba pena no ir arreglada para el lugar, oh las mujeres!! Hacen un drama por sentirse fuera de lugar!!, aunque fue bueno que Óscar y yo sabiendo donde iríamos nos vestimos pensando en ella, como le diría que iríamos al The Picolo's Restaurant, le daría un infarto antes de llegar, jamas podríamos permitirnos pagar un capricho así, no fue difícil presentarme y que supieran quien era yo en realidad, así que la ropa no fue impedimento para entrar. Tuve que usar algunos contactos para lograr reservar, el lugar es tan popular que siempre está lleno. Por supuesto mi amigo nos invitara y pagara con la tarjeta que abrimos hace unas horas para este propósito.

- gracias, por la invitación, otra vez, no puedo creer que vine aquí, la comida estuvo más que increíble y este pastel de chocolate con fresas esta mortal

- no fue nada querida amiga de mi amigo aquí presente - bromea Óscar, dándome una que otra palmeada en la espalda, sabiendo que en realidad soy yo quien está pagando- fue un placer, y estoy muy de acuerdo estuvo muy bien, pero ahora quiero que me permitan ir a un museo de arte, leí un anuncio que presentarían grafitos, carteles o algo así, me gustaría que me acompañen

-claro!!! - se apresuró decir valentina con una gran sonrisa, sabía que le gustaría la idea - me encantan los museos, -si, lo sabía, hay cosas que no cambian -

- entonces vamos.

Después de pagar fuimos directo al museo

Como acordamos, Óscar se nos perdió de vista, dándome espacio, durante el almuerzo todo fue muy trivial, así que ahora esto era íntimo, si resultaba como esperaba.

Entre cuadro y cuadro , reconoció algunas obras de compañeros de nuestra generación, fotografías, pinturas, carteles y reímos al recordar a sus autores y sus ocurrencias algunos amigos de ella más que míos, pero me alegre al saber que no sabe nada de ellos, se escucha mal, pero eran como pulgas en el perro de mi vecino, no había baño ni veneno que los separara, pero eso es pasado , ahora regreso mis pensamientos a ella y esta vez la veo algo intrigada y justo se detuvo en una pintura, no dijo nada, quiso tocarla, la observo como recordando algo, me volteo a mirar a mí y luego a la pintura lo hizo unas tres veces que me hicieron sonreír, casi me río al ver su expresión de frente arrugada y ojos achicados, la pintura era anónima, luego los abrió mucho, eso no sabía cómo tomarlo, hasta que sin decir nada me abrazo y susurro un gracias.

La deje ahí unos momentos, disfrutando más para mí que para ella ese abrazo lleno de significado, la separe lentamente solo para disfrutar de ver su rostro sonrojarse y su mirada brillante, feliz, quería creer con todas mis fuerzas que ella entendía quién era ella para mí en realidad.

Puntos a su favor
Solo quedaba un detalle más