Todo Estara Bien

vacaciones

Hogar, dulce hogar!

Mi recámara esta tal como la dejé, aunque despolvada y limpia, eso de lo debo a mama porque cada vez que vengo y me voy y mientras estoy el tsunami valentina esta siempre en acción, no reparo en observar mucho porque con solo entrar sabía que todo estaría en su lugar, por eso, no puedo evitar el impulso de ir directo a mi ventana y abrirla. Me encanta tener una casa de dos pisos, y que justo sea mi cuarto el que tenga esta posición, desde aquí se puede sentir la dulce brisa, respirar paz y tener una hermosa vista, aspiro profundo envolviéndome en ese ambiente de salinidad que tanto me transporta a la tranquilidad, es raro pero este ambiente más de fiesta, arena, sol y mar siempre se me ha asimilado a la serenidad.

Cierro mis ojos e imagino las olas del mar romper en la orilla, estoy tan cerca de ella que siento en los dedos de los pies lo áspero de la arena. Realmente estoy muy cerca tanto que puedo llegar saliendo por la puerta de atrás de la casa, lo cual are apenas me instale, un ruido a mi espalda me trae a mi realidad, que son casi las dos de la tarde y que no vine sola.

-hasta que llegamos! – dice Betty tumbándose en mi cama mientras su maleta cae al suelo porque el arrastre no llego a la pared. Los cuatro mosqueteros vinimos juntos a donde mis padres, me dieron 15 maravillosos días de descanso y a los chicos les dieron sólo una semana, lo que está bien, eso significa que tendré una semana sola en donde descansaré de ellos...

El viaje hasta acá tomo más horas de las esperadas, horas de mi vida gastadas porque no se ponían de acuerdo a qué hora salir, que llevar, donde desayunar y en qué medio de transporte vendríamos, si no hubiera sido por eso y que tuvieron que cambiar el neumático hubiéramos tardado la mitad, porque si, locamente decidimos viajar por tierra y no pagar por boletos aéreos solo porque Andrés tiene una misteriosa fobia a las alturas de la que según el nadie sabe, y queríamos ser unos aventureros al volante, pero la verdad fue divertido ver a los chicos en su modo de hombres maduros que saben cambiar un neumático ante dos damiselas en apuros aunque duraron un par de horas en lograrlo.

Al final nos venimos en el jeep de Andrés. Pero quien condujo fue José, porque el dueño del vehículo le gusta dormir, jugar con su celular e ir abrazado de Betty, tanta miel me va a dar diabetes. Aparcando y comenzó la bienvenida. Como siempre pa' y ma', nos recibieron con besos y abrazos, de esos que cortan la circulación sanguínea, a cada uno!! Esos abrazos de oso son mejores que ir al quiropráctico o fisioterapeuta, como sea, a veces me pregunto de donde sacaran tanta fuerza, luego me recuerdo que es la adrenalina, están tan felices de verme que rebosan en alegría, y yo como hija nada celosa los comparto, con mis amigos.

- chicas no se acomoden mucho, doña Ana ya preparó el almuerzo - dice Andrés tirándose en mi cama aplastando a Betty, haciéndolo crujir, lo miro lo más seria que me sale., tratando que un par de rayos láser aparezcan, pero no lo logro y suspiro ante mi frustración solo espero que aguante el peso lo suficiente no quiero dormir en el piso, aunque pensándolo bien quien dormiría en el piso seria el por quebrar mi cama.

-sí y yo estoy que muero de inanición – aporta José, ósea se muere de hambre, que es lo mismo, se comería un caballo, lo cual no es nuevo aun no entiendo como hace para que ese abdomen duro y cuadriculado se mantenga si solo lo veo comer.

Suelto un suspiro cansado y les hago una seña de que me sigan, los tortolos al fin se levantan de la cama y los niños pelean por llegar de primero, mama dijo que harían una parrillada, lo que quiere decir es que hay mucha comida deliciosa sin derecho a contar calorías y de paso había invitado unos amigos del lugar, así que salimos al patio casi corriendo para que no nos dejen sin comida lo que nunca ha pasado, pero eso no significa que nunca sucederá, hoy podría ser ese día y es mejor prevenir que lamentar

Algunos ya conocían a los chicos ya que habían venido en un par de ocasiones atrás, y por supuesto a Betty porque ella vivía cerca, en el mismo barrio, somos del mismo charco.

Fue fácil mezclarse entre todos, mis padres son buenos anfitriones y había mucha comida, como esperaba y no me decepcionaron ni a mi mente llena de ilusiones culinarias, ni a mi estómago falto de alimento, por otro lado socializar nunca ha sido mi problema, a veces mi personalidad melancólica pasiva se adueña de mí y amo la soledad lo que no me impide de disfrutar de mis amigos y familia, es cierto que tengo mucho estrés, hasta mis hombros duelen, he trabajado mucho y aunque ya tengo mi equilibrio emocional de vuelta, aun no me siento como quisiera por eso quería alejarme de la ciudad y todo lo que conlleva vivir ahí.

Mientras me sirvo una rica y gran hamburguesa siento como mama se me acerca pensativa, sus gestos siempre han sido muy transparentes sé que quiere decirme algo, pero no sé si será algo de mi agrado la veo muy pero muy sospechosa, carraspera su garganta para hacerme notar que está a mi lado, como si yo no la hubiera visto, creo que tengo una gran habilidad para que otros crean que ando detrás del palo o que no me doy cuenta de las cosas que hay a mi alrededor.



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En el texto hay: decisiones, amor, amistad

Editado: 26.01.2019

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