13: Una mentira piadosa
Narrador omnisciente:
Isaac y Marianne no dejaban de mirarse como si fueran personas admirando objetos en un museo, cosa que ya estaba fastidiando a Joshua que se encontraba preguntándose ¿Quién demonios era ese sujeto?
Joshua decidió no quedarse con la duda y carraspeo.
- Disculpe pero... ¿Usted quién es? —. El castaño lo miró confundido y luego se dio cuenta de su error, no se había presentado.
- Oh claro, disculpen mi mala educación, Soy Connor Isaac Duncan —. Ambos hombres se estrecharon sus manos pero cuando Joshua estaba a punto de hablar, su prometida lo interrumpió.
Pobre hombre, al parecer hoy todos lo interrumpen.
- ¿Tú eres el mayor inversionista de la empresa de Joshua? —. Marianne lo miraba sorprendida. No creía nada de lo que estaba pasando, todo era muy irreal.
- Así parece, preciosa —. Connor ya se había dado cuenta que Joshua estaba celoso, así que decidió molestarlo, cosa que no paso desapercibido para Marianne que por alguna extraña razón se sonrojó.
- Soy Joshua O'Donell —. El saludo de Joshua fue tardío pero a la vez duró e imponente .— Perdonen que pregunte esto pero ¿De donde se conocen?.
Marianne mira a su jefe, luego a su mejor amigo y suspiró. A ella no le parecía una buena idea lo que estaba pensando hacer Connor, Ann conocía como era su jefe y ella no quería jugar con fuego.
- Lo conozco desde mi época universitaria, fue un gran apoyo para mí... —. Marianne fue interrumpida por su mejor amigo.
- Vamos Mari dile lo que de verdad paso entre nosotros —. Una lluvia de recuerdos inundo la mente de Marianne y maldijo en silencio. Ella pensaba evitar "esa" parte.
- No es necesario Connor...
Connor volvió a interrumpir a la rubia.
- Bueno si tú no quieres contarle yo lo haré, verás amigo mío... —. Joshua se irritó, él no era su amigo .— Durante nuestro período en la universidad, ella y yo nos volvimos grandes amigos, y como sé que ella no lo va ha admitir, lo haré yo... Fuimos pareja y tuvimos planes de formar una familia.
Eso último era mentira, pero sólo Marianne y Connor lo sabían. Además... ¿Que había de malo en una mentira piadosa?.
La mente de Marianne se encontraba muy confusa, no sabía si seguirle el juego a Connor o decirle a la verdad a su jefe, que por cierto estaba rojo de la ira. Entonces ella recordó el incidente que paso cuando la recogió en su departamento y decidió vengarse.
- Cosa que no estuvo muy lejos de cumplirse Connor —. Los ojos del castaño se iluminaron, ella había decidido seguirle el juego y él no desaprovecharía esa oportunidad.
- Como también las largas horas que practicamos tener hijos...
- Basta, no estamos aquí para hablar de ese tema, solo negocios —. Joshua había perdido la calma con el último comentario del castaño.
- Tranquilo amigo, tú preguntaste.
Connor y Marianne siguieron carcajeándose mientras veían a Joshua gruñir.
***
- Bueno entonces eso sería todo —. Joshua se levantó de su asiento acomodando su saco, quería salir lo mas pronto posible de ese lugar y se llevaría a su prometida consigo.
- Claro... Marianne deberíamos quedar algún día —. Connor aún no se cansaba de jugar con los pobres nervios de Joshua.
Nunca —. Pensó Joshua. Pero su secretaria tenía otras cosas en mente, como por ejemplo venganza.
- Me parece bien. ¿Te parece hoy? —. Joshua iba a refutar pero Connor adelantó su respuesta.
- Paso por ti a las siete —. Le guiñó un ojo y eso término con la última gota de paciencia que le quedaba a Joshua y salió del lugar antes de que cometiera una locura.
Marianne maldijo en silencio y Connor sonrió burlón, logro su cometido, siempre le encanto ver a Marianne molesta.
- No te rías idiota, el problema lo voy ha tener yo —. Marianne seguía refunfuñando.
Connor alzó las manos en señal de rendición sin borrar la sonrisa de su cara, lo que hizo que Marianne también sonriera.
- ¿Sigue en pie lo de la salida? —. Preguntó el castaño, Marianne asintió dudosa .— Entonces creo que lo mejor es que vayas tras tu prometido preciosa. Ah y luego me explicas como diablos sucedió eso.
Marianne asintió riendo y se despidió de su mejor amigo.
***
Anne entró muy enojada al penthouse que compartía con Joshua. ¿Como se le ocurría a ese idiota dejarla en medio de una ciudad que no conocía?
Dispuesta a reclamarle a Joshua, se dirigió a toda prisa al cuarto de él, pero se alertó al escuchar una risa femenina. Con sutileza se acercó y no le sorprendió mucho lo que vio.
Joshua, con una chica sentada en sus piernas y conversando muy cariñosamente.
Algo en su interior término de romperse y su rabia aumentó. Carraspeo molesta y él pareció al fin notar su presencia.