20: La curiosidad mato al gato.
Narrador omnisciente:
La luz se infiltro por la ventana con el objetivo de que los dos tórtolos abrieran sus ojos y se dieran cuenta en la posición en la que se encontraban
Joshua fue el primero en abrir los ojos y darse cuenta que Marianne estaba enrollada a su cuerpo y él la abrazaba por la cintura. Sonrió ante tal escena por que se imagino la reacción de Marianne al abrir los ojos.
Como si hubiera sido invocada, Marianne empezó a abrir sus ojos, Joshua cerro los suyos por reflejo y fingió estar dormido.
Anne por su parte se ruborizó al ver donde esta su pierna. Quiso alejarse pero se ganó un gruñido por parte de su prometido. Se concentro en él, dormido se veía tierno, con su dedo delineo la linea de su mandíbula hacia su oreja, los ojos de Joshua templaron ante tan caricia. Marianne se dio cuenta de que no estaba dormido.
Divertida acerco sus labios a los de él y los dejo a poca distancia, tentado Joshua corto toda la distancia que había entre ellos. Fundiéndolos así en un beso suave, cálido y muy relajante, cosa que no duró mucho, los labios de Joshua se movían ferozmente, Marianne lo seguía torpemente. Justo cuando las cosas se iban a tornar un poco más candentes, maldijeron a sus pulmones y se separaron.
Ambos jadeantes y en busca de un poco de oxígeno, se miraron y Marianne fue la primera en reaccionar.
- ¡Fingiste estar dormido! —. Lo acusó la rubia mientras le daba pequeñas palmadas en su pecho.
Joshua se estiro fingiendo estar cansado: - Una pequeña mentira no hace daño a nadie —. Se encogió de hombros y se levantó de la cama.
- Hijo ¿Nos vas ha acompañar a recoger a Amber del aeropuerto? —. La voz de la madre de Joshua retumbó en toda la habitación.
- Claro que si mamá, solo espera que me voy ha bañar —. Joshua se dirigió al cuarto del baño sin si quiera mirar a su prometida. Aún seguía molesto por que en la madrugada la vio confraternizando con el enemigo.
Marianne se siento dolida por que su prometido no se tomo la molestia de preguntarle si le gustaría acompañarlo. Pero ella ya lo había decidido, después de una larga charla con su subconsciente, que haría todo lo posible por caerle bien a la prima de Joshua. Ya que ella no era una maleducada.
Sin más preámbulos se levanto de la cama y se dirigió al armario donde se encontraba su ropa. Eligió su vestuario y se lo llevo consigo al otro cuarto de baño.
Se dio una rápida ducha y se vistió de igual manera.
Al salir se encontró con un Joshua luchando con su corbata, por reflejo se acercó a ayudarlo, hizo un nudo perfecto y su prometido la miro confundido.
- ¿Vas ha salir? —. Preguntó Joshua al verla aplicarse un poco de maquillaje.
- ¿A caso no es obvio? —. Respondió ella con total concentración en la mascara de pestañas que se estaba aplicando.
- Iluminame que soy pésimo para las adivinanzas —. Respondió Joshua mientras miraba su reloj impacientemente.
- Iré contigo al aeropuerto a recoger a tu prima —. Contestó la rubia dejando plasmado a su prometido.
- ¿Que? —. Joshua se acercó a ella y le toco la frente verificando que no tuviera fiebre .— Repitelo que aún no te creo.
Marianne retiro su mano de un manotazo.
- Voy ha ir contigo a recoger a tu prima.
- ¿De verdad me vas ha acompañar? —. Pregunto Joshua por décima vez, al parecer no creía las afirmaciones que Marianne le daba.
- No de mentira —. Respondió Marianne con total sarcasmo, Joshua la miro encarnando la ceja, luego bufo .— Si te acompañaré Joshua. ¿Hay algo de malo en eso? ¿A caso no quieres que te acompañe? Por que si es así solo tienes que deci...
Joshua negó rápidamente: - No, claro que quiero que me acompañes —. Joshua dejó escapar un suspiro de sus labios y Marianne ladeó la cabeza confundida .— Simplemente se me hace raro, pensé que estarías incómoda por que tendrás que mentirle a una nueva persona.
Marianne lo pensó.
- Estuve toda la noche pensando en eso y decidí que no quiero darle la impresión a nadie de que soy una maleducada —. Confesó .— ¿A caso no querías que se viera realista? Solo te estoy dando lo que querías.
Una idea cruzo la mente de Joshua y apretó los puños al recordar el incidente de la madruga.
- ¿Por eso estabas hablando con Christopher? ¿Tampoco querías ser maleducada?
- Me huele a celos —. La rubia hizo como si olfatearía por todos lados.
Se acercó a Joshua y este alzó las manos indicando su inocencia:
- No soy yo, ya me bañe.
Marianne rodó los ojos ante la contestación del castaño.
- Ya era hora, apestaba todo el lugar desde ayer.
Ahora Joshua rodó los ojos.
- No me cambies de tema Anne, dime que estabas haciendo con mi primo.
- ¿Conversando?
¿Con palabras? —. Pensó sarcásticamente Joshua.