Todos Nuestros Secretos

Capítulo 2: Belle, Belle y Belle

Pasar las vacaciones en un lugar donde no conocía a nadie era bastante aburrido. Los primeros días me entretenía ordenando mi habitación y descubriendo mi nueva casa, pero eso se terminó muy rápido, no había tanto por recorrer, ningún pasadizo secreto para mi desgracia, solo un ático repleto de cajas y polvo.  

A falta de otra cosa, como amigos, por ejemplo, pasaba mis días leyendo y viendo películas en la tele. Casi siempre estaba sola, ya que mi padre trabajaba en la estación de policía, y mi madre solía encontrar buenas excusas para estar lejos de mí. La más reciente era sembrar flores. 

La puerta del patio trasero rechinó y mi progenitora apareció. Tenía el cabello recogido en un moño despeinado, un vestido largo hasta las rodillas, y un par de guantes sucios que demostraban su arduo trabajo en el jardín. Pasó directo hacia el piso de arriba mientras yo estaba en el sofá buscando algo para ver.  

La serie Friends apareció tras varios cambios de canal, una de mis favoritas en estos días. Me eché sobre los almohadones, vestida con mis shorts de pijama y una camiseta con un osito, hasta que el capítulo terminó y los créditos aparecieron. 

—Tengo que ir a comprar algunas cosas para el jardín, ¿quieres venir? —preguntó mi madre apareciendo por las escaleras. Tenía el cabello húmedo recogido, y había cambiado el vestido por una camisa rosa y una falda floreada —. A tu padre no le gusta que te pases todo el día encerrada, está preocupado por ti, cree que deberías salir un poco. 

La observé desde mi posición en el sofá. Sus gélidos ojos azules me observaban con molestia, y bajo ellos tenía ojeras que evidenciaban su falta de sueño. La noche anterior había discutido con mi padre, podría haberlo sabido solo con ver su expresión, aunque en realidad los escuché gritarse el uno al otro durante un buen rato. 

—Está bien —respondí poniéndome en pie de un salto —, creo que me pasaré por la librería, ya me quedé sin libros por leer —comenté con una sonrisa que ella no correspondió —. Subiré a cambiarme. 

Me apresuré a mi habitación y me coloqué un short de jean junto a una camiseta color lila, era ajustada, pero no lo suficiente como para que mi madre la clasificara como “indecente”, cosa que hacía con la mayoría de mi ropa. Recogí mi cabello en una trenza, tomé un poco del dinero que tenía ahorrado y volví junto a ella, quién me esperaba sentada en el sofá con la mirada perdida en la ventana.  

Era una mujer joven y bonita, con el cabello rubio dorado y los ojos del color azul de los icebergs. Apenas tenía treinta y seis años, aunque a veces se veía mayor, pasaba algo parecido con el señor Prescott, la edad de sus rostros, la dureza de sus expresiones, no necesariamente se correspondía con sus años de vida. 

—¿Vamos? —le dije llamando su atención, apartó la mirada de la ventana y me dio una corta inspección antes de asentir. 

Salimos juntas de casa, y mientras yo tarareaba una canción alegre sobre la llegada del otoño, ella caminaba a mi lado con el semblante serio.  

—Amelia —la voz de Laura llamando a mi madre hizo que ella cambiara su expresión de forma radical. De repente ya no era la mujer triste con una familia que apenas se mantenía en pie, era una esposa feliz, madre amorosa, y una persona alegre de sonrisa radiante. Que fácil se le daba fingir que todo estaba bien.  

—Laura —dijo mi madre dándose la vuelta para encontrarse con su amiga —, ¿cómo estás? ¿Qué tal va tu día? 

Nuestra vecina suspiró de forma dramática y comenzó a relatar su tarde ajetreada, sin dejar en ningún momento de lucir una sonrisa alegre, demasiado natural frente a la de su amiga. 

—¿Y ustedes qué? ¿Salen de paseo? —preguntó una vez que terminó de hablar. Laura tenía una jovialidad chispeante y contagiosa, cuando me encontraba con ella no podía evitar sonreír.  

—Iremos de compras, quiero semillas para el jardín, y algunas cosas para la concina—explicó mi madre —. También pensaba llevar a Evie a comprar algo de ropa, ya sabes, para el comienzo de clases, ¿me recomiendas alguna tienda? 

La miré sorprendida, esos eran planes nuevos para mí. Creía que solo iríamos por semillas y libros, y quizá a visitar a mi padre un rato. Pero ir a comprar ropa era otra cosa. Antes salía con mis amigas, porque las prendas que elegía siempre eran motivo de disgusto para mi madre. Nunca peleábamos, así no era como funcionaba nuestra relación, ella se limitaba a mirarme en silencio, con sus ojos fríos y distantes, y yo sabía que algo no le gustaba.  

Mi estomago se encogió un poco. Ir de compras juntas significaría nuevas confrontaciones silenciosas y, la mayoría de veces, yo salía perdiendo. Sobre todo, ahora, después de que ella hubiera perdonado tantos de mis errores.  

Laura nos habló sobre las mejores tiendas en Overwood, y mi madre oyó cada detalle con los ojos brillantes. Ella era la heredera de una gran fortuna familiar, había crecido rodeada de lujos y comprar era su pasatiempo preferido. Entre sus gastos favoritos estaban la ropa y las joyas. Siempre llegaba con regalos para mi padre y para mí, prendas que envejecían en mi armario y accesorios que nunca tenía ocasión de usar.  

—Ahí estás —dijo de repente Laura con una mueca de alivio —, tu padre está muy molesto contigo. 

Por un segundo creí que me hablaba a mí, aunque no tuviera sentido, pero luego noté que sus ojos estaban puestos en alguien más alto que yo, parado justo detrás. 

Me di la vuelta para ver al mayor de los Prescott, Kai. Sostenía la correa de Pan en su mano derecha, y por su apariencia era evidente que llegaba de trotar. Sus pómulos y nariz se encontraban enrojecidos por el sol, y estaba sudado, de forma que algunos mechones de su cabello se le pegaban a la frente. La camiseta negra que traía, pegada a su cuerpo como una segunda piel, resaltaba lo bien entrenado que estaba. 

—Ya estoy aquí —respondió en tono aburrido, pasó junto a nosotras en dirección a su casa e ignoró la mirada que le dio Laura, que había pasado del alivio a la preocupación. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.