JULIETTE HAWKINS
— Juliette levántate, se te hará tarde —,
escuché la agradable voz de papá.
Fue sarcasmo por si no lo notaron.
¿Por qué la escuela no podía comenzar al mediodía? Con pereza logre sentarme en la cama mirando a la nada; pensando en cómo fingir que estaba enferma para poder faltar al no-primer día de clases.
Ya bañada, vestida y peinada, opté por acomodar mis cosas en la mochila; mi habitación era un desastre y sabía muy bien que papá me gritaría cuando volviera de la escuela por ser tan desordenada.
— Buenos días papá —, saludé bajando los pocos escalones que quedaban —, ¿hay desayuno?
— Está en la mesa, sírvete y lava los platos —, avisó con la mirada puesta en el periódico que leía
— ¿Alguna carta de mamá sobre cómo está la abuela? —, tomé un poco de jugo sintiendo como mis labios resecos se mojaban, que agradable sensación.
— No
Papá siempre fue un hombre de pocas palabras -muy pocas- sin embargo todo eso empeoro cuando se divorció de mi mamá. Mi progenitora se llevó a mi hermana pequeña y yo me quede con mi padre. Mire donde él se encontraba, leía su periódico frunciendo ligeramente el ceño. Mi familia decía que me parecía físicamente a mi padre, pero que tenía la personalidad de mi madre.
— Ya me voy, ¿haces tú la cena? —, pregunté recogiendo los trastes para lavarlos.
— Tengo trabajo que adelantar —, señaló su billetera que estaba en la mesa —, agarra dinero para extra para que cenes afuera.
— ¿Otra vez cenaré sola? —, molesta le pregunté —, hoy se cumple un año de la muerte del abuelo, pensé que podíamos cenar juntos y despu...
— Juliette, este trabajo te da de comer —, me interrumpió bajando el periódico para mirarme enojado —, tu abuelo está muerto, no podemos hacer nada más. Con irlo a visitar nada ganamos.
— Entiendo —, susurré y puse el plato en el escurridor mientras agarraba la correa de mi mochila y la pasaba por mi brazo —. Nos vemos.
Azote la puerta con fuerza por el enojo que tenía. Ese era el señor Hawkins, un hombre que dejaba sola a su hija en momentos importantes. Mi abuelo hoy cumplía un año de fallecido, el hombre que disfrutaba fumar en el balcón mientras decía que la política era un asco ya no estaba en mi vida.
— Abuelo, te extraño —, una lágrima brotó, miré al cielo azul cubierto por nubes grises —, al parecer hoy habrá una tormenta.
...
— Te extrañe demasiado Julie.
— Fueron las 2 semanas más tristes de mi vida.
Ambas sonreímos para después abrazarnos. Había extrañado a la castaña demasiado. Claire agarro mi brazo y lo entrelazó con el suyo y comenzó a contarme que había hecho en sus vacaciones intermédiales.
— Viaje a visitar a la abuela. Papá se fracturo el brazo. Yo me fracture el brazo. Mamá se enfermó de la gripa. Yo me enferme de la gripa. Conocí a un chico bastante extraño en la clase de periodismo. Vi dos series seguidas sin dormir. Lloré con el libro que me recomendaste. Escuche las canciones que tanto te gustan —, comenzó a enumerar todas las cosas que realizó.
Claire era una mi mejor amiga desde que entre a esta escuela. La conocí cuando le pregunté si tenía una regla extra que me preste, ella tenía solo una por lo que decidió romper su regla en dos mitades.
Una para mí, otra para ti —, me dijo la castaña esbozando una sonrisa.
— ¿Irás al viaje de excursión? —, pregunté curiosa.
— No lo sé, tendría que convencer a mi padre, sabes que él quiere que me concentre solo en mis estudios -, sacó unas monedas y me las dio —, compra el jugo tú, iré al baño.
Mire a mis alrededores encontrándome con muchachos apurados corriendo de un lado a otro preocupados. Visualicé a Charles quien coqueteaba descaradamente con la morena de su costado. A lo lejos observe a su enamorada Alyson ir hacia donde él se encontraba. ¡Que comiencen los madrazos!
Lamentablemente no me pude quedar, tenía que comprar los jugos o si no Claire me mataría. Sin embargo ya sabía el desenlace de la historia, Alyson y Charles en el cuarto del conserje compartiendo saliva después de haberse insultado y decir que iban a terminar.
— Buenos días señor Jake —, lo saludé —, me da dos 2 botellas: una de naranja y otra de manzana por favor —, pedí mientras le entregaba el dinero.
— Pequeña Juliette, estás en tu día de suerte, me queda solo una botella de naranja —, me informó —, y ¿qué tal las vacaciones? —, preguntó mientras guardaba el dinero.
— Me leí 12 libros en dos semanas —, sonreí esperando mi cambio —, es mi máximo récord.
Guarde mi cambio y me encaminé hasta donde se encontraba el jugo de manzana, cogí el de Claire y lo guarde en la mochila, fui donde el de naranja pero antes de cogerlo alguien me lo impidió.
Dos manos se encontraban en la botella, una arriba que era la mía y otra abajo que era de ese alguien.
— Yo la agarre primera —, me apresuré a decir.
— Yo no creo eso —, alcé la vista para encontrarme con unos ojos color azul —, estoy casi seguro que yo fui primero.
— No lo creo, mi mano está más arriba que la tuya.
— Eso no significa nada —, agarró la botella con más fuerza.
— ¿Por qué simplemente no agarras otra? Mira a tu alrededor, hay muchísimas —, expliqué con un tono cansado por su actitud.
— ¿Y por qué no lo haces tú? —, preguntó —, Además me gusta la naranja y esta es la última.
Mire directamente a su marea azul ejerciendo más fuerza en la botella. Al parecer no se rendiría, sin embargo yo no estaba con humor para soportarlo.
— Eres molestoso, no discutiré contigo por algo estúpido —, alejé mi mano de la botella y me fui.
— Si me dices tu nombre te doy la botella —, habló a mis espaldas pero al ver que no respondí agregó: —, Gracias tomate.
...
— ¿Y se lo diste? —, preguntó Claire después de haberle contado el por qué traía conmigo dos botellas de manzana.