Tormenta

Una pequeña sonrisa.

— ¿T-tu que-e? —, pregunté confundida y sentí subir la sangre a mis mejillas.

Dio una risotada y golpeo la mesa, mire a Claire quien también se reía

— Estaba bromeando tomatito —, volvió a reír —, debiste de ver tu cara.

— Hablábamos sobre que estudiaremos —, me informó Claire.

— Oh bueno, aún no sé qué estudiar, hay varias opciones —, respondí para después enojada añadir: —, y deja de decirme tomatito Elliot.

— Como digas tomatito —, se burló haciendo énfasis en la última palabra.

— Estúpido.

Después de media hora la campana había sonado y ya estábamos en nuestros asientos respectivos. Teníamos clase con el profesor Phillips quien dictaba física, materia que no se me daba bien.

— Como buen inicio, tendrán un examen escrito sobre termodinámica 
—, informó a la clase para luego escucharse murmullos en desacuerdo.

Comenzó a repartir los exámenes y los nervios en mí se hicieron presente. Realmente esta materia era mi menos favorita y la que peor se me daba, mire hacia Claire pidiendo ayuda pero ella estaba peor o igual que yo. Recordé entonces las palabras de la profesora Elizabeth diciendo que no debía bajar mis notas. Sin pensarlo dirigí mi mirada a Elliot quien ya se encontraba resolviendo el examen como si fuese lo mejor del mundo; maldije internamente y espere mi entierro.

Había pasado una hora, solo pude responder cinco preguntas de diez. Al menos tendría la mitad de la nota si es que estaban bien esas cinco. El profesor le pidió a Elliot que pida los exámenes de su fila y la de su izquierda. Cuando llegó a mi carpeta me sentí avergonzada por mi examen, rápidamente se lo entregué, sin embargo él comenzó a hojear las respuestas mientras esperaba por el examen de Claire; frunció el ceño y me miró para después colocar mi examen al final de todos.

— Quiero morirme —, dramatice mientras guardaba mis cosas.

— Descuida tomatito, lo más probable es que haya recuperación, nadie se esperaba ese examen; la mayoría saldrá reprobada.

— No me digas tomatito Claire.

— ¿Por qué? —, preguntó confundida la castaña.

— Por que a ti no te sale —, Elliot sin previo aviso se metió en nuestra conversación sonriendo —, tomatito si buscas ayuda puedo ser tu profesor de Física.

— No gracias, no quiero deberle favores a nadie, ni mucho menos a ti —, di la vuelta y me fui.

Caminaba sola hacia el salón de la profesora Elizabeth quien minutos atrás había mandado a alguien para avisarme que requería verme. Di dos toques a la puerta que fueron suficientes para llamar la atención de la profesora que se encontraba buscando algo.

— Hawkins, pasa, pasa —, pidió apresuradamente mientras seguía buscando lo que se le perdió.

Estuvo desordenando todas sus cosas por diez largos minutos, cuando lo encontró sonrió triunfante para luego mirarme.

— Lamento el desorden, estaba buscando esto —, extendió el papel a mis manos —, hoy me olvidé de entregarte este papel donde dice detalladamente las carreras disponibles. Juliette, ¿sabes que estudiarás?

Oh joder, la misma pregunta que me eh venido repitiendo varias veces en el año.

— No —, respondí siendo sincera.

— ¡Oh vaya! —, mordió su labio inferior, sacó una tarjeta de su escritorio y una pluma, escribió al reverso de esta y luego me lo entregó —, este curso te ayudará.

TALLER VOCACIONAL, INGRESANTES 2021. Decía el título de la tarjeta.

— ¿Gracias? —, le agradecí un tanto confundida —, ¿Cree que pueda calificar para la beca?

La profesora me miro un tanto insegura si decirme la verdad o mentirme. Optaría por la verdad siendo ella.

— Te seré sincera, si bien habrá demasiada competencia, puedes alcanzar la beca con tus notas, sin embargo tienes que mejorar tu puntaje en física que es lo único que arruina tu promedio.

Este es el momento exacto donde me arrepentí por no haber aceptado la ayuda de Blackwood.

— Supe que hoy el profesor Phillips tomó un examen, ¿cómo te fue? —, me preguntó.

— Cre-creo que bien —, tartamudee nerviosa. No quería decepcionarla.

Dio un suspiro cansino —, Hawkins, considera la opción de pedir ayuda. El muchacho Blackwood por lo que sé, en su anterior colegio ganó concursos sobre física, puedes pedirle que te ayude —, mencionó.

Si usted supiera que acabo de rechazar su oferta.

En mi defensa, no sabía que era tan bueno en física. Me despedí de la profesora diciéndole repetidas veces que consideraría su oferta.

En lo que restaba del día, Elliot no volteó a verme o a dirigirme la palabra, fue extraño. Las clases habían terminado, me despedí de Claire y mire la hora, 5:30 ¡perfecto!, el cementerio aún estaba abierto.

Con flores y dos botellas de agua caminé por el pasto recién podado. El cementerio estaba desolado a pesar de que aún era hora de visita, la gente no llegaba porque ya era de tarde y tenían miedo.

A los vivos hay que temerles, los muertos ya pasaron a otra vida, ¿qué pueden hacerte?

El recuerdo de mi abuelo fumando su cigarrillo sentado iluminó mi mente. Realmente extrañaba a ese viejo. Encontré su tumba y me fui directo a ella, primero lo saludé para después dejar las flores a un costado y comenzar a lavar los potecitos en donde flores marchitas se encontraban. Una vez limpia y adornada su tumba, me arrodille y le hable.

— Hola —, sonreí melancólica, cerré mis párpados —, hoy se cumple un año de tu muerte y aún me haces tanta falta como el primer día. Extraño todo de ti, tus abrazos, tus besos, tus mimos y tu mal carácter. Extraño que me pidas una taza de café, te extraño —, abrí mis párpados, mi labio inferior comenzó a temblar y mis ojos picar, sentí mi pecho arder y mi garganta doler —, ¿cómo pudiste dejarme sola, eh? Se suponía que tú estarías ahí aconsejándome sobre la vida, ayudándome a superar mis problemas adolescentes, ¿a quién puedo recurrir ahora? Dime por favor.

Mi voz se quebró, no podía seguir hablando, no después de que un recuerdo suyo me invadiera. No podía simplemente ser fuerte después de que él haya muerto. Se llevó una parte de mí con él. Sabía que debía ser fuerte, pero, ¿cómo logras salir adelante si la única persona que te amo se fue y nunca más volverá? Él se fue en un viaje sin retorno y se perdió, y aunque su recuerdo siempre permanecerá en mi corazón, todavía duele.




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