Búnker 1002
A las afueras de la trinidad
02/2056
Actualidad
Corría por los pasillos como si la vida le fuese en ello. Estaba preocupado por la chica d cabellos rojos, no había recibido ningún mensaje de ella en toda la reunión y ya se comenzaba a inquietarse por ella.
Giró a la izquierda en una esquina, esperando poder seguir con su carrera para buscarla, pero esta fue detenida por el cuerpo de alguien. Chocaron y cayeron al suelo uno sobre el otro. Cuando por fin se dio cuenta de quien se trataba. Su cabello rojo caía por todos lados, y su mirada notaba que estaba confundida con lo que pasaba en aquel momento.
Estaban muy juntos, ambos lo sabían, pero ninguno quería separarse de aquella situación. Byron quitó un mechón de cabello rojo que cubría el rostro de Nuha con lentitud.
— Me preocupé por ti — alcanzó a decir él, el cual estaba encima de ella.
Nuha suspiró, tenía un nudo en la garganta y sentía una opresión en el pecho ante el momento. ¿Qué tenía ese maldito hombre?
— No quería molestarte. — Comenzó de una manera floja — Iba a tu habitación para avisarte que todo fue bien.
Byron sonrió ante sus palabras. Aunque no hubiese visto a los chicos, le bastaba que Nuha si lo hiciera, y confiaba que ellos estaban bien.
— Gracias. — Murmuró él — Por todo.
¿Qué responder a eso? ¿Qué hacer en aquel momento tan íntimo? Tenía a Byron sobre ella de una manera muy extraña, pero no lograba ser incómoda para nadie. Abrió la boca para tratar de responder algo, y ahí fue que lo notó.
Byron miraba su boca. ¿Aquello era indicio de que quería besarla? Lo era ¿no? Parecía estar imaginándose todo aquello, pero no quería que fuese su imaginación, quería que fuese verdad.
Estaba indecisa en que hacer, y por su mente cruzó la idea de besarlo. ¿Por qué? ¿Era la idea espontánea del momento, o sólo estaba actuando y pensando con otro lado que no era el cerebro? Tal vez, tal vez no lo hacía con la cabeza, sino con el corazón. Quería besarlo, y fue en ese momento donde la idea ya no parecía tan loca ni descabellada.
Nuha lo tomó del cuello de la camisa y lo acercó a ella a la vez que levantaba su cabeza del suelo para besarlo. Él se sorprendió, pero siguió aquel beso. ¿Lo quería? Claro que esperaba también que sucediera, solo que sus pensamientos eran tantos y tan vagos que no podía descifrar que gritaba su corazón. Ambos tenían los ojos cerrados para poder mantener más la concentración en el beso.
No era la primera vez de ninguno, y eso hacía que no fuese un beso torpe en ninguna de las maneras. Se complementaban bien, y ese beso era la demostración física de todo aquello.
La mano izquierda de Byron viajó del suelo del pasillo a la nuca de la chica, donde colocó sus cuatro dedos en su cabello y el pulgar acariciando su oreja. Nuha hizo lo mismo, pero tomó el mentón del hombre tratando de acercarlo más y profundizar el beso todo lo que se pudiese.
Ella fue la que inició el beso, y también fue la que lo terminó, separando sus labios de los de él de una manera lenta, mostrándolo así que no quería que aquello acabase. Los ojos azules de Byron la miraron confundido.
— ¿Qué pasa? — susurró el con la voz ronca. La acción sólo logró que las piernas de Nuha flaqueasen.
— No podemos quedarnos en el suelo. — Le recordó la situación en la que ambos se encontraban — Vamos, pronto será el toque de queda.
Byron se levantó y después ayudó a la chica a hacerlo. Terminaron de nuevo con los cuerpos muy juntos, pero se separaron rápidamente.
— Vamos a tu habitación — sugirió la chica, a lo que Byron la miró de una forma pícara. Nuha se sio cuenta de aquello y le soltó un golpe en el brazo — Para decirte que fue lo que sucedió.
«Sé más específica» contestó el hombre.
Comenzaron a caminar en dirección a la habitación de Byron, y cuando entraron las luces de todo el lugar se apagaron indicando que la noche había llegado y ya era hora de dormir. Byron encendió una pequeña lámpara de noche que descansaba en su escritorio e hizo que apuntara al techo para aumentar la luz en la habitación.
Nuha caminó a la silla giratoria frente al escritorio y la volteó para quedar frente a la cama donde Byron se sentó al fin. Nadie sabía que decir, la tensión era palpable. Pero Byron debía ser valiente y hablar, era por los chicos.
— ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó Byron recargando sus codos en sus rodillas, haciéndose más adelante y teniendo más cercanía a las palabras de Nuha.
— Llegué al lugar, — murmuró de una manera casi inaudible — fue horrible llegar hasta ahí, pero pude hacerlo. Les entregué las cosas con la condición de que si trataba de hacer algo contra ellos podrían matarme. — Los ojos de Byron se abrieron grande, Nuha rápidamente tomó su mano para calmarlo — Confío en ellos, por eso dije eso. — Volvió a susurrar.
Editado: 17.12.2018