Capítulo XVI

Abrí mis ojos con lentitud, lo último que recordaba era estar en brazos de Connor, al principio creí que había sido una alucinación hasta que vi como ellos me habían dejado en el hospital y en ese momento me desvanecí completamente al encontrarme segura; había resistido con la esperanza de que pronto llegaran por mí. No me esperaba que quienes efectuaran mi rescate fueran a ellos y ya solucionaría eso.

-Travis- dije en un susurro viendo la cabeza del muchacho recostada sobre mi cama, él no se despertó; con cuidado levanté mi mano para acariciar su cabeza; él se levantó sobresaltado cuando mi mano hizo contacto con su cabellera.

- ¿Cassie? - pregunto ilusionado, le sonreí a medias, mi cuerpo dolía un poco, ya no había rastro de ninguna herida; ser una criatura sobrenatural tenía sus ventajas en ocasiones- Dios mío despertaste- dijo llorando el muchacho- creí que te perdería para siempre.

- ¿Cuánto llevo dormida? - le pregunté, su rostro estaba demacrado, tenía bolsas bajo sus ojos y el cansancio era notorio en su mirada.

-Dos semanas- dijo él preocupado- Connor y yo no nos hemos despegado de tu lado, él estaba agotado, yo estuve cubriendo los turnos para cuidarte- dijo el muchacho, intenté levantarme y él se acercó a ayudarme.

-En definitiva es mucho tiempo- dije moviendo mi cuello de lado a lado- cariño te agradezco que me cuidaras y no sabes cuánto agradezco que me rescataras- le dije tomando su mano, su mirada estaba cargada de terror; mataría al idiota que lo hubiera mandado a ese lugar, ellos no estaban listos para una misión de ese calibre- siento mucho que te hicieran vivir eso mi niño.

-Fue horrible- dijo él reconociendo su temor- creí que te perdería para siempre- dijo soltando un jadeo de tristeza, se acercó con rapidez a mí- no vuelvas a hacerme esto- dijo tomando mi rostro y besándome con insistencia, no era como si fuera la primera vez que lo hacía, después de tanto tiempo sin verlo, se sentía como respirar nuevamente; se escuchó un carraspeo en la entrada de la habitación y ambos nos separamos, Johanna y Freya estaban de pie mirándonos encantadas.

-No deseábamos interrumpirlos- dijo mi mejor amiga con una sonrisa- veníamos a la revisión rutinaria- dijo ella sonriendo hacia Travis- creo que deberías llamar a tu hermano cariño- dijo y él asintió tomando su teléfono.

- ¿Qué hacen de pie sin revisarme? - les pregunté a ellas que esperaban pacientemente a mi lado, ellas sonrieron tensas y miraron a Travis- no lo miren a él, mírenme a mí- dije enojada, me molestaba que me ocultaran las cosas.

-Ellos no permiten que nadie te toque si no están presentes los dos- dijo Johanna suspirando, abrí mi boca ofendida- no los culpes Cassie, sus lobos están nerviosos, casi te pierden- dijo ella- sufriste una crisis en el quirófano y ellos sintieron la pérdida- dijo mi amiga y suspire frustrada; tenía muchas cosas con las que lidiar como para que ahora tener que controlar a un par de lobos sobreprotectores.

-Connor mueve el culo ahora- dijo Travis colgando su llamada, se acercó hasta la camilla y beso mi frente con dulzura, tenía mi cara de frustración y enojo- cariño no te enojes solo no queremos que nadie te haga daño- dijo él acariciando mi mejilla y convenciéndome con esa dulce mirada, baje la guardia ante su petición.

-Eso si no me lo esperaba- dijo Freya completamente anonadada- ni Alec tenía tal poder sobre ti- dijo ella con burla, la miré mal y me recosté en el hombro de Travis que daba suaves caricias en mis brazos; minutos más tarde por la puerta del lugar ingreso Connor agitado y perfectamente arreglado.

-Gracias a Dios- dijo él al verme, aparto a su hermano para abrazarme con fuerza y llenarme de besos el rostro, solté varias carcajadas encantada por sus mimos, a falta de un loco lobo sobreprotector yo tenía dos.

-Ya que están los dos ¿podemos proceder? - pregunto la madre de los muchachos; estos asintieron alejándose y dando espacio para que me revisaran, Freya se encargó de mi estado físico y Johanna de mis signos vitales, no me gustaba que me toquetearan tanto, debía aguantarme.

-Estas perfecta- dijo mi mejor amiga acomodando su estetoscopio en sus hombros, mi mirada se iluminó- y como sé que vas a preguntarlo, puedes trabajar- dijo ella y Travis soltó un gruñido - oh no hijo yo no iba mentirle- dijo mi mejor amiga levantándose.

-Madre ella debe descansar- dijo Connor con la misma mirada llena de furia que su hermano- solo debías decirle que se tomara unos cuantos días- los mire indignada.

- ¿Ustedes perdieron la cabeza muchachitos insolentes? - dije enfurecida al borde de sufrir un colapso- Johanna trae alguien para que me quite esta mierda- le dije y ella asintió- ustedes par de mocosos van a traerme mis cosas, y me entregaran mis niñas ahora- dije mirando como mis Serphentinas estaban muy cómodas sobre la piel de los gemelos.

-Eres sumamente irresponsable Cassandra- me dijo Travis enojado, Freya y mi mejor amiga salieron lentamente dejándome sola- vas a trabajar después de casi morir- dijo él escandalizado, Connor froto sus sienes- ¿sabes el trabajo que pasamos para sacarte de aquel lugar?

-Travis lo sé- dije levantándome de la cama y estirando mi cuerpo, me sentía un poco entumecida- no puedo simplemente abandonar todas mis responsabilidades y lo sabes, menos ahora- le dije enojada; por la puerta ingresaron varias enfermeras, con un poco de ropa cómoda para que pudiera ir a la mansión a realmente arreglarme.