Tortura a los 16

XXX

Narra Gema:

Desperté en una habitación de hospital, confundida ya que no recordaba mucho de lo que había pasado. Tenía una línea intravenosa en mi mano y un suero conectado a este, vestía la típica bata de hospital y mi cabeza dolía como los mil demonios.

Luego de algunos minutos una enfermera entró a mi habitación a revisar que el suero estuviese funcionando y me informó que el doctor vendría en unos rato para realizarle un chequeo y tener un diagnóstico de lo que me ocurrió.

10 minutos después

Me encontraba impaciente en la cama, asustada y curiosa a la vez sobre lo que el doctor me realizaba. Tomaron diversas muestras de sangre, orina y me realizaron diversos estudios: tomografías, ultrasonidos e incluso una resonancia magnética para descartar tumores y esas cosas que de verdad me da mucho miedo pensar que estuvieran invadiendo mi cuerpo.

Después de eso me dejaron nuevamente en mi habitación y el doctor dijo que hablaría con mis padres con una expresión que demostraba que algo no andaba bien, sé que en ese momento debería estar asustada, pero por mi mente solo pensaba en que yo no soportaría esto y que en ese momento debería comenzar a volverme más fuerte por qué algo en mi interior me gritaba “Ya no te queda mucho tiempo”

Sabía que mis padres estarían paranoicos fuera cualquier cosa la que los doctores les informaran, estaba tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera escuché cuando la puerta se abrió y el doctor entró a la habitación acompañado de mis progenitores y mi abuela, me intenté sentar pero fue inútil ya que mi cuerpo dolía demasiado y estaba completamente mareada.

— Doctor, ¿Ya me puede decir que es lo que me ocurre?— Exclamé de mala gana, ya estaba  harta de que nadie me dijera nada y que todos estuvieran con cara de funeral.

Creo que fue mi actitud fría lo que hizo que el doctor por fin se dignara a hablar

— Después de realizarte diversos exámenes, el ultrasonido nos mostró una masa que se encuentra localizada en tu pecho.

Por la expresión del rostro de mis familiares, sé que a ellos ya les han informado de la situación.

—Y ¿Qué se supone que es? Doctor Kim, usted siempre es el portador de malas noticias para mi familia, dígalo de una vez ya que puedo soportarlo— Mi voz sonaba segura y decidida, aunque por dentro sentía que estaban golpeando mi corazón con un martillo.

—De acuerdo, Gema creemos que podrías tener un quiste en el mejor de los casos, este podría ser inofensivo— Lo interrumpí.

—¿Y en el peor?

—En el peor de los casos, podrías tener cáncer.

¿Han tenido ese sentimiento de que se esforzaron lo suficiente para un examen y de todas formas lo reprueban?
Pues justamente eso fue lo que sentí, me he esforzado toda mi vida para lograr hacer las cosas bien, ser buena hija, buena amiga, buena hermana y la vida me castiga con esto, déjenme decirles que el cáncer es una tremenda devlin y eso es de solo leer y estudiar sobre ello. Ahora piensen que les dan la noticia de qué posiblemente lo tengan destruyendo todo su organismo sin que puedan hacer algo para evitarlo.

—Y entonces ¿Cuál es el plan? ¿Más estudios? ¿Quimioterapia o radiación? ¡Necesito saber si me queda tiempo para poder vivir!

—Gema, relájate— Mi madre exclamó con la voz rota.
—Aun ni siquiera sabes que es lo que tienes, deja hablar al doctor y por primera vez en tu vida deja de intentar aparentar que lo sabes todo.

Después de eso, el doctor prosiguió:

—Te haremos una cirugía exploratoria, para tomar un pedazo del tumor y realizar una biopsia. Esa es la única forma en la que sabremos si es maligno o benigno.

—¿Cuándo será eso?— Debía saber si me dejarían morir o si lograrían ayudarme.

—Dentro de semana y media para lograr estabilizarte y realizar las estudios.

Después de eso el doctor salió de la habitación y me quedé con mi familia, la cual fue saliendo y entrando de la habitación. Ni siquiera me importaban las personas que estaban ahí, yo necesitaba a mi roca y ese es James, pero sabía que en ese momento él estaría dando una lucha interna sobre como evitar decir algo inadecuado o simplemente batallando con la palabra “Cáncer” la cual desde hoy formaría parte de nuestro vocabulario.

Mi familia solo hablaba de como la gracia del señor me protegería y evitaría que algo me pasará, mis tías rezaban y cosas así. Estaba harta de escuchar a todos diciéndome la estúpida frase de “Todo saldrá bien” ya que me hacía sentir más miserable.

Todos hablaban a la vez y yo estaba por estallar.

—Gema, vamos a orar por ti y tu pronta recuperación— Exclamó una señora que en mi vida había visto.

Mientras que la madre de Alisson estaba ahí por alguna razón.

—Esto te lo tienes bien merecido— Exclamó la señora O'Connell.

—¡Necesito a James!— Exclamé a todo pulmón.

—Mamá, necesito a James, dile que venga— Estaba hecha un mar de lágrimas y solo necesitaba a la única persona que me comprendía.

—Iré por el mi niña, relájate.

Mi madre se fue y después de mucho rato regresó diciendo en palabras simples que él no vendría.

Evité llorar ya que necesitaba mantenerme fuerte pero fue inútil ya que lloraba de noche cuando mis padre se dormían, me quedaba despierta en está triste habitación de hospital pensando que es lo que había hecho mal para recibir este castigo.

Según mis padres mientras dormía, gritaba la misma frase cada noche “James, ¿Dónde estás? Te necesito idiota, ¿Por qué me abandonaste”

Y está era mi vida ahora, análisis diarios, más mis tareas de la escuela que los maestros mandaban para evitar atrasarme, ser ignorada por James y básicamente sentirme completamente miserable por no tener amigos que se preocuparan por mi, apesar de que Violet viniera todas las mañanas a verme y contarme todo lo que pasaba en la escuela.

De esa forma me enteré que James no iba a clases y que siempre encontraba a Alisson llorando en los recesos.




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