Un par de brazos pasaron sobre mis hombros y entendí que James me estaba abrazando. No estaba seguro de como reaccionar pero por alguna razón su tacto se sentía como un arcoíris después de la tormenta, sentía una sensación de paz que no había sentido hace mucho y eso me asustaba de todas las maneras posibles.
–¡No fue tu culpa! No sabias que ella estaba enferma, tampoco sabias que su padrastro abusaba de ella y si, la trataste muy mal, pero, de alguna manera todos lo hicimos. Todos la ignoramos cuando era claro que su mirada gritaba por ayuda.
–Si tan solo no hubiera sido tan egoísta, si tan solo la hubiera escuchado, si no hubiera estado tan cegado por la venganza ¡Ella seguiría con vida! Si ella estuviera aquí Liam no estaría hundido en las drogas, Nicole no se hubiera ido del país y quizá yo no estaría pendiendo de un hilo, escuchando a mis padres llorar y sin poder dormir cada noche revisando que siga vivo y no con el miedo de encontrarme colgado del techo.
─Emmanuel quiero que me escuches claramente─ Su tono de voz se volvió mas grave y su expresión parecía molesta.
─No fue tu culpa, tu no sabias nada, tampoco le causaste el cáncer o impediste su tratamiento. Si lo hubieras sabido quizá otra cuestión seria, pero, deja de culparte por algo que no estaba en tus manos. Es muy difícil para mi tratar de empatizar contigo después de todo lo que hemos pasado, pero te entiendo porque yo también pasé por algo parecido cuando mi abuela murió.
─ ¿De qué estás hablando? Deja compadecerte de mí, no necesito tu maldita lastima. No entiendes nada de lo que siento, asi que deja de tratar de engañarme con tus malditas palabras perfectas, entiéndelo james no todos podemos ser tan perfectos y especiales como tú, algunos estamos podridos y destinados a sufrir desde que nacimos.