Lucía:
Me sentía muy feliz, ni el profesor con sus regaños me quitó la felicidad, las clases trascurrieron muy rápido, a la hora de salida como siempre, Daniela y yo esperamos el autobús, pero el auto de Samuel se acerca a nosotros.
Samuel: ¿Las llevó? _habló sonriendo nosotras a sentimos sonriendo, al subir ya estar ya sentada en el asiento la mano de Samuel toca mi mejilla yo lo miro nerviosa, el acerca sus labios a los míos y los junta en un pequeño y suave beso, él se separa de mí, siento mis mejillas arder, mi mirada se dirige a Daniela que me ve sonriendo.
Al llegar a la casa de Daniela me acuerdo de Christopher, él nos iba a traer, esperó no se vaya a enojar, Daniela se baja y nos da un corto saludo antes de entrar a su casa, faltaba muy poco para llegar a mi casa, pero Samuel va a otra dirección, mi mirada viaja a el que mira la autopista sonriendo, por lo que veo salimos de la ciudad, solo hay árboles.
Lucía: ¿A dónde vamos? _hable nerviosa, no quiero morir.
Samuel: no te preocupes _habló calmado_ confía en mí, te llevaré a mi lugar favorito.
Lucía: está bien _susurré.