Tres semanas pasaron desde aquel paseo de amigos, paseo en cual por fin los tres amigos habían podido aclarar los malos entendidos y hablar abiertamente de sus sentimientos. Alessia había decidido dar su brazo a torcer y había permitido que los que hasta ese momento fueran sus amigos ahora se hayan convertido en sus pretendientes dándoles a los dos la oportunidad de luchar por su amor, eso si el que resultara perdedor tendría que aceptar con dignidad su derrota y prometer que buscaría la felicidad para evitar que ella se sintiera culpable por haberse interpuesto entre una gran amistad, al menos así pensaba Alessia y los jóvenes apoyaron la idea.
En esas tres semanas Alessia había estado saliendo con cada uno de ellos por separado para así poder saber quién de los dos lograba entrar en lo más profundo de su corazón porque de una cosa ella estaba segura y era que ambos jóvenes los quería por igual, ambos la habían apoyado mucho, ambos eran sumamente atractivos; con Osca había experimentado sentimientos muy profundos, pero eso era porque él la había besado, o al menos eso creía debido a su inexperiencia; pero, ¿Bruno?, él siempre había sido muy respetuoso con ella, se comportaba seductor, pero nunca había intentado besarla y eso mortificaba a la pobre jovencita que se encontraba sentada con los brazos rodeando sus piernas en el piso la azotea de la preparatoria.
—¿Qué debo hacer?, ¿Cómo resuelvo mi duda? — se cuestionaba la pobre joven, cuando en eso sintió la presencia de alguien que se sentó a su lado.
—Estuve en lo correcto, aquí te encontrabas — pronunciaba una hermosa joven, mientras posaba su mirada en su amiga, al tiempo que agregaba — ¿Por qué no entraste a clases?, por lo visto ¡enferma no estás! si no ya te hubieras ido a tu casa.
—No sé qué hacer amiga — dijo Alessia con nostalgia.
—¿A qué te refieres? — contesto intrigada Dafne.
—¿A quién elegir?, quede en darles una respuesta antes de que terminemos las clases — se lamentaba la joven.
—Te entiendo amiga, ambos están rebuenos, pero como te dije escucha a tu corazón, allí hallaras la respuesta — dijo Dafne.
—¡Qué cosas dices Dafne! ya te parece Barcia al expresarse así del atractivo de algún chico, debe ser que tanto juntarte con ella se te está pegando su forma de ser — agregó con una ligera sonrisa Alessia.
—Tal vez — respondió sonriendo la otra joven, haciendo una pausa para añadir —Haber dime ¿por qué estás tan confundida?
—Tengo miedo a equivocarme, lo que pasa es que hay algo que no te he contado amiga — agregó con vergüenza Alessia.
—Pues cuéntamelo todo amiga, a lo mejor así te puedo ayudar, ¿Qué es lo que escondes? — acoto Dafne.
—Osca le lleva ventaja a Bruno, y yo considero que no es justo — dijo Alessia.
—¿Ventaja?, ¿A qué te refieres amiga? — contesto confundida Dafne.
—Él me ha besado — respondió Alessia, completamente roja y cubriéndose la cara con ambas manos.
—¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Qué sentiste? — añadió Alessia.
—Antes de todo lo de Mía, momentos antes de que ella dijera que me habían estado usando; fue mi primer beso y me gustó mucho, tú sabes que él siempre me atrajo desde que lo vi y ese beso fue algo que, si bien no espere, tampoco me disgusto, hasta que paso aquella confesión de Mía y el resto ya lo sabes amiga, pero Bruno ha ido poco a poco ganándose mi corazón y también siento cosas extrañas cuando lo tengo cerca y….
—¿Te gustaría saber si un beso de Bruno provocaría el mismo efecto en ti que el beso que Osca te dio?, después de todo si bien Osca te atrae físicamente, Bruno no te es indiferente pues es también apuesto, y ha sabido entrar a tu corazón con sus acciones, y ello te confunde, ¿es eso amiga? — dijo Dafne con calma.
—Si — respondió avergonzada Alessia.
—No hay porque sentir vergüenza amiga, ambos son chicos muy apuestos y además contigo han sido muy caballerosos, es normal que te sientas confundida, yo comprendo ello, aunque tengo una curiosidad, ¿Bruno sabe lo de Osca? — agrego Dafne.
—No, claro que no, como podría contarle a él algo así — pronunció Alessia.
—Entonces vas hacer lo siguiente….
Alessia escuchó atentamente el consejo que su amiga le daba, tras algunos minutos de plática, la joven decidió pedir permiso para retirarse de la institución y pensar con calma en el consejo que su amiga le dio.
Osca y Bruno como era de esperarse se mostraron preocupados ante la ausencia de Alessia, incluso quisieron ir a verla a la salida a su casa, pero decidieron que lo mejor era ese día no hacerlo, eso sí, si faltaba un día más ellos dos irían a verla, sin importarles escaparse del horario de clases, pero para dicha de ambos, ello no fue necesario, al día siguiente como era su costumbre Alessia llego temprano al aula de clases, pero ella no fue la única que había llegado temprano, dentro del aula ya se encontraban sus dos amigos y pretendientes, quienes con la mirada preocupada al verla ingresar caminaron hacia ella.
—Linda ¿qué te paso ayer?, ¿por qué no viniste? — preguntaba preocupado Bruno.