Machacada
La enfermera seguía buscando una vena para otra vía en el que introducirme el suero. Aprovecha que esta aquí para sacarme conversaciones supongo que sentirá pena de mi soledad, desde que ese extraño hombre se pasó por aquí a buscar al doctor Suárez no volvi a conversar con nadie más, me paso la mayor parte del tiempo dormida lo cual me gusta así evito pensamientos lacivos.
Escucho suaves golpes en la puerta antes de que se abriera, tal parece que le he llamado con la mente pues se asoma la cara del mismo hombre de ayer, sonrie antes de entrar por completo en la habitación.
---¡Buenas! ¿Cómo estás? ---Sin saber muy bien el por que al verlo me siento contenta, me gusta que venga por aquí. Quizás sea que hay algo en él que llama mi atención y me invita a descubrir algo que nunca había sido capaz de ver en una persona.
--- Bien ¿Buscas de nuevo a tu hermano?
--- No, en esta ocasión busco a una preciosa mujer. ---De un momento a otro siento decepción de saber que no me buscaba ni siquiera a mi, debo suponer que esa preciosa chica es su novia por lo que seria el colmo si me dice que es una de mis enfermeras, para variar todas son hermosas y sin maquillar que tiene más mérito. A todo esto sin hablar de mi cara repleta de ojeras seguro me parezco una muerta viviente y mas con estos moratones.
--- ¡Ah..! ---Digo sin interés en la conversación, vacilo un rato con el borde de mi manta mientras él me sonrie a lo que hago caso omiso.
--- La conocí ayer en esta misma habitación, se llama Isabella. ---Me sorprendo al escuchar mi nombre sonrio tímidamente y más cuando me entrega una rosa de papel, es el detalle más bonito que han tenido conmigo desde hace tiempo.
--- ¡Gracias..! ----En el fondo me siento emocionada por su piropo y el detalle, da mucho gusto que alguien tenga este gesto conmigo en estos momentos.
--- Volvi al hospital para hablar con Diego, mi hermano, aproveché la espera para venir a saludarte y ofrecerte una rosa de papel. Sólo espero no incordiar nuevamente.
--- Te lo agradezco. ---Diego con una sonrisa al mismo que le miro a los ojos con la intención de deleitarme de esos dos iris en mitad de tan azules circulos que parecen contener el mar en ellos, sólo pediria tener un día el valor de confesarle lo mucho que me gustan sus ojos, suponen la maravilla para mi.
--- Estaras deseando irte de aquí más que nada para descansar en tu casa con tus cosas en la comodidad de tu cama. ---Dice bastante comprensivo pero lo que no sabe es que no tengo ganas de estar aquí y mucho menos ahí, suelo tener la sensación de que las enfermeras me tratan con lástima y en casa tampoco me sentiré bien con Samuel, así que estoy apañada.
--- Sí lo estoy deseando. ---Digo muy poco convencida. Me mira como si pudiese leer la realidad en mis ojos, lo que me recuerda que nunca me a gustado que me miren fijamente tiendo a bajar la mirada y sentir verguenza tan siquiera imaginar lo que estaran pensando de mi es algo que me pone de los nervios.
--- ¿Le has avisado a tu familia de que estas aquí? ---Tardo unos instantes pensando en lo que llama familia, lo intento visualizar en mi mente y tan sólo puedo recordar el funeral de mi madre en el que estaba mi hermano, Samuel y yo además de pocas personas que nos conocían bien.
--- No tengo, bueno sí, tengo un novio pero esta ocupado seguro que viene luego a visitarme.
--- Entiendo, Y bueno cuentame, ¿A qué te dedicas?
--- Soy contable ¿Y tú? ---Digo con cierto orgullo, me ha costado mucho conseguir llegar hasta ese puesto.
--- En cambio, yo soy psicólogo y a veces compositor. ---Me sorprendo nuevamente, no me extrañaria que me estuviese valorando psicológicamente y viese el tornado que tengo en la cabeza.
Momento en que iba preguntarle sobre sus canciones, entra Samuel en la habitación y siento esa angustia tan reconocido en mi pecho. Puedo imaginar lo que debe esta pensando de esto, miro al sujeto que tengo al lado suplicando que se fuese pero ni siquiera me mira por tener los ojos puestos en Samuel, parece examinarlo de arriba abajo.
--- Mi amor. ----Dice cariñosamente posando un molesto beso sobre mis labios. Sé que esta enojado lo leo en sus ojos pero lo disimula por él, vuelvo a mirar al desconocido del que ni siquiera sé su nombre.
---¿Qué es esto? ---Pregunta señalando la rosa de papel que me ha quitado de la mano, lo comienza a destrozar suavemente al mismo que mira con superioridad a mi acompañante. En este momento Samuel tiene una pinta bastante patético ya que a él le sacan como una cabeza de altura.
Veo rabia y impotencia en los ojos azules de mi acompañante, inmediatamente me fijo en como aprieta el puño como si deseara pegarla encima de la cara de mi novio me veo en la obligacion de restarle importancia lo que Samuel acaba de hacer para que esto no llegue a la violencia.
--- Él es un doctor vino a ver como seguía. ---Digo al mismo que trato de ocultar lo nerviosa que estoy.
--- Ah sí, ¿Y cómo está mi mujer? ---Remarca de forma exagerada "Mi mujer" siento cierta vergüenza ajena por ese tono tan prepotente que muestra. Él nos mira molesto pero es demasiado educado como para manifestarlo, se despide amablemente de mi y se retira.
Nada más cerrar la puerta Samuel se sintió con la libertad de mostrarse como realmente era, se acerca a mi hasta alinear nuestros ojos mientras me aprieta con fuerza el brazo.
--- ¿Te crees que soy imbécil? Ese no era doctor ni nada. Eres una perra muy mentirosa, ¿Ese es tu amante verdad? ¿El miserable con el que me ves la cara? ---También me toma desde la barbilla y me aprieta con fuerza mientras me habla con odio.
--- Claro que no, Samuel, por favor sueltame me estas haciendo mucho daño, prometiste no volver hacer lo prometiste. ---Le digo entre tanto me bajan las lágrimas en las mejillas me suelta para coger mi bolso que había dejado en la silla mientras hacia su numerito y me lo tira encima antes de irse furioso. Veo con impotencia la rosa machacada y pisoteada en el piso, no dudo en sentirme identifica a ella.
A lo mejor me he salvado por que estamos en un hospital pero sé que me lo tiene guardado en la próxima pelea se acordará de seguir dandole vueltas al asunto lo sé muy bien, tanto así le conozco que a veces puedo predecir sus actos.
Saco mi móvil del bolso y reviso los mensajes, pero como es de suponer Samuel ya los había revisado por mi, en el Whatsapp los había leído todos y visto que no tengo ningun tipo de conversación fuera de lo escrictamente superficial no me ha reclamado nada al respecto pero eso no significa que se haya quedado tranquilo.
Le escribo a mi jefa para contarle que estoy ingresada y tendré que quedar en baja mientras me recupero. Celia es bastante comprensiva conmigo rápidamente me facilita las cosas sobre el proceso de baja, me desea una buena recuperación, se suele mostrar dura pero en el fondo es muy dulce y por alguna razón me ha cogido cierto cariño.
En la mañana siguiente tuve el deseo de volve a ver al hermano del doctor, no sé por que tenía en la mente puesta la idea de que iba venir a visitarme hoy también, con lo que pasó ayer dudo que quiera volver a verme,me distraigo en mi móvil jugando a los sims y me echo a dormir alternamente para pasar la mañana.
La puerta se abre y deja ver al doctor Suárez junto a su hermano, me saludan los dos mientras se acercan a mi, noto en sus rostros mucha seriedad.
---¿Sucede algo? ---Pregunto confusa no entendía muy bien a que venia todo esto.
---Nos gustaría hablar contigo, Isabella. ---Dice el hermano y el doctor asiente con la cabeza.
--- Quiero que tengas encuenta una cosa muy importante y es que los maltratadores no cambian, no de forma sencilla. Cuanto mas le perdones más ventaja le das para que pueda seguir destruyendote. ---Desearía que la tierra me tragase ahora mismo, no me puedo creer que me estén diciendo esto.
---¿De qué me estan hablando? --Inmediatamente me pongo a la defensiva a pesar de saber que tiene toda la razón, pero me cuesta recocerlo ante alguien.
---Isabella nosotros sólo queremos ayudarte- Dice esta vez el doctor Suárez.
--- Escucha, mañana Diego te dará de alta y tendras que tomar una decisión si irte con él o salvar tu vida. Nosotros podemos ayudarte de verdad que podemos. Si aceptas mi ayuda, lucharé contigo para que esa angustia que sientes en el pecho con el tiempo desaparezca y dejes de vivir con tantos miedos- Dice tomandome de la mano suavemente mientras me mira fijamente a los ojos, siento confianza de abrirme a él por que veo que por primera vez alguien quiere ayudarme sinceramente, mis ojos se van llenando de lágrimas ni siquiera me doy cuenta del momento en que se escapan de mis ojos.
--- Isabella esa bestia no se va a convertir en principe, eso solo pasa en los cuentos, en la realidad Bestia manipula y emana toda su frustración sobre Bella hasta matarla. ¡Lucha por tu vida!
--- ¡Tengo mucho miedo! ---Confieso angustiada, nunca me he creído capaz de dejarlo tengo miedo hasta de abandonarlo por que con solo imaginar lo que me puede hacer ya me entra el pánico. El desconocido me mira con ternura algo que es nuevo para mi, la sorpresa me inunda cuando se acerca aún más para abrazarme como solo me abrazaba mi madre, con ese profundo cariño que me sugestiona.
--- No tienes por que tenerlo, si te vas con él seguiras perdiendo en cambio si decides salvarte hay posibilidades de que recuperes tu vida y vuelvas a sentir la libertad que perdiste. Daniel esta dispuesto a ayudarte pero todo es decisión tuya. ---Dice el doctor Suárez y por primera vez conozco el nombre de este hombre que me esta abrazando. Me suelta suavemente y inmediatamente siento un gran vacío que me llena de tristeza nuevamente.
--- Piénsalo esta noche y mañana nos cuentas tu decisión. ---Díce antes de irse junto al doctor, efectivamente pasaré la noche debatiéndolo porque no me resulta fácil lanzarme a la aventura me aterroriza que me encuentre en la calle y sepa que le he abandonado.
Mi cabeza parece un terremoto, no consigo mantenerlo en calma despues del desayuno me quedo varias horas esperando que el doctor o Daniel vuelvan para hablar con ellos, aun no estoy del todo segura pero sé que me irá peor si vuelvo a casa Samuel esta cada vez más agresivo y con lo que pasó el otro día me confirma que no importa lo que me diga él jamás va cumplir sus promesas, en estos seis años que llevamos juntos jamás lo ha hecho.
Ya eran las cinco de la tarde cuando vuelve la enfermera de siempre y me informa que el doctor Suárez vendra en unos minutos para darme el alta, con su ayuda me levanto de la cama y comienzo a vestirme con la ropa con que me trajeron, recuerdo a verle pedido a Samuel que me trajera una muda para cuando me diesen de alta pero he de imaginar que ni siquiera le ha importado que tenga que salir a la calle con la camiseta llena de sangre seca, cierro la cremallera de mi chaqueta para taparlo. Cinco minutos despues de que se va la enfermera aparece el doctor sólo lo cual me llena de cierta preocupación Daniel dijo que me ayudaría, deberia haber venido con él.
--- Te veo mejor que el primer día, sin embargo, debes cuidarte mucho y tomarte los calmantes. Esta de más decirte que te receto mucha calma y tranquilidad para que te puedas recuperar completamente. ---Asiento como una niña, pero sé que si me voy a casa no tendre tal calma y tranquilidad que necesito. Me pienso la posibilidad de preguntarle sobre Daniel pero en ultimas instantes me arrepiento y decido despedirme de él.
Me quedo sola un rato sentada en la cama y marco el numero de Samuel, no tengo de otra que volver a casa, no tengo donde ir y si voy a volver necesito que venga a recogerme ya no me queda dinero en la cartera para un taxi, y mi tarjeta lo tiene él. En el primer tono siento tanto pánico que tengo que colgar la llamada, paseo lentamente por la habitación para tranquilizarme los nervios hacen que me duelan aun más las costillas, trato de encontrar la forma de respirar sin sufrir tanto.
Veo aparecer a Daniel frente a mi, no deja de mirarme mientras se sienta en la cama.