Tras las sombras de Jack

Parte 3: Promesas en la obscuridad

El viento gélido de la noche susurraba entre las calles vacías de Whitechapel mientras Hatice McLaggen y Jack el Destripador compartían un momento de complicidad inesperada. 

A pesar de la gravedad de sus circunstancias, una chispa de esperanza brillaba en los corazones de ambos.

— No será fácil, señorita Hatice — pronunció cada letra de su nombre como si la saboreara — Hay demasiado en juego — murmuró Jack, su voz teñida de incertidumbre.

La joven asintió, consciente de los peligros que enfrentaban.

— Lo sé, Jack. Pero no puedo dar la espalda a lo que siento por ti. Estoy dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo con tal de estar contigo.

El misterioso hombre la miró con una mezcla de gratitud y sorpresa. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía vulnerable ante alguien más que no fuera él mismo. Pero no lo haría saber.

— Es usted una mujer valiente, detective. Pero no puedo pedirte que te arriesgues por mí — dijo en un tono de fingida tristeza, contradiciendo sus palabras anteriores. 

McLaggen le dedicó una sonrisa tranquilizadora. Claramente eso era un intento de manipulación, pero poco le importaba.

— Me da igual si me lo pides o no, Jack. Esta es mi elección, y estoy decidida a luchar por lo que quiero.

Con esa determinación ardiente, la muchacha movió sus manos de los hombros del asesino enfrente suya, para rodearle el cuello con sus brazos, dandole un cálido abrazo en la oscuridad, encontrando consuelo y fortaleza en la presencia del otro. 

Aunque no podía estar cien por ciento segura de que él en esos momentos sintiera lo mismo. 

Pero no importaba, a pesar de los desafíos que le esperaba, sabía que podría ser capaz de superar cualquier adversidad. Quería estar junto a él y lucharía por conseguir un cambio en aquel hombre. 

Sin embargo, la sombra de Whitechapel no tardó en cobrar vida una vez más. En las calles desiertas, un susurro ominoso anunciaba la llegada de un nuevo amanecer, uno marcado por la incertidumbre y el peligro.

McLaggen y Jack se separaron con reluctancia, conscientes de que sus caminos estaban destinados a cruzarse una vez más. Prometieron encontrarse de nuevo, y ella una vez más juró estar dispuesta a enfrentar lo que sea que el destino les tuviera reservado.

Mientras se alejaban en direcciones opuestas, el corazón de McLaggen latía con la anticipación de lo que estaba por venir. Sabía que la lucha por su amor estaba lejos de haber terminado, pero también estaba segura de que valdría la pena cada obstáculo que enfrentara junto a él.

En el oscuro corazón de Whitechapel, una joven alma perdida se aferraba a la esperanza de un futuro mejor, lista para desafiar al mundo en su búsqueda de redención y amor. 

Y así, en las sombras de la noche, la leyenda de Jack el Destripador y la detective McLaggen comenzaba a escribirse. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.