Amanecieron a primera hora para ultimar detalles antes de filtrarse en el complejo.
Los elegidos debían estar racionalmente listos antes de ingresar, por lo que Zahinos realizó una junta para darle ánimos, diciéndoles que no importaba cuánto tiempo debía tomar, lo que importaba era que puedan encontrarlo y acabar con la maldición con la que lidiaban desde sus nacimientos.
Se acercó hacia Phoenix y dio unas suaves palmadas en su hombro.
—Confió en ti.
Luego de haber concluido con su discurso, llegó la hora de partir.
Y nuevamente se encontraban en el límite de ambos complejos.
—¿Están listos?— preguntó Phoenix intranquilo.
—Eso creo— respondió Dion vigoroso.
—Podremos con esto, finalmente podremos ser libres. Esto es por cada uno de nosotros, pero si sienten que no pueden seguir, simplemente no lo hagan, no sería rendirse porque seguiremos intentándolo. No se exijan a sí mismos— ánimo Phoenix.
—Sí, podemos hacerlo— afirmó Dion con más seguridad.
Luego de infiltrarse por la abertura llegaron a la ciudad central.
En la mirada de los miembros se podía notar entusiasmo mezclado con alegría y temor.
Temor a fallar, temor a cometer un error, pero Phoenix estaba seguro de que lo lograrían.
Su tarea consistía en separarse y cubrir la ciudad lo más posible. Se dividieron en dos grupos de tres y cada uno tendría un sitio diferente que escudriñar.
Por su parte, como primer lugar, Phoenix, Myron y Leander se infiltraron en la Academia de Enseñanza principal de la ciudad.
Se quedaron estáticos por un momento para luego dirigirse al jardín delantero.
Observaron cómo los adolescentes se saludaban, se abrazaban, bromeaban unos con los otros deseando ser uno de ellos.
Transitaron hacia el ala principal para recorrer cada rincón en búsqueda del último elemento. No sería sencillo y eso lo sabían claramente, pero al menos algo tenían a su favor y es que al igual que ellos, el décimo tercer elemento contaba con la marca de su símbolo en la muñeca derecha.
—Debemos buscar en las salas— sugirió Phoenix— Debemos dividirnos una vez más.
El miedo nuevamente volvió a invadirlos, pero no los detuvo.
—Estarán bien, ¿verdad?
Leander y Myron asintieron en respuesta.
Phoenix indagaría en la planta baja, mientras que Myron y Leander irían a los pisos ulteriores.
Dion, Tymon y Deo se dirigieron a los parques cercanos y decretaron encontrarse en el Parque de Saetón.
Phoenix divagaba a medida que examinaba a los alrededores, pero nada le pareció fuera de lugar.
Se encaminó hacia la entrada principal y aguardó por Leander y Tymon, quienes llegaron momentos más tarde.
Y como lo habían pactado, se dirigieron hacia el Parque Saetón para encontrarse con el resto.
—¿Pudieron ver algo?— indagó Phoenix al llegar.
—No, nada aún— Deo respondió con desánimo.
—Tampoco tuve suerte— Tymon se oía molesto.
—¿Han tenido algún tipo de problema con los elementos?
Todos negaron a excepción de Myron.
—¿A ti como te ha ido, Myron?— los presentes dirigieron su atención hacia él.
Myron lucía con la mirada perdida, como si no estuviera allí.
—¿Myron?— insistió Phoenix.
Phoenix observó hacia el mismo lugar en el que la mirada de Myron se encontraba y alguien se asomaba a la distancia con pasos agitados.
—¿Por qué has tratado de herirme?— la joven llevaba el uniforme reglamentario de la Academia— ¡Responde!— ordenó a Myron.
—Yo… Lo siento— Myron se disculpó abrumado para luego marcharse.
—Myron…—llamó Phoenix, pero él solo se limitó a marcharse y observó sus manos que no llevaban puesto los guantes.
—¿Qué ha ocurrido?— Phoenix dirigió la mirada hacia la estudiante.
—Trató de herirme—respondió irascible.
—¿Puedes explicarte mejor?—pidió.
—Me tomó de la mano sin siquiera decir algo y no sé cómo es posible, pero de todos modos cuando apoyó tan solo las puntas de sus yemas…—mostró su palma que mostraba una visible equimosis.
—Lo siento, te aseguro que lo que menos quiso fue herirte, prometo que no sucederá otra vez— Phoenix se disculpó.
Ella lo observó molesto para luego encaminarse hacia el mismo lado por el que había arribado.
Phoenix observó a los demás.
—¿Pueden quedarse un tiempo más? Aún es muy pronto para irnos, yo iré a hablar con Myron.
Ellos asintieron y Phoenix fue en busca de Myron.
Llego hasta la abertura que dividía a ambos complejos y observó a Myron recostado a un lado.
Phoenix se ubicó junto a él.
—¿En qué pensabas Myron?— Phoenix indagó con cierta molestia.
—Por favor, no me regañes Phoenix… Sabes muy bien en lo que estaba pensando— replicó con desánimo.
—Es por eso que todos nos estamos arriesgando, pienso en eso en cada instante— Phoenix observó que Myron llevaba puesto los guantes nuevamente.
—No puedo esperar tanto… ¿Qué tal si no lo encontramos?— Myron observó a Phoenix con desilusión.
—No estaríamos aquí si no estuviera seguro de que lo haremos, confió en nosotros, realmente lo hago. Tal vez ayer actué un poco exaltado, pero es porque todo fue tan repentino.
Myron soltó un suspiro y asintió.
—Eso espero.
—Regresemos con los demás.
Phoenix avisó a Myron que indagarían nuevamente en la Academia, a lo que él asintió nuevamente y se dirigió hacia el lado contrario.
Al ingresar nuevamente a la Academia fija su mirada en una pancarta.
“Inscripciones abiertas: Facultad de Ciencias Veterinarias”
Phoenix se retiró del lugar para ir en busca de Dion.
—Necesito ayuda con algo— pidió en cuánto logró localizarlo.
Ambos se dirigieron nuevamente hacia la Academia y se detuvieron frente a la pancarta.
Dion observó a Phoenix.
—¿Estás pensando en lo que creo que quieres hacer?