— ¡Como que estás comprometida!
El grito de Yerin en la sala del departamento de Eunbi no se hizo esperar después de la noticia.
Joy con una sonrisa en el rostro alzó su mano derecha mostrando el anillo resplandeciente en su anular.
—Me lo pidió hace unas semanas. —Respondió Joy aún con la sonrisa en el rostro.
—Aun no me lo puedo creer, enserio. —Habló Eunbi después de procesar la noticia.
—Yo tampoco hasta ahora lo puedo creer, pero es que todo fue tan repentino y una cosa llevo a la otra y en unos minutos ya tenía el anillo en mi mano. —Respondió Joy recordando el momento en que pidieron su mano en matrimonio.
— ¿Es guapo? —Preguntó Sinb.
—Véanlo por ustedes mismas. —Joy saco su celular mostrándoles su fondo de pantalla en el cual se podía apreciar una foto de ambos juntos.
— ¡Te vas a casar con Sungjae! —Gritó de nuevo Yerin.
— ¿Cómo pasó? —Preguntó Sinb. —Digo, en todo el tiempo que estuvimos en el colegio él ni te miraba cuando lo animabas en los campeonatos de básquet.
—Cierto, o la vez cuando por San Valentín le diste esa carta con pastelitos y lo repartió con sus amigos. —Completó Yerin.
—Trabajo repartiendo pizzas como trabajo de medio tiempo hace tres años. Gracias a este trabajo he podido conocer gente increíble y una de esas fue Sungjae.
—Le llevaste pizza a su casa y se enamoró de ti. —Concluyó Yerin.
—Me hubiera encantado que sea así, pero no. —Joy tomó un sorbo de su vino. —Llamaron por cinco pizzas a una casa de sus amigos que había hecho una fiesta. Cuando llegue me dijeron que dejara las pizzas en la cocina y él estaba ahí. —Joy sonrió al recordar ese momento apretando levemente su anillo. —Me reconoció al instante y fue sorprendente para mí, ya que pensé que en el colegio ni sabía quién era. Intercambiamos números y volvimos a salir, luego me pidió ser su novia y ahora su esposa.
—Que hermosa historia. —Yerin limpio una lágrima falsa de su mejilla. —Es tan cliché que me dan ganas de escribir una historia con eso.
—Está a la venta. —Intervino Joy. —Sungjae es redactor en una Editorial y escribió su libro basado en nuestra historia. Realmente lloré cuando me enteré de eso. —De nuevo, Joy sonrió. —Me lo oculto durante cinco meses y me lo dijo cuando ya estaba a la venta. Es todo un idiota.
—Lo tienes a tus pies. —Finalizó Sinb.
—También lo tengo en otras zonas. —Joy sonrió con malicia. —Bueno, basta de hablar de mí. ¿Ustedes cuando se piensan casar?
Yerin se atoró con el vino que justamente estaba ingiriendo en ese momento.
— ¿Casarnos? —Preguntó finalmente Yerin.
—Sí, digo, ustedes hacen una hermosa pareja desde el colegio. ¿No creen que ya es hora?
—Joy, nosotras no estamos juntas. —Dijo Yerin.
— ¿No lo están?
— ¿No lo estamos? —Bromeó Sinb.
—No, Sinb. —Refutó Yerin a Sinb y miró a Joy. —Terminamos hace mucho.
—Serás la primera en tener la invitación de nuestra boda, no te preocupes, Joy. —Sinb tomó de su vino con una sonrisa.
—Cuento con tu palabra.
Ambas rieron e ignoraron a Yerin que estaba ahí con su mirada seria. Conversaron y rieron hasta tarde. Fue un gran reencuentro.
—Supongo que Sungjae ya está en camino.
— ¿Te acompaño hasta la salida? —Preguntó Yerin levantándose de su lugar.
—Sí, claro. ¿Te importa prestármela por unos minutos, Sinb?
—Toda tuya. —Sinb se acercó a Joy dándole un abrazo y un beso de despedida. —Espero verte de nuevo, sabes dónde encontrarme.
—Lo haré. Tienes mi número, podemos mantener contacto.
—Si claro. Hasta luego, Joy.
Joy y Yerin salieron del departamento de Sinb dirigiéndose al ascensor.
—Entonces, ¿Cuándo recibiré la invitación?
—No sucederá, Joy.
—Lo mismo decías en el colegio y las pillaba besándose en los baños a escondidas varias veces.
—Entonces tú eras la que abría los caños.
—Creo que me delate. —Joy sonrió. —Volviendo al punto, ambas hacen una hermosa pareja, deberían regresar.
—Tengo novia, Joy.
— ¿Quién es la otra?
Yerin rio. —Se llama Yuna, es algo complicado.
—Entonces no es nada serio, puedes cortar con ella.
—Joy, enserio es difícil todo esto. —Las puertas del ascensor se abrieron y ambas mujeres ingresaron. —Es complicado saber que tu novia está en otro país y pasas más tiempo con tu ex, es más, me he estado quedando en su departamento hace dos días.
—Yerin, si algo he aprendido de ti es que eres muy honesta con tus expresiones. Dime, ¿Amas a Yuna?
—La quiero, pero no la amo.
—Entonces si obtendré esa invitación.
—Joy, no creo querer a Sinb como antes.
— ¡Amiga, date cuenta! La has estado viendo con unos ojos todo el día como si fueras la típica adolescente enamorada de su crush. Solo falta que mandes cartas anónimas a lo estúpido como esas historias cliché.
—Eso suena muy ridículo.
—Sungjae leyó una historia así en la editorial, fue tan cliché que le dio ganas de quemarla en su oficina.
—Me imagino que sí.
—Hablando de él, ahí está. —Ambas salieron del edificio viendo un auto azul parado en la autopista.
—Amor. —Sungjae se acercó dándole un beso a Joy y luego bajo a darle un beso a su estómago.
—No. —Yerin se quedó con la boca abierta.
—Sungjae, ¡Se supone que era secreto!
—Lo siento, amor. La emoción me ganó. ¿Yerin, cierto?
—Sungjae, capitán del equipo de básquet. —Yerin se acercó apretando su mano con la de él. —Es un gusto volver a verte.
—Igualmente a mí, Yerin. —Respondió con una sonrisa. — ¿Podrías hacer el favor de guardarnos el secreto?
—Cuenten conmigo para eso, espero ansiosa la invitación de la boda.
La pareja entro al automóvil con una sonrisa en el rostro.
—No olvides lo que te dije, Yerin. —Joy dijo antes de salir.