-¿Qué haces aquí Roch?-
-¡Tú te marchaste y te dije que hablaríamos!-
-¡No hay nada de que hablar!-
-¡Clarice por favor!-
-¡No Roch!
¿Puedes levantarte y dejarme salir?
¡Debo ir al estacionamiento por unos documentos!-
-¡Irás vestida sólo con bata y a esta hora?-
-¡Si, ya que es urgente que los revise!-
-¡Dame las llaves, yo iré!
¡No te dejaré ir allá!
¡Es muy peligroso!-
Roch insistió tanto y no se levantaba de la entraba impidiendo así que Clarice saliera quién no tuvo más remedio que dejar que él fuera.
Clarice se quedó en la puerta esperando el regreso de Roch, luego él llegó y le dió los documentos, le pidió entrar y limpiarse el rostro, aunque no le dijo a Clarice por qué, ella ya lo sabía pues ese rostro denotaba que había estado llorando por mucho tiempo y sus ojos estaban hinchados por ello.
Clarice se sentó a esperar en el sofá a que Roch saliera del baño y cuando lo hizo le abrió la puerta para que saliera de su apartamento, al ver esto Roch sintió como una gran punzada destrozaba su corazón.
-¡Clarice, yo...!-
-¡Vete Roch!-
Roch no pudo contener el llanto, está chica era muy especial para él y dejarla ir no sería fácil, así que no se iría sin un beso y él sabía perfectamente que sucedía con Clarice cuando la besaba.
Simuló que saldría pero cuando paso frente a Clarice agarró su rostro y la besó, un beso húmedo por la lágrimas, dulce por el amor que le ofrecía y a la vez amargo por la posible despedida, así como confuso por saber que pensaba en Ray mientras lo hacía.
Clarice en serio disfrutaba ese beso ya que creía que sería el final de algo que en otro momento podría haber sido una bonita historia de amor pero que no fue.
No sabía cómo, pero ya se encontraban en su cama, él quitándole la bata mientras la acariciaba sin dejar de besarla.
No pudo resistirse a sus caricias, al menos sería una buena despedida según creía Clarice.
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Mientras tanto en Ciudad Bosques del Mar.
-¿Papá ya lo pensaste?-
-¡No dulcecito aún no!-
-¿Cuándo lo harás?
¿Quieres otro mes para pensarlo?-
-¡Si!-
-¡Papá por favor!
¡Quiero mudarme con tía Bea!-
-¡Ya te dije que no es posible!
¡Si ya casi no la miras es por su nuevo empleo, que necesita más su presencia que en el hotel!-
-¡Por eso te pido que me dejes mudarme con ellos para estar cerca!-
-¡Acaso quieres dejar solo a papá?-
-¡Mamá nos dejó solos sin consultarnos!-
Anyel se sintió desvastado al oir la palabras de su hija Azul,a pesar de que ya llevaban 3 años de su partida y muchas sesiones con el psicólogo no dejaba de dolerle su ausencia y al parecer a su hija de 7 años esto parecía ya no afectarle.
-¿Y si tu vienes también?-
-¡No puedo dejar esta casa tiene muchos recuerdos!-
-¡Entonces déjame mudarme!-
Ya llevaba un par de meses que su hija tenía esa idea en mente pero creyó que pronto lo olvidaría, pero al parecer se había equivocado.
-¡Esta bien, hablaré con tu tía Bea !
¡Nos mudaremos cerca de ella!-
-¡Gracias papá!
¡Pero quiero mudarme cerca del cielo para estar cerca de mamá también!-
-¿Y cómo?-
-¡Quiero vivir en una casa en lo alto!-
-¿En un edificio?-
-¡Si!
¡Te traeré el teléfono para que hables con tía Bea!-
Azul besó y abrazo a su padre, luego se dirigió a traer el teléfono, se lo dio a su padre y éste al recibirlo pronto hizo la llamada.
-¡Hola Bea!
¿Como te encuentras?-
-¡Trabajando arduamente como siempre, Anyel!
¿Y tú?-
-¡Siendo presionado por tu sobrina, que quiere mudarse a tu ciudad!-
-¡Yo encantada con la idea, pero sé que a ti no..!-
-¡Pues consíguenos un apartamento en el edificio más alto de esa ciudad y allí estaremos!-
-¡En serio Anyel!
¡No sabes lo feliz que me haces!-
Luego siguieron con su conversación telefónica y Azul no cabía de la emoción al igual que Bea, que pronto finalizó la llamada comenzó a buscar apartamentos los más altos posibles pero luego de varios intentos no consiguió nada.
Le contó a Clarice que pronto su sobrina a quién tanto quería viviría cerca de ella.
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Editado: 27.06.2022