Ian
—¡Hola! Nos comentaste que ibas a llegar un poco tarde, pero, no pensé que tanto —exclama Ariadna.
—Es verdad, ya son más de las tres de la tarde —expresa William.
—Disculpen por el retraso, es que, me entretuve —les sonríe, mientras me toco el cabello.
Sentados en el césped, compartiendo algunas que otras cosas sobre los exámenes.
—Sabes que William consiguió el número del licenciado —él la mira —Y, le escribo.
—¿Cómo conseguiste su número? —intrigué.
—Me lo paso un amigo que trabaja en una compañía. Pero, es muy cortante ese licenciado —responde él un poco desalentado.
Dentro de esa pequeña conversación a pesar de que William es mi amigo, no puedo entender el porqué de ello.
—¿Por qué lo hiciste?
—Es guapo, además, me gusta.
¿Cómo puede saber si alguien le gusta, si ni siquiera lo ha tratado?
Al parecer ya se estaba bajando de esa nueve.
—Según me dijeron es bisexual —corrijo, es homosexual, pero eso no se lo iba a decir —Así que puede hacer una oportunidad.
—Pero de la forma en cómo lo has hecho, ¡Está mal! Es mejor en persona.
—Entiéndelo —sonó algo irritado —Además, fue una broma. No es para que me estes llamando la atención. Él no lo sabrá.
—Ni porque preocuparse. Él lo terminó bloqueando a William —responde Ariadna, toda tranquila.
En eso, recordé la reacción que tuvo Noah esa anoche.
Hasta yo haría eso. ¡Es bromas no se hacen!
Así que no tarde mucho en llamarle la atención a William. Sin tener él presente de que yo ya sabía de lo ocurrido. Bastando solo unas palabras de él para entender lo sucedió. «¿Cómo un chico de veintiséis años puede actuar así?», me intrigué. Ni yo con casi veintiuno era capas de comportarme de esa forma y muchos menos hacer eso.
Yo:
Ya sé quién te escribió ayer.
No sé si haría lo correcto en decirte quién es.
Noah:
Por lo que me dices, es alguien de tu circulo.
No hace falta que me lo digas. ¡Tranquilo!
Yo:
¡Así es! Si el supiera que yo lo sé. Creo que estaría en una situación algo sería.
Noah:
Te comprendo, pero déjalo pasar.
Dentro de unos minutos estaré llegando a la universidad.
Me detuve un momento en la gasolinera.
Yo:
Te veo en el aula, entonces.
No sé cómo haríamos para despedirnos, porque los chicos estarán hasta después de exámenes.
Noah:
Mañana podemos despedirnos como se debe.
Yo:
Creo que no se va a poder.
Noah:
¿Por qué?
Yo:
Acabo de recibir un mensaje de mi primo.
Dice que va ir esta noche para la casa de mi abuela y que aproveche para ir con él, ya que van a hacer algo en casa de ella.
Va a pasar por mis cosas y me recoge aquí en la universidad.
Noah:
¡Oh! Entiendo.
Igual buscaremos la forma de poder despedirnos.
Yo:
………
Después de esa pequeña conversación por chat en el baño, Sentí un poco de tensión, ya que esperaba poder despedirme correctamente de Noah. Pero, con lo dicho por mi primo, era algo que no iba a poder ser.
Pasado unos minutos, salí del baño en dirección al bloque, faltando cinco minutos para poder entrar a dar el examen. Iba lo más calmado posible, en eso tropecé con alguien en el callejón.
—¡Hola! —era Noah con su voz nerviosa.
—¡Hola! —respondí de igual forma.
Sin ninguna otra palabra dicha, me detuve a ver mi celular, permitiendo a Noah seguir. Al parecer, él también estaba algo tenso. Y, la verdad, tampoco quería sentirme tenso, a pesar de que nuestros cuerpos se habían chocado. Noah había notado mis intenciones del momento al hacer lo que hice, siguiéndome el juego.
Ya estando Noah dentro del aula, me posicione con total tranquilidad en frente de él, quien me pide la identificación y me pasa el bolígrafo.
Noah
El rose de nuestras manos, aunque fuese muy muy corto, hizo que me pusiera nervioso, comenzado a latir con fuerza mi corazón, siendo capaz de cortar por instantes mi respiración.
Con un poco de temblor en su mano, Ian firmo la hoja, aunque su rúbrica no salió bien. En ese momento, me percate de que Ander nos observaba, y colocó su mano sobre mi hombro, al igual que también se dirigió a Ian.
—Procede a tomar asiento en la cuarta fila, por favor. Segundo asiento a la derecha al lado de tu compañero.