—¡¡Argh, maldición, maldición, maldición!! ¡¿Porque está pasando esto!?
Aunque él era consciente que sus gritos estaban llamando la atención de la gente, quienes lo miraban como si se hubiera vuelto loco, Nilaber Oppenheimer no tenía la intención de detenerse.
Sus piernas estaban cansadas, estaba huyendo del centro comercial corriendo como si estuviera escapando de algo. Las personas comenzaban a abrirse paso para no ser embestidas por el chico, mientras que algunos murmuraban cosas y otros se acercaban a las tiendas que estaban cerca de ahí para pedirle a la seguridad que lo detengan, confundiéndolo por un ladrón.
Esto último podría ser algo real. Se veía desesperado por huir, una gota de sudor comenzaba a caer de su frente y su respiración se agitaba más y más.
Pero había otra razón por la cual Nilaber Oppenheimer podría ser considerado como un criminal.
—¡¿Oye, estas bien?!
Giró su cabeza detrás de su hombro, y recito esa pregunta a la chica que estaba trayendo consigo.
Parecía como si estuviera intentando jalarla a la fuerza. Ella corría al mismo paso de Nilaber, pero sus pasos comenzaban a hacerse irregulares.
A los ojos de los demás, parecía como si Nilaber la estuviera secuestrando. La tenía ahora mismo agarrado de su mano. Por supuesto, la chica no mostraba signos de debilidad o como si estuviera siendo forzada, ella solo corría al mismo nivel de Nilaber sin inmutarse de la situación.
—No recuerdo haberte pedido ayuda.
—¡¿Acaso eso importa ahora?! ¡¡Ah!! ¡Eso me pasa por involucrarme por una cara bonita!
—¡¡Ustedes, deténganse!!
Una voz se escuchó precipitadamente, Nilaber miró por encima de su hombro.
Tres personas.
Incluso cuando había corrido por unos minutos, subiendo y bajando, todavía esas tres personas lo estaban persiguiendo. Si Nilaber fuera un corredor profesional, o algún soldado de las fuerzas especiales, no tendría problemas contra ese número de personas, pero el solo era un estudiante de universidad. Por supuesto, él no tendría problemas en una pelea contra esos tipos, pero ahora mismo estaba con una chica detrás de él y no podía arriesgarse a luchar sabiendo que ella podría verse más involucrada de lo que ya está. Aunque por otra parte.
—Espera, ¡Para empezar, tu eres la causa principal de este problema!
—No sé de qué estas hablando.
—¡He dicho que se detengan, ustedes!
Ante esta situación, Nilaber siguió corriendo con todas sus fuerzas hasta que por fin logró salir del centro comercial. Giro a un lado para cruzar la pista y se ocultó detrás de la edificación.
Su respiración comenzaba a regularizarse, su pecho se inflaba rápidamente.
—Escucha, vamos a hacer esto. Yo iré hacia donde están ellos, tu procura irte de este lugar, dudo mucho que tengan las energías para ir tras de ti. Te daré el tiempo suficiente para que te vayas, no te preocupes por mí.
—No puedo hacer eso.
—No me daré el lujo de quedar como el héroe cuando tu estas en peligro. Solo me retrasaras, lo mejor es que te vayas.
—No puedo hacer eso.
—Oye, no entiendes la situación en la que estamos envueltos? Si te ves involucrada puedes salir lasti—
—No, en realidad no puedo hacer eso.
La chica, que hasta ahora estaba recuperando el aliento, alzó la cabeza para “ver” a Nilaber.
—No puedo ver, soy invidente.
—¿Eh?
Hasta el momento, ella había mantenido sus ojos cerrados, y Nilaber no se había percatado de eso.
La luz de la luna caía como una ilusión de faro iluminando el lugar.
La chica tenía cabello coralino, una cascada que caía hasta su espalda. Su piel era blanca como la nieve y sus facciones mostraban elegancia y dulzura. Incluso cuando tenía los ojos cerrados, su cara estaba sin imperfecciones.
Entonces, sus ligeros labios se abrieron lentamente.
—Soy una Existencia.
Editado: 09.09.2020