¿Por dónde empezar? Siento que es como si fuera un problema que no tiene pies, pero sí algo parecido a una cabeza.
Creo que empezó... ¿cómo una esperada mañana? Sí, una esperada mañana en el marco de la habitualidad, algo empezó a sobresalir; la figura de una ordinaria persona, a quien no creí que pronto sería como encontrar una aguja en un pajar, ni tampoco que esa mañana fuera a formar parte de mis valiosos recuerdos. Ahí estabas tú, más perdido que yo en el sendero de la vida. ¿Por qué de todas las personas que estaban a tu alrededor tuviste que hablarme a mí? No estoy quejándome, es solo que me desiluciona el presente.
Fue graciosa la forma en cómo te acercaste a mí al día siguiente, especialmente tu propósito de “miedo y vergüenza de estar solo”. Estoy acostumbrado a estar solo, pero no meharía daño ayudarte, supuse y creo que lo hice mal.
Comencé a esperar a que volvieras amí todos lo días. Creo que ese fue mi error.
Creía que era imposible que encontraras algo interesante en una persona tan aburrida como yo.
¿Pero sabes? En serio me divertía mucho contigo cuando dejaba de lado mi frialdad. Honestamente confiaba en ti, porque me hacías sentir libre, me hacías sentir yo. Pensé que seríamos amigos mucho tiempo más, aunque era demasiado bueno para ser verdad. Todo acabó y se derritió como la nieve a finales de invierno. Supongo que mi pequeña caja de diversión se quedó sin juegos y por eso ahora guardo en ella la distancia y los recuerdos que quedaron entre nosotros.
¿Cómo son tus nuevos amigos?
Quizátengo que ser yo el que tenga que buscarte esta vez, pero soy un cobarde, porque tengo miedo de que vuelvas a verme como en un principio: un simple extraño.