En Europa, cerca del año 1500.
El reino Dáiren vivía en armonía y prosperidad gracias al buen trato que el rey Jakob les daba a sus súbditos, a quienes siempre les daba su lugar para que sus peticiones fueran oídos ante el parlamento de la corte real. Él y la reina Clarissa tuvieron dos hijos mellizos, los cuales serían candidatos al trono cuando el rey falleciera, pero además de los príncipes mellizos también existía una princesa más pequeña, a quién sus hermanos aun siendo pequeños cuidaban siempre.
En una tarde de otoño, en el jardín trasero del palacio, estaban Malik y Néstor jugando con su hermana Anneliese. Ambos niños jugaban a que eran los futuros reyes de Dáiren, pero no querían compartir su corona así que levantaron sus espadas de madera para pelearse por ella y tras un rato enfrentándose con ellas, terminaron en el pasto jaloneándose hasta tener raspones y moretones en sus brazos y piernas.
— ¡Altezas!
Una de las damas de la reina se apareció por el jardín y los vio peleando. Anneliese corrió hacia esta y se quedó detrás de ella, viendo como separaba a sus hermanos mayores.
— ¿Por qué estaban peleando, altezas? Saben que a la reina Clarissa le molesta mucho que lo hagan.
La mujer los quedó viendo de brazos cruzados mientras ellos solo tenían la mirada en el pasto.
—Él empezó. —Señaló a su hermano de ojos miel.
— ¡No es verdad! ¡Fuiste tú, Malik!
La dama respiró hondo y con calma los llevó al palacio para que atendieran sus raspones.
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Los años pasaron y los príncipes cumplieron veintiuno, una edad apta para ascender al trono, algo que estaba muy latente ya que su padre había enfermado a través de los años. Aunque todo marchaba bien, la relación entre ambos hermanos no mejoró, por el contrario, su distanciamiento se hizo más notorio ante todo aquel que los viera y esto representaba un serio problema a la hora de pensar en el elegido para sucesor cuando el rey muriese.
—He oído algunos rumores —comentó Anneliese dirigiéndose a su madre, quien no le estaba dando atención—. ¿El parlamento se está cuestionando sobre quien debe ser el sucesor?
La reina alzó su vista a la joven de cabello largo y ojos verdes que tenía delante suyo. Anneliese observó la expresión tensa de su madre y supuso la respuesta, la cual le causó cierta inquietud.
—Creí que su majestad mejoraría…
—Anneliese —expresó inexpresiva—, los asuntos del parlamento no son de tu incumbencia y tampoco de la servidumbre, así que no escuches sus rumores.
—Lo siento, madre. —Bajó su cabeza avergonzada—. Solo me preocupa que esto cause algún problema entre mis hermanos, ya sabe que ellos nunca se han llevado bien.
—Malik y Néstor son adultos, ellos ya no pueden seguir peleándose en el jardín con espadas de madera…
—Ahora podrían ser de verdad —murmuró sin pensarlo bien y vio la mirada molesta de su madre—. Perdona, madre, no volveré a mencionar el tema.
Clarissa respiró hondo con cansancio, se sobó el tabique nasal y luego le dio el pase a la sirvienta que traía la bandeja con el té recién hecho para ellas.
—Ya que te interesan los asuntos políticos del reino, ¿has pensado en lo que te dije sobre tu matrimonio con…?
—Madre —dijo despacio, esperando no hacerla enfadar—, no me parece justo que quieras arreglarme un matrimonio. Tu matrimonio no lo fue, ¿por qué el mío debe serlo?
Se levantó del sillón acolchonado de terciopelo, pero la reina hizo lo mismo con más energía, una que emanaba autoridad y que intimidaba a la joven.
—Eres la menor, no tendrás acceso al trono y quien sea que suba a él no podrá garantizarte nada, piensa con la cabeza, Anneliese. Te casarás con un lord, sino lo elijes tú, lo haré por ti y punto.
La joven princesa contuvo sus lágrimas y se marchó con calma delante de la reina, pero al salir de su campo de visión salió corriendo hacia su alcoba para llorar a solas.
Luego de un rato tirada en su cama con el rostro húmedo sumergido en las sábanas, tocó a su puerta Malik.
Como Anneliese no respondía al llamado, este abrió despacio para asomar la mirada y saber si se hallaba allí; entró sin tanto ruido para sentarse en una esquina de la cama y oírla sollozar.
—Tu dama me dijo que estuviste con madre. ¿Te dijo algo malo? ¿Insiste con el matrimonio arreglado?
Le acarició sutilmente el cabello para no despeinarla, pero era inútil porque ya lo estaba.
—No me quiero casar con alguien que no conozco, ni porque sea un lord —confesó sin levantar la cara—, quiero conocer a alguien y enamorarme tan perdidamente como él de mí.
Malik se sonrió con gracia viendo hacia la puerta, soltó un suspiro y se giró para hacer que su hermana se incorporara de la cama.
—No te preocupes, que cuando ascienda al trono, no dejaré que mi hermanita se case con alguien no ame… no por nada eres la niña de mis ojos.
Anneliese sonrió esperanzada y lo abrazó fuerte.
A pesar de que Malik y Néstor no se llevaran bien, las cosas entre Anneliese con sus dos hermanos eran distinta, pues ambos tenían un gran aprecio por ella así como un especial vínculo que con los años solo se hizo más fuerte.
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Son ocho capítulos, esto es porque es una "novela ligera", además cuenta con ilustraciones hechas por la autora, es decir yo, pero... Booknet no me deja insertarlas (no es porque me de pena mostrarles lo mala que aún soy ilustrando, obvio).
Espero les guste y no olviden darle apoyo:)
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Editado: 21.12.2023