Intenta decir Adiós - 2019

Capítulo 05: Ser una cobarde: Listo!

Chapter five:

¿Podría ser odiada por August Miller? ¿Oliver acaso había comenzado a odiarla? No entendía nada. Sin embargo la tristeza la invadió, se arrodillo juntó a la maquina y suspiró buscando dinero en su bolsillo, de momento a otro sus ojos empezaron a lagrimear. No era lo que ella quería, no deseaba ser odiada.

Quizás, no era la chica más agradable pero intentaba serlo. Pensando todo en su mente, una lágrima rodo por su mejilla.

 

-- ¡Krista! -escuchó una voz, se sobresalto y secó su rostro mientras intentaba sonreír. Observó como August se acercaba hacia ella agitado.

-- August. -se levantó y lo miró extrañada. ¿Qué hacía allí a esa hora? Podía ser... ¿Él quería verla?

-- Crei que estabas descansando. -dijo acomodando tímidamente su cabello, ella volteó el rostro.

-- Descanse lo suficiente. -no quería sonar grosera. Directamente no podía imaginarselo, pero Oliver sacó un lado bonito de ella.

 

Sin percatarse de la confusión que Krista sufría en su mente, él estaba preocupado por como se encontraba.

Las palabras de Oliver resonaban una y otra vez. August Miller... ¿Por qué él lo conocía? ¿Amigos o familia? Era demasiada mala casualidad.

 

-- Me encuentro bien -dijo de pronto y quedó frente a él-, tengo que irme.

 

Comenzó a avanzar hasta que escuchó su voz.

 

-- Espera, necesito hablar contigo.

 

¿Sobre qué? Pensó Krista en su mente. Acaso... ¿Iba a decirle que la odiaba también? No, ella sabía que no.

August quería hablar con ella un poco más, no pensó en nada mejor que sacar una moneda de su bolsillo, al verlo Krista negó.

 

-- ¿Quieres un refresco? -le preguntó. Krista sonrío de lado y se negó.

-- Esa maquina no funciona.

-- Haré que funcione, ¿Así que la aceptarás si llega a caer? -August no era muy decidido, pero estaba seguro de que ella no estaba bien aún.

 

El cabello castaño de Krista se movió junto a su cabeza cuando asintió, August flexiono sus rodillas e insertó la moneda esperando... Espero un poco, ella vio que nada caía y los nervios llegaron a él en menos de un minuto.

 

-- ¿Puedo... Intentarlo una vez más? -dijo en una súplica, ella lo observó con ternura y se acercó a él. Decidido, volvió a poner una moneda-. Va a caer algo.

 

En el momento en que dijo eso, una lata de sprite cayó. Krista observo asombrada y August la sacó de inmediato.

 

-- Quiero hablar contigo. Aunque sea por un momento. -dijo entregandole la lata, ella la tomó.

 

Rendida ante él, Krista asintió. Se sentaron en la banca blanca, antes que eso August intentó sacar otro refresco pero no tuvo la misma suerte, de igual forma estaba feliz.

 

-- ¿Tienes un hobby o algo? ¿Qué haces normalmente? -le preguntó August. Krista pensó.

-- No tengo ninguno en particular. Simplemente me gusta el arte, dibujar es lo que me apasiona desde niña. -dijo viendole.

-- Estaba seguro de eso -ella lo vio sorprendida-, ah no te asustes. No soy un acosador ni nada, mi hermana menor tiene una amiga y ella le contó sobre tus dibujos.

-- Supongo... Que no es un secreto ya.

-- No, la mayoría lo sabe. -dijo August orgulloso.

-- Cuando comencé a estudiar en Lawrence a principio de este año, me quedaba una hora libre hasta la última clase -dijo recordando-, me sentaba al frente de la cancha de fútbol a dibujar, una niña llamada Rocío se me quedó viendo. Supongo así empezó todo, me pidió un dibujo y así como vino ella luego fue otra, otra y otra.

-- ¿Por qué lo haces? Digo, te debe tomar tu tiempo también.

-- Estaba acostumbrada a que a nadie le llamará la atención, en mi anterior escuela era invisible -August se sorprendió, Krista se avergonzo y corrió su rostro-. Así que me hizo feliz, además ellas comenzaron a apreciarme.

 

August sonrío al verla. Krista tenía un buen corazón, no entendía porqué Oliver estaba obsesionado con que no era así. Se preguntaba que había pasado.

 

-- ¿Qué hay de ti, August? -preguntó Krista sacándole de sus pensamientos.

-- Yo... Simplemente estoy en una escuela de Karate por las tardes, creo sería como un pasatiempo. -dijo pensando.

-- Ya veo.

-- Sólo que -agachó un poco su rostro-, aún no puedo controlar del todo mi fuerza y es algo... Molesto.

 

Eso no la sorprendió mucho, el día del festival recordaba cómo quedaron esos dos chicos.

 

-- No es que fueses agresivo con todos. -dijo Krista mirando fijamente al cielo.

-- Claro que no. -le contestó de inmediato. No se había expresado bien.

-- El salvar a alguien que no conoces... Digo, me siento agradecida por eso.

 

August la observó, vio la lata en su mano y sus ojos se desviaron a las pestañas de la niña, a sus labios claros y a esa sonrisa que le encantaba... Lo suficiente para observarla con detenimiento y un claro interés.

 

-- Estoy agradecido por salvarte. -ella lo miró extrañada y no dudo en reír.

-- Claro, claro.

-- No quiero hacerte perder más tiempo... -dijo levantándose. Ella estiró la bebida hacía él- ¿Eh?¿Por qué?

-- Se lo difícil que es conseguir otra. Toma, no es todo pero...

 

August la miró y tomo la bebida, estaba pensando mientras veía la lata, ¿Podría ser un beso indirecto? No, no hay manera de que deba pensar así. Se sentía nervioso de siquiera hablarle a veces, podría soportarlo... Eso esperaba.

Ella no cayó en cuenta con lo que él pensaba. August confuso, tuvo un escalofrío debido a un repentino viento y estornudo.

 

-- Salud. -dijo Krista.

-- Gracias. Está refrescando un poco, ¿Quieres volver ya?

 

Krista asintió y se levantó también. Él decidió acompañarla a la cabaña, sin embargo ocurrió algo que no esperaba, el celular de August comenzó a sonar.



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En el texto hay: primeramor, amor y odio adolescente, romance escolar

Editado: 22.04.2019

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