Tu chico de los ojos grises

03

Desperté, estaba en un lugar extraño que olía a mojo, miré a mi alrededor aún con la vista nublado, era una celda ¿Estaba en la cárcel?, porque no puedo recordar como llegué aquí, intenté pensar pero solo logré un extraño dolor de cabeza.

-¡Auxilio!, ¡Hay alguien aquí! ¡Necesito hablar con alguien! ¡Saben cómo llegué aquí!-grité pero no recibí respuesta, me moví torpemente aún con el efecto de esa droga que me hicieron inhalar, toqué todas las rejas hasta que logré encontrar la puerta, estaba abierta, la atravesé y caminé por un largo pasillo blanco, como de hospital, ¿Será que me desmayé?, había puertas pero todas estaban cerradas, de repente escuché una voz, estaba alterada tecnológicamente, de eso no había duda.

-Alejandra García -miré alrededor buscando de dónde provenía, o estaría alucinando aún, no había nadie, subí mi mirada al techo y había un parlante y una cámara, esto no es normal.

-¿Quién eres? -Pregunté intentando mantenerme calmada, debía ser un hospital, si esto era una broma no se me hacía gracioso.

-Alguien a quien tú conoces -comunicó como pista, si debía ser una broma, quizás Benedict, Jeffrey o incluso Alexander y su gracioso compañero de la asignatura de inglés.

-¿Quién eres?, ¿Por qué estoy aquí? -pregunté mirando directamente a la cámara – es un programa de bromas o simplemente uno de mis amigos haciéndose el pesado.

-Hace un tiempo yo… escapé de un orfanato, ese lugar era horrible -informó cambiando de tema, supongo que quiere darle preámbulo a su broma o tal vez… sí es cierto -sólo habían dos cosas que me gustaban de ahí, una de esas era hacer bromas y asustar a las personas, Alejandra García… sigo siendo el mismo ¿Y tú? –Hizo una pausa que me parecieron años -que empiece el juego -dicho esto todo se sumió en un extraño silencio, de ese que te da ese presentimiento de que algo malo va a suceder repentinamente, ya no me parecía una broma de los chicos.

-Yo no conozco a nadie que viviera en un orfanato, ni que... - Jeffrey, él perdió sus padres, recuerdo que Benedict me dijo eso el primer día -¿Jeffrey? -no recibí respuesta, de repente se escuchó el seguro de la puerta al final del pasillo, al parecer era mecánica y se abría desde algún otro lugar, corrí hasta ella que sin duda estaba abierta, crucé la puerta llegando a otro cuarto, había una cama y una nota, la tomé para leerla, ella decía la frase:

Los susurros no son buenos. Tu chico de los ojos grises.

  1. frase, la había dicho Jeffrey así que solo podía ser él, pero… también la escuchó Benedict, incluso Alexander, ¿Alexander no haría esto?, aunque él era el único que estaba ahí en el estacionamiento, creo. Caminé a la puerta e intenté abrir, estaba cerrada y al igual que la otra era de seguro mecánico, me acerqué a la ventana, era de hierro con barrotes, intenté encontrar algo mirando a través, solo se veía un muro alto pintado de blanco, un árbol y el cielo que anunciaba lluvia con un tono morad, azul indago y negro, bueno es más purpura, con mis manos palpé la ventana en busca de un punto débil, valla trabajo, el hierro estaba incrustado a fondo en el cemento, miré a mi alrededor, solo estaba la cama, una mesa pequeña junto a ella con una gaveta pequeña, fui a ella y la abrí con la finalidad de utilizar lo que consiguiera para huir, estaba vacía luego de la cama bien tendida, las cortinas de aquella ventana y la mesita no había nada, necesito algo afilado, pensé.

Las siguientes tres horas las pasé buscando una salida, la puerta por la que había entrado estaba cerrada, así que regresar no era opción, finalmente me fui de regreso a la ventana, fuera ya se veían algunas estrellas y nubes oscuras por la falta de luz de sol, tenía tantas dudas que abarcaban mi mente, ¿Cómo llegué a aquí?, ¿Quién me trajo aquí?, ¿Sería Benedict? Pero… es mi mejor amigo ¿Sería capaz de hacerme esto?, o tal vez fue Alexander ¿Pero por qué? él dijo que quería ser mi novio, raptarme luego de que yo me declarara, eso es casi demente, también está Jeffrey, al parecer yo le gustaba… y él sabía que iba a decirle que sí a Alexander, tiene todo para ser él, además… la frase, él la dijo.

Suspiré cansada y decidí tomar lugar en la cama, al menos ahí esperaría recostada, me tiré en esta boca arriba, descubrí que en el techo había una cámara, él me estaba viendo, si era un él, ¡Claro que era un él!, ¡Él de ojos grises!



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En el texto hay: está lleno de mosterio

Editado: 27.06.2018

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