CATALINA POV'S:
—¿Ya nos contarás? —pregunté luego de largos segundos de silencio.
El comentario de Almendra nos había impresionado muchísimo, pero ella seguía sin decir nada. Como si amara ver cómo crece la tensión e impaciencia en el ambiente.
—Sí, cuéntanos ya. —Rogaba Ryan desesperada.
—Mark, me invitó a salir el viernes por la tarde y no como amigos —dijo Almendra tapándose con la almohada.
No puedo creerlo. El idiota dio el primer paso para estar con mi amiga. Sí que se las sabe todas.
—¿Qué? —Ryan le quitó la almohada dejando ver a una Almendra muy sonrojada.
—Eso no me lo esperaba, bueno sí, pero recién se conocen —expliqué, sorprendida.
—Sí, justo por eso quiere que salgamos, para conocernos —mencionó Almendra como si hubiese dicho algo obvio.
—¿Y aceptaste? —preguntó Ryan impaciente por saber la respuesta.
—Sí —dijo Almendra casi gritando.
La miré y sus nervios se veían a kilómetros de distancia, pero también su felicidad.
—¿Cuándo te lo dijo?
—En la última hora de clases —confesó, aún nerviosa. Lo sabía porque su pie no dejaba de moverse y sus manos parecían temblar.
—No te preocupes, mañana vamos a comprar un vestido hermoso para tu cita. —Le propuso Ryan tomando a mi otra amiga por las manos. Ella solo asintió.
— Comienza la operación "Primera Cita" —grité con evidente emoción.
Estábamos tratando de que nuestra mejor amiga no estuviera tan nerviosa. Sabíamos que sería difícil, porque casi nunca estábamos cerca de chicos, con excepción de Antonio.
—Gracias, las amo.
[...]
—Levántense chicas —habló fuertemente Mariana mientras tocaba la puerta de mi habitación.
Mariana empezaría a venir a diario a la casa.
Mamá dijo que había conseguido un papel en una película. Ella había sido modelo desde que empezó su relación con papá. Incluso empezó a tomar clases y cursos de actuación para ser parte de varias películas. Sin embargo, al quedar embarazada no pudo cumplir su sueño de actuar. Ella no quedó embarazada a tan temprana edad, pero no estaba en sus planes aún ser madre. Como ya estaba casada con papá, no fue un problema para ellos hacerse cargo del embarazo.
Papá y mamá bromean con que Beily fue inoportuna, pero siempre afirman, para ellos, fue una maravilla el ser padres a esa edad.
Me levanté junto a mis amigas, una por una nos bañamos y ya listas bajamos con nuestras mochilas. Almendra y Ryan dejarían los bolsos con su ropa, ya que en la tarde iríamos a comprar el vestido de Almendra.
Nos fuimos al colegio luego de desayunar y cuando llegamos vimos a Mark y Antonio esperándonos afuera.
—Hola chicos —saludó Ryan.
—Hola, tenemos nuevo integrante para Los Retadores —habló Antonio emocionado.
—¿Quién es? —pregunté con evidente sorpresa.
Esto es raro. A lo que me refiero es que casi nadie quiere estar en Los Retadores. Hemos buscado nuevos miembros, pero al comentarles sobre nuestro plan contra Los Populares, se negaron rotundamente.
—¡Nada más y nada menos que Mark! —exclamó Antonio con una enorme sonrisa en los labios. Al parecer le emocionaba mucho la idea.
—¿Mark? —preguntaron Ryan y Almendra extrañadas.
¿El estúpido?
Supongo que, al menos, va a contribuir en algo.
—Espero no les moleste. —Mark se rascó la nuca en señal de nerviosismo.
—Para nada —dijo Almendra mientras lo miraba fijamente.
—No, solo que estamos sorprendidas. No sabíamos que te interesaba ser de Los Retadores —explicó Ryan.
—Sobre todo por el poder de Los Populares y el miedo que generan en todos, aparte de lo que dicen de nosotros sobre que perderemos. —Complementé lo que había dicho mi mejor amiga.
—A mí no me importa lo que digan de ustedes, yo creo que van a llegar muy lejos y que pueden vencer a Los Populares —dijo Mark sonriente y con ligera emoción.
Pude ver que Almendra estaba sonriéndole también.
—Al menos la confianza en nosotros la tienes —hablé rompiendo las miraditas entre estos dos.
Tal vez era bueno tener a Mark en el equipo. No era que ya que caía súper bien, pero necesitábamos toda a ayuda posible y me agradaba la idea de que confiara en nosotros. Era algo lindo de su parte. Estábamos tan acostumbrados al rechazo, que tal vez por eso, ahora ya no lo odiaba tanto.
—Bueno, vamos a clases o nos haremos tarde. —Advirtió Ryan mientras caminaba hacia la entrada de la escuela.
—Sí, claro. —Asintió Antonio y tomó su mochila.
Volteamos y caminamos con la única intención de entrar a clases, pero no lo logramos.
—Miren quiénes vienen ahí —dijo la rubia con voz burlona y se detuvo delante de nosotros con una pose que solo hacía relucir el egocentrismo que la caracterizaba.
Creo que ni siquiera es necesario decir su nombre.
Recuerdo que le dije a Almendra que perdonaba a esta tipa, pero cuando llegué con solo verla, recordé todo lo que me hizo y su forma de actuar conmigo me hizo volver a odiarla. Ahora el odio ha incrementado tras enterarme de lo que le hizo a mi mejor amiga en mi ausencia.
—Necesitamos hacer ese debate lo más antes posible —susurré para que solo mis amigos me escucharan.