Me levando de mi cama mirando al espejo, mi rostro cada vez está más pálido desde hace dos días que comí esa estúpida rebanada de pizza; hoy es mi primer día de clase y mis ánimos están del asco, todas las mañanas es lo mismo, levantarme y ver todo el daño que me hice o me cause el día anterior y estoy cansada.
Tomo una ducha rápida dejando atrás todos esos pensamientos, enjuagó mi cuerpo como si eso fuera a quitar el hecho de que estoy jodida por dentro y salgo envuelta en una toalla blanca. Gracias a dios es necesario usar uniforme pues lo menos que quiero ahora es buscar una ropa decente que ponerme. El uniforme basta de una falda color gris, una camisa blanca, un saco azul y una corbata amarilla con rayas azules, me coloco unos tacones tal como lo dice el reglamento y las calcetas color blanco hasta las rodillas.
Paso unas cuantas brochas por mi cara intentando borrar mi aspecto y lo logro, al finalizar solo tomo mi pequeño bolso con mis cosas necesarias para este día. Camila o Melannie como todos le dicen, quedó en verme en la entrada del edificio para irnos juntas a clase, ella al igual que yo es nueva pero a diferencia está enfocada a la rama de Danza, nos hicimos buenas amiga ayer, yo estaba entrando a el edificio y ella igual, charlamos un rato, lo demás es historia
Al llegar la encuentro ahí parada, su uniforme es diferente al mío dado que todos podemos poner o quitar prendas del uniforme original.
- Hola chica. - saluda sonriendo.
- Hola Melannie.
Ambas emprendemos el viaje andado pues no está muy lejos y ninguna tiene auto, mientras caminamos charlamos de diferentes temas triviales hasta que cada una entra a su área correspondiente. Me detengo un poco antes de entrar y observo todo este lugar, los lienzos son tan profesionales que me hacen sonreír instintivamente, todo lo necesario está en este lugar y aún no puedo creer que pasaré tres años aquí. Entro de una buena vez y tomo asiento en uno de los taburetes de en medio, jamás me ha gustado estar atrás ni tampoco enfrente, para mí lo ideal siempre ha sido en el medio.
Al cabo de unos minutos una señora de aspecto formal atraviesa por la puerta principal, prestó un poco de atención porque se que es la profesora, está solo habla de lo contenta que está por enseñarnos más del arte y feliz por ser nuestra tutora, por que así es, ella es la única maestra que tendré en mi estadía aquí, la escuela no nos capacita como buenos estudiantes, la escuela solo se basa en la especialidad y eso es todo.
Al finalizar el día guardo unos cuadernos en mi casillero así como mis pinceles favoritos, la clase de hoy estuvo más aburrida de lo que pensé, la primer semana siempre es un asco. Antes de salir una mano toma mi hombro lo que me hace voltear instantáneamente.
- ¿Que sucede? - En arco una ceja.
- Los chicos me mandaron a decirte que si quieres venir a comer con nosotros.
- Gracias pero no tengo hambre.
Y era verdad, es extraño que no tenga hambre pero tengo alrededor de 32 horas sin probar alimentos.
- Bueno, podrías venir aún así, ellos ya están allá y yo apenas voy, comeremos en mi casa pizza. - sonríe.
¡Oh por dios! Si, tengo una actitud de mierda pero este chico es atractivo y no puedo negarme a verlo lo que resta de la tarde.
- Está bien.
Lo sigo hasta lo que es su coche, el coche de la vez anterior, subo al asiento del copiloto y me mantengo en silencio mientras que el esposo d Kim Kardashian resuena en las bocinas, no soy fan de su música pero tampoco he de decir que está mal, soy más de música tranquila y con significado significativo, oh valla eso sonó estúpido.
- ¿No te gusta el Rap?. - automáticamente me siento roja, se que no lo estoy pues jamás me pasa esto.
- No es que no me guste, solo que soy de música más de orquesta o con significado más especial, he incluso el pop me agrada.
- Cada vez siento que eres más superficial Elle. - mi nombre suena raro viniendo de el.
- No soy superficial, aún no me conoces y tampoco quiero que lo hagas si te soy sincera, pero el rap nunca ha sido lo mío.
-¿A si como la comida chatarra?.
- Bueno eso tiene una explicación que no te daré, pero la tengo prohibida no por que mi madre quiera, si no por problemas más personales.
El no dice nada y lo disfruto, no quería que hiciera más preguntas sobre mi vida, ni mi mejor amiga sabe sobre mis problemas alimenticios y mentales, por lo regular no se lo cuento a nadie porque ya muchas personas han salido de mi vida por dicha enfermedad. Sigo viendo la ventana que me muestra un día soleado como cualquier otro, dejo de verlo cuando el coche se detiene frente a una casa por lo que yo me siento confundida, aún así bajo del coche y camino a su lado.
- ¿Vives en este lugar? - respondo mirandolo a el, sus rostro se gira con una sonrisa en sus labios.
-Bueno, si te dije que vendría a mi casa y te traje aquí, supongo que significa que es mi casa. - Mantiene esa estúpida risa y a mí ya no me hace gracia verla. - Mis padres no están así que mis amigos pasan la mayor parte del tiempo en casa, a mi hermana menor no le molesta tampoco que mis amigos vengan.
- Te burlas de mi y tu casa se ve así, genial eres un idiota. - ruedo los ojos.
- Nunca dije que mi casa no estuviera así, solo calla y sígueme.
Entro a la casa de Liam y ahí están todos consumiendo una caja de pizza, su olor se impregna en mi nariz lo que me hace marearme de nuevo, odio ese maldito olor y lo que le causa a mi organismo, jamás me había sentido tal mal como me sentí después de comer esa asquerosa comida. Trato de ignorar el olor cuando tapan la comida con la misma caja.
-¿Que tal tu primer día Elle? ¿Aún no decides cambiarte de especialidad?- me observa - yo lo hice al tercer día. - termina para seguir comiendo el triángulo amarillento.
Editado: 23.06.2020