¡tú Eres Mi Destino!

CAPÍTULO NÚMERO DOCE

Julio llevó a Ana a la universidad y se despidieron con un gran beso apasionado, que le quitó todo lápiz labial y ella quedó temblorosa y excitada.

- ¡Julio! – le recriminó por dejarla así. Él sólo le sonrió y suspiró para poder serenarse, porque quedó muy excitado, le dijo que mirara, para que viera que no solo él estaba como ella. Ana lo mira y se sonroja, pero sonríe también.

- eso te pasa por besarme y quitarme el labial – toma sus cosas, incluyendo su tesis encuadernada y la síntesis, que llevaba en una hermosa carpeta – vamos a estar casi todo el día en esto, mira – le mostró la lista de los horarios que Ernesto le había enviado por correo – no puedo escaparme, porque por cada grupo que va a sustentar pasan lista, así que te aviso cuando terminemos con el último grupo, ¿vale?

- vale – le contesta él – le agarra la barbilla y mira sus hermosos labios – te deseo mucha suerte, hermosa – acerca su boca para darle un tierno beso en los labios – nos vemos por la noche. – se despiden y Ana sale del coche y después de aplicarse más labial, levanta las manos para despedirse de su apuesto novio.

El día transcurre de acuerdo a lo planeado, llegando el turno al grupo de Ana y cada uno va exponiendo lo que le toca, al final dejan a Ernesto que es el encargado de dar la síntesis y hablar sobre su proyecto de implementación basado en esta ocasión al turismo en Santa Marta, cuyo lugar estaba en la frontera con la Guajira y Magdalena; todos quedaron con la boca abierta y llenos de admiración, por todo lo que escuchaban del joven, luego siguieron las preguntas de los invitados extranjeros y ellos explicaron todo con palabras claras y respuestas concisas logrando así el aplauso de todos los presentes y la felicitación de los jueces.

Luego fueron entrevistados individualmente y a Ana le tocó el experto en finanzas, era un joven muy atractivo, que a pesar de lo serio que se veía, encontraba la forma de sonreírle a la joven. Afuera de la sala de conferencia donde se estaba celebrando esa entrevista, se encontraba un hombre con cara de furia observando la escena que se veía por la ventana, quién lo mirara parecía que estaba viendo el panorama, porque su expresión no se notaba por los lentes de sol que tenía puesto, pero estaba que echaba humo por las orejas. En esos momentos Ana estaba hablando explicando algo, porque movía las manos un tanto nerviosa y el entrevistador le tomó las manos para colocarlas en la mesa donde estaban y vio la sonrisa que el tipo le ofrecía a ella. Ana se lleva una de sus manos al pecho, pero Julio no entendía que le estaba diciendo, pero ese gesto no le gustaba mucho y decidió ir hasta esa sala para darle una lección al tipo, pero se detuvo cuando vio que ella se levantaba y le ofrecía la mano como despedida, luego ella sale de la sala, la ve cruzar el pasillo, pero se dio cuenta que estaba como hiperventilando, como si estuviera mareada, frunció el ceño cuando vio a un compañero, que no era Ernesto, porque él estaba siendo entrevistado por el mismo tipo, llevó a Ana a un banco y comenzó abanicarle en la cara, bueno parece que se sentía nerviosa y estaban tranquilizándola, se dio media vuelta y se subió a su auto para marcharse.

- ¿te sietes mejor, Anita? Le pregunta Abel y Becky, que ya habían pasado a la entrevista, faltaban Ariel y Ernesto.

- Sí, me sentía muy mal allá adentro, pensé que iba a vomitar, pero el señor Brown estaba preocupado – estaba con los ojos llenos de lágrimas – creo que salí mal en esa entrevista, perdónenme, compañeros – se abrazó a Becky que a su vez la abrazó. En eso viene Ariel con una sonrisa de oreja a oreja, pero al ver a su amiga llorando se le borró.

- ¿Qué pasó, amiga? – se sentó al lado para tomarla en sus brazos y le levantó la cara para mirarla a los ojos - ¿Por qué estás así, cariño?

- me puse mal en la entrevista, se me bajó la presión, no sé qué fue lo que pasó, solo sentí que desfallecía, auch… creo que voy a… - se levantó y salió corriendo para el baño, Becky la siguió. Ana llegó a tiempo para alcanzar la taza del inodoro y desocupar su estómago, se levanta y se enjuaga la boca, toma una toalla desechable para secarse, en ese momento entra su amiga.

- ay amiga, pareces una muerta, estás blanca como un papel, ven vamos para que te sientes – la lleva de regreso con sus compañeros, que ya Ernesto había salido y corrió a tomarla en brazos para llevarla a una silla – siéntate y coloca la cabella entre las rodillas, para que se te pase el mareo, ¿vale? Ariel consíguele una botella de agua, para que tome sorbitos, si no te mejoras, te llevo a la clínica

- yo creo que es porque no desayuné esta mañana, por eso me sentí mal -  Abel mira a Becky y le pregunta

- amor, ¿tienes algún dulce en tu mochila? Seguro es que se le bajó el azúcar – en eso regresó Ariel

- traje también algo de comer y un café en leche, para que caliente un poco – Ernesto le agradeció por el detalle. En ese momento salen los jueces, se reúnen en el salón para hacer la evaluación.

- creo que van a tomar una decisión y podemos seguir con los otros grupos – dijo Becky – los otros asintieron con un movimiento de cabeza. Ana con lo que comió, le volvió el color y se sintió mucho mejor. Luego fueron todos a almorzar algo, para después volver al salón a la una y media de la tarde, para seguir con la sustentación de los siguientes grupos.

A las seis y media de la tarde terminaron con los grupos que estaban programados para el día de hoy, se levanta uno de los jueces y comienza hablar sobre cada uno de los grupos que expusieron, enumeró y les dio una calificación buena. Ana y sus amigos, estaban preocupando, porque no los habían mencionado, ya que habló de los otros grupos, menos el de ellos.



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En el texto hay: intriga, aventura, amor

Editado: 12.09.2021

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