Andrés
Hoy es noche buena y también el cumpleaños de mi hermano mayor Julio y hay fiesta familiar, mis padres Joaquín y Yolanda, mis hermanos Julio, Federico, las gemelas: Laura Sofía y Lucía Fernanda, el esposo de Lucía Fernanda y sus hijos, la novia de Julio, Ana, que en estos momentos él está, tratando de ganarse el perdón de ella, ¡claro! Que siguiendo con su plan de reconcilio y esperan gemelos, ¡Ah! No debo olvidarme de Annette la novia de Federico, que a pesar de que es el más joven de los tres hombres, tiene claro quién es su “alma gemela”, la mujer que el destino le ha regalado, y por supuesto, que yo seré el único que no lleva pareja, ya que a pesar de que sé quién es mi “alma gemela”, está desaparecida desde hace más de tres semanas.
Ha pasado casi un mes que se casó Lucía Fernanda y el día que me atreví a declararle mi amor a Stella, aunque se haya ido, si piensa que no la buscaré, está muy equivocada, porque voy a esperar que pasen estas fechas, para ir por mi mujer. Voy saliendo para la casa de mis padres, recojo el regalo que le llevo a mi hermano Julio y la bolsa donde tengo todos los regalitos para los demás; es una tradición, que cada miembro de la familia, lleve algún detallito para todos; tomo mis llaves y las de mi auto, salgo del apartamento y allá voy
Cuando llego a la casa, me encuentro con que todos están, menos el cumplimentado y su novia, entro y saludo a todos. Mi hermana Lucía Fernanda se me acerca con su hija Antonella, que lleva los bracitos levantados hacia mí, ¡esa niña me adora!
- ¿Cómo está mi princesita hermosa? – la tomo en brazos y comienzo a dar vueltas con ella, riéndose a carcajada; le gusta cuando le hago eso, y yo también me río – jajajaja vas a ser una rompecorazones, princesa – y escucho gruñir a mi cuñado
- No, señor. Eso no va a pasar, primero la encierro en la torre del castillo – todos se carcajean por el comentario de él
- eso dice siempre que le mencionan cuando ella crezca y consiga novio – dice Lucía Fernanda y se carcajea también – y tú, ¿Por qué llegas tarde? – me pregunta – tengo que hablar contigo.
- ya sé que me vas a decir – le digo – es sobre Tita, ¿verdad?
- ¡claro que sí! ¡te acostaste con mi dama de honor el día de mi matrimonio! – comienza a tocarle el pecho con su dedo, dándole piquetes con cara de enojo.
- y ¿eso que tiene que ver? Somos adultos, además, sabes que ella es mi mujer del destino… además, – le toma la mano para separarla de su pecho – eso a ti no te incumbe, niña –
- pero ¿Qué es lo pasa aquí? ¿Por qué están discutiendo en un día como hoy? – pregunta la señora Yolanda ¿Qué falta de respeto es esa Lucía Fernanda? Él es tu hermano mayor, así que respétalo y tú – mira a Andrés – hazte respetar – se vuelve a la cocina enojada – y Julio nada que viene, cuando llegue me va a oír – cierra la puerta de un portazo
- ¿Por qué está enojada? – pregunté a los presentes
- que Julio, su predilecto; no ha llegado – le contesta Fer – no nos preocupemos por él, está bien… - con una sonrisita dice – creo que muy bien – Roberto le pasa el brazo por los hombros y la lleva al sofá donde estaban sentados.
- pero que le ha pasado, se va a perder el cumpleaños, ya son las 11:30 de la noche – digo asombrado, porque Julio es el que siempre llega primero a las reuniones y en especial las de navidad y cumpleaños de él, así que es raro, voy hacia la cocina, para contentar a mi madre y ayudarla un poco en lo que esté haciendo – mami, no te preocupes por Julio, ya vendrá – en eso se escucha la puerta y la señora Yolanda sale lista para regañar y tirar de las orejas a su hijo mayor.
- ¡Julio César Benavides Maldonado! ¿Qué son éstas horas de llegar? Hoy es un día muy especial para la familia – en ese momento alguien grita desde la sala de estar
- ¡Se reconciliaron y estaban teniendo sexo! – don Joaquín y Roberto gritan también: ¡Lucía Fernanda!... y ella contesta – pero si es verdad, ya lo sentí – y se ríe a carcajada – y Sofi grita lo mismo – yo también lo percibo – ¡Laura Sofía, ¿tú también?! – esta vez fue mi madre que le llama la atención – luego los vuelve a mirar. ¿eso es cierto, chicos? ¿ya se reconciliaron? – ellos asintieron con cara de vergüenza y su novia, se veía hermosa toda sonrosada, mi hermano la abrazo para que sienta seguridad
- ¡ay! Me alegro por ustedes, hijitos míos, pasen, pasen que ya casi van a dar las doce y no hemos cantado el feliz cumpleaños a Julio – me sorprendió lo rápido que se le pasó el enojo a mi mamá, esto es increíble; entraron y todos los felicitamos, por la reconciliación y por el cumpleaños del mayor de los Benavides Maldonado. Me sentía un poco nostálgico por lo que todos estaban viviendo, que sentí un fuerte dolor en el pecho, ya familiarizado, porque ha estado allí desde que Stella se marchó, en eso me mira Laura Sofía y Lucía Fernanda y ambas se me acercan corriendo preocupadas, tal vez mi cara reflejó algo que las veo tomarse las manos antes de llegar a mí.
- inhala, exhala, inhala, exhala – llegan a mí y colocan sus manos en mi pecho – tranquilo, hermano inhala, exhala – el señor Joaquín los observa preocupado, pero no se acerca todavía, ve cómo sus niñas van tranquilizando a su hermano viendo las energías fluir de cada uno de ellos – canaliza el dolor al recuerdo de Tita – yo lo hago y es en ese momento que me doy cuenta de algo, miro a Lucía Fernanda y ella asiente sin decir nada, lo mismo hace Laura Fernanda y abre sus hermosos ojos - ¡vaya hermano! Fuiste directo al centro de Tita y la embarazaste – dice ella y Fer contesta: