Cundo salían de la piscina, escurriendo agua por tanta ropa, con los zapatos inundados, fue que se percataron de la presencia de Sara. La pobre mujer no entendía nada, se sentía feliz de ver a su patrona bien, nadando, caminando, pero no sabía como ni cuando había pasado eso, hasta hoy, la última vez que la vio estaba, como de costumbre, en su silla de ruedas. Los tres se acercaron a ella que solo murmuró, en un estado de trance.
―¡Es un milagro!—exclamó alucinanda.
―Algo así Sara, te prometo que te lo vamos a explicar, junto a mis padres y de mis suegros. ¿Puedes esperar hasta entonces?
―C-claro s-señor―logró concluir, después que despegó al final de un tirón tartamudeando.
―Sabes que te consideramos parte de la familia.
—Lo sé, ustedes también lo son para mí.—estaba hecha un manojo de nervios y emociones.
—Creo que será mejor que hoy mimo los invitemos a todos a comer, si es que puedes preparar una comida para esta noche Sara.―opinó Laura dirigiendo la última parte de sus palabras a su empleada doméstica, que más que empleada la querían y la apreciaban como si fuera familia.
―Sí mi niña Laura, ¡claro que puedo!.—logró decir normal ya más calmada.
―No te preocupes que yo te ayudaré Sara.
―Y yo también, ¿puedo mamá?, me gustaría aprender a cocinar, aunque no estoy segura de que me guste la comida...
Todos soltaron una alegre y sonora carcajadas y Mariluna los miró con el ceño fruncido, no le agrado que se rieran de ella, lo que dijo fue muy enserio.
Laura y Andrés se ocuparon de invitar a sus respectivos padres a la reunión familiar, tenían que contare las novedades, su familia tenía que saber las condiciones sobrenaturales de Laura y Mariluna; aunque sus padres sabían de la niña sus suegros no sabían nada de nada. Ellos tenían que ayudarlos a lidiar con esa extraña situación, iban a necesitar de todo el apoyo familiar para poder mantener el secreto a salvo. Sabía que todo esto iba a ser demasiado difícil de asimilar para algunos, ya sabemos quiénes; pero su esperanza de que todo saliera con éxito se basaba, en que al ver recuperada a Laura se lo tomarán con más calma. No todos los días te dicen que un familiar que estaba en las últimas, está completamente sano y además mejorado, eso sí que era un milagro como dijo Sara. Nada podía salir mal o eso quería creer.
Exactamente a las 7 p.m cuando llegaron los padres de Laura, siempre tan puntuales y correctos. Los de Andrés 15 minutos más tarde, Laura los recibió en su silla de ruedas para no alarmarlos sin prepararlos previamente. Decidieron que era mejor contarlo todo de una vez, entre más rápido se salga de un trago amargo mejor. No es que ellos consideraban que fuera malo lo que estaba pasando, simplemente que sabían que a cualquier persona lo asustaría saber algo así, nunca se sabe como van a reaccionar, no todos los días se le dice a unos padres que tienen una hija lobo y de paso una nieta que convirtió asu madre en lobo con una mordida pero que a ella nadie la mordió, simplemente nació así, porque pertenecía a otra especie, pero no es extraterrestre, pensaba Andrés sonriendo irónicamente mientras buscaba las palabras apropiadas para decirle; además no quería que la comida les fuera a caer mal por la impresión, había que minimizar al máximo las secuelas.
Estaban todos reunidos en la sala, incluyendo a Sara, todo estaba bien cerrado en el salón, con un espacio apropiado que dejaron para la transformación de Mariluna. Andrés comenzó a hablar:
—Lo que les voy a contar les va a sonar irreal, a leyenda... aunque algunos de los que están presentes ya la conocen, pese a ello solo saben una parte, estoy hablando de mi padres; pero les aseguro que es verdad cada palabra que salga de mi boca.—expresó Andrés con tacto. Sus suegros tenían clavada la mitada en él y eso lo inquietaba. Sabía que al principito o desde ya estaban dudando de su juicio pero era inevitable, lo importante era aclarar todo lo mejor posible antes de que ellos vieran la realidad con sus propios ojos. Minimizar el impacto.
Todos en la sala centraron en él toda la atención, unos curiosos, expectantes, atentos; otros imaginando lo que iba a decir y los últimos preparándose para escuchar la historia que ya conocían. Comenzó a contar, nuevamente para los que ya la conocen, su aventura en la Amazona, su encuentro con los lobos gigantes, como salvó a la pequeña niña loba y demás. Los padres de Laura lo escucharon hasta el final por respeto, pero no creían ni una sola palabra de lo que Andrés les estaba diciendo, al menos desde donde comenzaba la parte de los lobos gigantes o hombres lobos como también los llamó. Estaban cada vez más alarmados y a medida que iba avanzando en el relato quedaban más convencidos que el esposo de su hija había perdido la razón. Una vez que terminó su narración pasaron a la parte en que Mariluna se transforma.
―Mi hija le va a confirmar todo lo que le acabo de contar.—les avisó secándose un sudor invisible de su frente, su suegro lo imitó sacando un fino pañuelo del bolsillo de su pantalón de vestir.
La niña se dirigió hasta el espacio preparado previamente y se transformó, esta vez sin quitarse su ropa que quedo partida en dos sobre el piso. La pareja de León quedaron conmocionados, paralas personas de ciencia les resulta muchísimo más difícil aceptar que existe lo sobrenatural, se abrazaron como buscando ayuda, apoyo, estabilidad. Uno en los brazos del otro. Se veían conternados y sumamente perturbados. Miraban al impresionante lobo con ojos desorbitados. Laura se preocupó tanto por el estado en que estaban sus padres que sin pensar se levantó y caminando hacia ellos. Sí antes estaban mal ahora sí que entraron en shock. Sus cuerpos parecían convulsionar. Temblaban por la impresión. Sus mentes no eran capaz de dar explicación a lo que veían. Sara solo miraba el gran lobo en la sala y no podía creer que fuera la misma pequeña que cuidaba.
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Editado: 18.05.2022