—¿Qué vive con ella?—preguntó Sandra confundida y extrañada, con expresión de curiosidad y perplejidad en su semblante. Ella creía que Adrián fue invitado como todos los demás. Ya tenía bastante con la impaciencia de esperar a su amiga después de tanto tiempo sin verla además de enterarse de golpe que su profesor, que también era un vampiro al igual que su “casi” novio, el cual pasó la noche completa en su cuarto tras ser gravemente herido y milagrosamente hoy en la noche ya estaba completamente recuperado y encima de todo eso Adrián, porque ya sabía que ese era su verdadero nombre, vivía en la misma casa que su amiga; aún no podía creer todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, su mente estaba tratando de asimilar toda esa información, aunque no estaba segura si al final quedaría cuerda, o quizás ya estaba desquiciada y estaba imaginando un montón de cosas extrañas desde la noche anterior.
—Ya tu amiga te contará, ahora estamos en su fiesta.—le respondió Meliades con ternura y compresión.
—¿Yo me golpee muy fuerte la cabeza en algún momento?—le preguntó Sandra como si fuera una niña confundida, con puchero y todo incluído.Meliades le sonrió divertido, le acarició el rostro y acercó sus labios a su oído.
—Todo es real pequeña, muy real, soy un vampiro y prometo cuidarte siempre.Deja ya de temblar.
—Lo siento—apenas susurró cuando fue interrumpida.
—¡Ya viene!—exclamó Adrián emocionado.
Y Apareció ante la vista de todos la cumpleañera Mariluna, causando el efecto que sus padres deseaban, hermosísima, elegante y modernamente vestida. Lucía un vestido de diseño exclusivo color azul turquí que brillaba con la luz pero discretamente, con un escote pronunciado en forma de corazón que enmarcaba sus turgentes senos. Era toda una deidad (una diosa), una musa, una beldad, una nereida (sirena), una aparición, un ángel... quizás suenen exagerados tantos halagos, pero les aseguro que aún se quedan cortos comparado con su belleza, con lo radiante que lucía esa noche. Dejó a todos impresionados y mudos. La verdad es que a Mariluna no le gustaba exhibirse pero lo hacía por su madre, porque ella quería verla espectacular, deslumbrante y quería complacerla a pesar de que no hubiera recordando su día. También se puso el collar que le regaló su madre Mar de Luna, con su impresionante y hermoso colgante de diamante color azul para recordarla a ella igual ese día, era su cumpleaños aunque nadie, al parecer, se había acordado.
Se apagaron las luces principales quedando solamente unos juegos de luces tenues y una hermosa esfera de colores en el centro del salón girando lentamente y comenzaron a cantarle la canción de feliz cumpleaños, todos juntos y con voces emocionadas, aunque a destiempo y con falta de armonía por algunos, pero para Mariluna era perfecto todo hasta que se dio cuenta que su collar alumbraba, quizás las personas presente creían queera algún efecto especial o quién sabe que otra excentricidad pero ella sabía que alumbraba por un único motivo, allí entre todos esas personas había un vampiro y supuso que era su padre, su cabello también resplandecía de la misma forma pero en medio de tantas luces era aparentemente normal pero hacía que todos la vieran claramente y quedaran aún más impresionado con las luces propias que emitía y contodas las que habían en el gran salón. No obstante pasó la vista por todas partes por si acaso al villano Maikel se le ocurría aparecer, aunque lo dudaba. Mariluna no le había contado, ni a Laura ni a Andrés, del poder del collar. Era algo que no le dio importancia porque creía que ya no quedaban vampiros y ahora que su padre lo era no le iba a decir simplemente que poseía un amuleto mágico que mostraba la presencia de vampiros con su luz, osea su collar o cadena. El mismo que ahora resplandecía en su pecho.
Cuando terminaron y se prendieron las luces de la casa entraron el piscinero y el jardinero sosteniendo una inmensa torta(key, pastel) de tres pisos con la cubierta de chocolate, adornada con una cuevarodeada de árboles que le recordaba donde nació y a su familia, miró a sus padres adoptivos emocionada con lágrimas contenidas, Laura acortó la minúscula distancia que las separaba y la abrazó emocionada, luego Andrés las abrasó a las dos.
Adrián se les quedó mirando, conmovido por el amor que se tenían ellos tres yansioso por encontrar la oportunidad de poderla abrazar y felicitar también. Cuando terminó el abrazo familiar, Laura le entregó una cajita de terciopelo envuelta en papel de regalo y cuando Mariluna la abrió se quedó encantada al ver unos hermosos aretes que combinaba con su collar. Observó impresionada los dos pequeñas piedras preciosas que tenían la misma forma que su colgante.
—Lo siento hija, no son diamantes, son Zafiros.—se disculpó Laura mentalmente.
—¡No debieron gastar tanto!—afirmó en voz alta, reacia a aceptarlo pero al mismo tiempo emocionada por tan especial detalle. Se llevó unamano al pecho e inconscientemente acarició el collar, tenía un valor sentimental invaluable. Sabía que sus padres actuales lo hacían por amor a ella, así que lo aceptó.
—Era algo que queríamos darte para que lo conserves al igual que el que llevas en el cuello, son dos corazones más, el mío y el de tu padre.,V
—¡Gracias!, es un detalle muy especial y no lo digo por su valor material sino por el significado.
—Lo sabemos hija.—le dijo Andrés.
—Acércate para ponértelos—y Laura le quitó los que traía puestos, dejando en el lugar los que le regalaron.
—Pensé que se habían olvidado de mi cumpleaños.—comentó apenada. Ser inteligente no sirve de mucho cuando los sentimientos se ven involucrados. En muy normal que se nuble la razón.
—Como crees cariño, queríamos sorprenderte.—aclaró Andrés.
—¡Y lo lograron!
Entonces Adrián creyó ver su oportunidad, se acercó y la abrazó.
—Feliz cumpleaños princesa.—su voz salió gutural por el nerviosismo. El joven príncipe jamás imaginó experimentar tantas emociones humanas como le estaba pasando desde que conoció a Mariluna. Y depositó un calido y fugas beso en sus labios rojos.—mi regalo—se puso de rodillas como todo un caballero medieval y le entregó una cajita abierta que dejaba ver un radiante anillo de oro adornado con un diamante rojo y decorada con rubíes rojo púrpura. Todos los que lo vieron se quedaron impresionados por la belleza de la joya y lo costosa que seguramente era.—¿oficialmente aceptas ser mi novia?—le preguntó nervioso y sin esperar respuesta continuó—aunque no aceptes el anillo es tuyo, es mi regalo.
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Editado: 18.05.2022