Capítulo#5 Lobos Gigantes

Capítulo 5 Lobos Gigantes.
     
En lo más profundo de la Amazona, allá donde el hombre aun no a podido llegar, sobrevive una especie de lobos gigantes, que no se deja ver nunca por los ojos del hombre moderno y poseen habilidades especiales. Tienen la capacidad de adoptar la forma humana y caminar entre las personas sin que estas notaran la diferencia. Sin embargo se habían adaptado a ese hábitat inhóspita y preferían vivir allí, en contacto directo con la naturaleza.

La Selva Amazónica, conocida también como Amazonía, es un lugar ubicado en la región central de América del sur. Es el bosque tropical más grande del mundo, con cerca de 6 millones de kilómetros cuadrados, que se encuentra repartida entre varios paises. Su vegetación es densa, muy exuberante y crece constantemente a los alrededores del Río Amazona. Cuenta con la mayor biodiversidad del mundo en animales,la flora es típica de una selva tropical humeda, con altas temperaturas y la fauna es asombrosamente variada. En esta selva de tanta biodiversidad, puedes encontrarte: mono tití, perezoso, anaconda verde, caimán negro, ranas, arañas en muchos tamaños y colores, lagarto jesucristo, manatí, Tucanes, guacamayo, pirañas, osos, murciélagos, roedores, pavos, patos, loros y hasta delfines rosados (conocidos también como tonina, boto, bufeo o delfín del Amazona); todos ellos en sus diferentes tipos de cada una de las especies.

Esta especie de lobos gigantes, por libre y espontánea voluntad, vivían en el interior de esta gran selva, rodeados de su flora y de su fauna increíble, con innumerables especies desconocidas por el hombre. Libres y lejos de la maldad de los humanos, en un ambiente natural y agradable. Un hábitat salvaje e ideal, donde tenían todo lo que necesitaban para vivir, para ser felices; para no volver a sufrir más perdidas irreparables de los miembros de la manada, de sus familiares. Allí podían cazar y correr libremente.

Para esa especie, la Amazona era un mágico lugar donde podían vivir libremente y adoptar la apariencia que quisieran, ya sea humana o de lobo, sin causar temor, sin tener que esconderse, sin tener que limitarse a esconder lo que eran en realidad; podían mostrar con absoluta libertad su verdadero ser. En ese recóndito lugar no tenían que aparentar más lo que no eran, ni vivir con una forma que estuviera acorde con los que los rodearan. Su raza era de espíritu indomable y su naturaleza salvaje, entre otros motivos..., los impulsó a quedarse allí para siempre. Eso era lo que querían.

Su mitad lobo predominaba y con el paso del tiempo se había convertido en su única apariencia. En esa forma les resulta más fácil recorrer el bosque y cazar. Preferían estar lejos de los humanos, debido a que en el pasado fueron perseguidos y casi exterminados. Su raza estaba en peligro de extinción, ya que entre ellos era rara y difícil la reproducción. Solo en un eclipse de luna podían quedar las lobas embarazadas e incluso así muy pocas lo lograban. En este último eclipse lunar (Del latín eclipsis, es un evento astronómico que sucede cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece la Luna y se clasifican en: parciales, totales y penumbrales.) la única que logró quedar en espera de un cachorro fue Mar de Luna, la loba líder de la manada. Su esposo Luxor, el macho alfa, estaba muy feliz y a la vez muy preocupado con la noticia.

―¡Al fin tendremos un descendiente, el futuro líder de la manada! ―pensó con orgullo a lo que su esposa le respondió:

―O la futura líder, amor. Puede ser lobo o loba, tenemos que aceptar y agradecer este regalo de la Luna, sin importar su sexo.

Esta especie se comunicaba a través de los pensamientos o hablar como los humanos, sin embargo esto último, sólo cuando tenían esa apariencia.

―Tienes razón, como siempre mi reina, yo te prometo amar a nuestro descendiente sin importar su sexo ―prometió y le dedicó una mirada larga a su adorada Mar de Luna, con una mezcla de ternura y comprensión. El sabía lo fuerte, inteligente y sabia que podía ser una loba, tenía al frente a la prueba de ello, su esposa. Gracias a su sabiduría, astucia y a sus habilidades para sobrevivir, la manada seguía a salvo después de tanto tiempo de supervivencia. Los guiaba, los protegía y los mantenía unidos.

―Ella siempre decía que en la unión estaba la fuerza y así era porque allí seguía su manada. Todos la adoraban y confiaban en ella, se había ganado la admiración y el respeto de cada uno de sus omegas, pero sobretodo, ella se ha ganado la admiración y el respeto mío, es una líder de corazón ―pensaba el lobo con verdadera devoción por su Reina.

―Gracias cielo, no seas modesto porque tú has sido la fuerza y la valentía, se necesita esa combinación de ambos, para lograr todo lo que hemos logrado juntos ―expresó Mar de Luna observando a su esposo con admiración. Miraba ante sí a un macho alfa gigante, musculoso e imponente. Con un pelaje negro como la noche más oscura y ojos azul turquí (adj. y s. Azul intenso)―. Eres el lobo más alto y más robusto de la manada―. No pudo evitar exteriorizar dicha apreciación, luego se concentró en sus memorias y le expresó con verdadera admiración, devoción y amor infinito.

―Fuiste un gran líder durante los años en que yo aún no estaba preparada para asumir mi liderazgo..., aún lo eres a mi lado, se que siempre lo serás, también fuiste un gran padre..., por eso estoy totalmente segura,de que el bebé que siento en mis entrañas,tendrá al mejor padre del mundo; así como yo lo tuve... ―le dijo a su esposo, con esa luz innata que emanaba de sus ojos verdes esmeralda, que inspiran confianza y lealtad.

―Tú siempre tan especial amor, viéndole el lado bueno a todo y a todos ―afirmó con un brillo especial en sus ojos azules, rebosantes de orgullo y amor por esa loba blanca y pura, tanto por fuera como por dentro, recordando el pasado del que ella le hablaba...; aunque no entendía todavía como ella era capaz de leerle sus pensamientos más íntimos, así como si estuviera hablando con ella telepáticamente cuando no era el caso, sin embargo no le dio mucha importancia. Amaba a su mujer y no le ocultaba ningún secreto, nunca le ocultaría nada a su adorada Mar de Luna, estaba absolutamente convencido de eso.