Mientras transitamos por este mundo, experimentamos tanto encuentros como desencuentros, y la mayor parte de nuestra existencia estará ligada a esto, de modo que, tendremos más historias que años de vida, así que, aferrándonos a este último punto, desarrollaremos un poco lo que experimentamos en el proceso en base a los tiempos que corren.
Desde muy pequeña, me dediqué a pensar en los motivos de todo, y no podía dejar de observar a las personas; a la gente que tenían la misma edad que yo pero que a su vez, no congeniábamos para nada. Durante todo ese proceso de crecimiento, fui capaz de entender que no es que yo fuera diferente en muchas perspectivas, sino que también, todos lo somos. Ahora bien, sé de buena fuente que nuestra personalidad se inclina (desde la raíz) a nuestros gustos, pero en especial, a lo que le prestamos más atención.
Nuestros placeres, expectativas, e incluso, obsesiones que no sabemos controlar por la ausencia de un adulto en nuestra niñez, y no digo que sea simplemente el hecho de no tener padres en vida, sino que pueden también estar ausentes de muchas formas como, por ejemplo, no dando una guía al pequeño, y dejando que vaya creciendo por su cuenta completamente solo.
Ahora, si me dejo llevar por esto último, quizás lo que buscamos tenga mucho que ver con nuestros traumas de la infancia, los cuales pueden arruinarnos la existencia de no tratarlos, así que, si alguna vez has tenido una experiencia traumática con padres abusivos o por otros hechos externos (porque puede suceder), es mejor ir en primer lugar a terapia o, buscar otras alternativas, como lo es este libro que intenta ayudar a su lector, al darle un punto de vista al respecto del comportamiento humano.
Continuando con la charla, todos tenemos como dije, diferentes tipos de heridas, sin embargo, éstas siempre se sanan de la misma forma: con otro ser humano. No necesariamente en este ámbito tiene que estar involucrado el amor de pareja o la amistad, sino que hay otro tipo de amor; uno que es aún más incondicional del que somos testigos hoy en día, y a ese yo lo llamo: amor universal.
Cuando estamos solos, y deseamos desde lo profundo una pista que nos llene de esperanza, las cosas mágicamente surgen; llegan a nosotros: vídeos, maestros, canciones, mensajes de gente que no conocemos, gente que se cruza con nosotros y nos dice cosas de la nada, e incluso, situaciones que, por algún motivo, nos arrancan lágrimas.
La magia de estos sucesos, debería darnos el empujón necesario para continuar con nuestra vida, y de forma interesante, lo logra.
¿Y a dónde quiero llegar con todo esto del amor universal?, pues… es que todos buscamos una esperanza, sea la que sea para continuar con nuestra existencia, y dar con lo que más nos hará sentir orgullosos en la vida.
La paz mental; la paz del alma, es algo que todos queremos hallar, y buscamos desesperadamente en otros, pero no es el otro el que nos lo otorgará, sino que éste sólo puede darnos una pista, de lo que nosotros buscamos, y es ahí, donde interviene la sabiduría, la cual se acumulará con los años, para así, entregarnos la respuesta que siempre hemos esperado.
En conclusión, todo tiene un porque, y ese porque, lo encontraremos: investigando, viviendo, amando y ayudándonos entre todos.