Tu mentira desde el universo

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Era un adolescente apagado, tenía muchos motivos para serlo. Ninguno de mis compañeros era amigable conmigo y me había convertido en el puerquito de la clase. Se preguntarán qué es ser el puerquito de la clase. Es la persona que siempre sacrifican sin remordimiento, la que une a todos en una sola causa. En pocas palabras, el mal en común de todos. Si no existe el puerquito, no hay paz y balance en la sociedad estudiantil. Convertirse en el puerquito es fácil, solo le debes caerle mal al más popular de la clase, deben circular un par de chismes que te hagan ver como el malo y dar un par de respuestas incorrectas de tu parte. Si pones resistencia y discutes con el más amado de la clase, ya jamás te quitas el papel que te asignan. Así me ocurrió.

Todo comenzó cuando Hugo no soportó que la profesora de literatura amara el cuento que escribí y me dijera que tenía un futuro brillante como escritor. Hugo siempre presumía de escribir muy bien, de hacerlo desde que tenía memoria y de ser muy popular en una plataforma llamada booknet. Me acusó de ganar por ser el lamebotas de la profesora, y en respuesta, dije que él solo escribía inspirándose en los yaoi que leía y copiando lo que estaba de moda, cosa que no era mentira. Sus personajes eran planos, estereotipados y la trama sosa como predecible. Los demás compañeros le decían que escribía bien, alimentaba su ego a base de mentiras para ganarse la aprobación de él, porque era el chico rico y popular. Le molestó mis observaciones y que no le elogié como hicieron los demás. Me acusó de ser homofóbico, luego de envidioso, inventó que le dejé comentarios anónimos ofendiéndolo, y al final convenció a toda la clase para hacerme la ley de hielo por ser un perro envidioso. Él era la víctima, él se esforzaba mucho escribiendo y yo era un envidioso, y pretencioso. Me acostumbré al desprecio, al inicio me dolió, con el tiempo, fue liberador no tener que fingir y mentir para encajar.

El problema no era tanto que Hugo me convirtió en el puerquito de la clase, sino que nadie confiaba y menos creían en mí. Entonces, cuando apareció el alumno transferido que no era de la Tierra, no tenía a nadie que contarle y que me creyera, sobre la verdadera procedencia de ese extraterrestre. Decidí que lo seguiría y conseguiría pruebas. 

---Datos de los nombres------

Alexandre Cabenel pintó una versión hermosa que amo del Ángel caído.

Lucien significa Luz. Las estrellas brillan en el firmamento oscuro, dan esperezas ante la negrura del universo.

 




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