— ¡Meghan va a sacar a tu perro, por dios! — Oi apenas como me dijo mi hermano desde su habitación porque Axel estaba ladrando lo que quiere decir que quiere salir a hacer sus necesidades pero ah su mama (osea yo) no se encuentra bien.
— ¡No jodas!, sácalo tú si tanto te molesta. — Le grite lo suficientemente alto para que escuchara.
— Si Axel se orina o se caga adentro de la casa los voy a matar a los dos, déjenme dormir. — Dijo mamá desde su habitación. Nunca antes en mi vida me había parado tan rápido, agarre mis lentes y baje lo más rápido posible, ya que sabiendo cómo sería mi suerte tal vez ya se había orinado ahhhh todo por culpa de Cesar. Baje y me encontré con lo peor Axel se había orinado en el borde del sillón ohhh mierda esto esta mal muy mal. — Y mucho menos en los sillones — Volvió a decir mi madre, ahhhh genial.
Ok, no entremos en pánico. Busquemos algo rápido para limpiarlo. Busque lo mas rapido los productos de limpieza entre todo esto Axel me veía desde su cama acostado de lo más normal. — ¿Porque hiciste eso ahh, sabes que eso no se hace ahh? — Le susurre bajo. Ni se inmuto, nada. Meghan solo esta perdiendo el tiempo. Escuche pasos bajar desde la escalera ahhh mierda, mierda…
— ¿Que haces hay agach… Nooo enseriooo, vas a morir — Dijo mi hermano.
— Cállate y ayúdame. — Le dije sin mirarlo.
— ¿Que gano? — Bufe, sabía que saldría con algo así.
— Hazlo porque eres mi hermano — Lo mire.
Negó — Estare sentado por alla, ¿Vale? — Volví a bufar, es malvado.
— Hago lo que quieras cuando me necesites — Me voy a arrepentir de esto.
— Ok, entonces empieza a hacer algo porque huele a orine de Axel. — Me dijo.
Ok casi muero debido a que eche mucho clorox.
— Era que limpiaras no que nos matarás a que axfisiados, sacaré a Axel al patio. — Salió por la lavandería y sacó a Axel.
— ¿Y sientes el olor? — Le pregunté cuando regresó. Lo vi olfatear.
— Se puede arreglar … — Fue a la cocina y trajo un aerosol o algo así de olores y hecho un poco, volvió a olfatear. — Ahora sí. — Y me sonrió, maldito. Fui al baño y dejé las cosas de limpieza tal y como estaban.
— ¿Y qué vas a hacer hoy, hermanita? — Preguntó mi hermano desde el sillón, estaba acostado con solo un pantalón y su pecho de futbolista al descubierto.
— Mira si vas a pedir algo solo hazlo y ya, sin rodeos Cesar. — Le dije.
— Uh, alguien está de mal humor. — Dedujo el.
Le saqué el dedo medio de la mano. — Esos modales Alexandra. — Escuché que dijo mamá, ok momento de la verdad.
— Ya ves pues cómo es tu hija. — Dijo mi hermano.
— Ay callate, tarado — Le dije y él me sacó la lengua tal cual niño pequeño.
— Hoy vendrán sus padres. — Dijo mamá haciéndose un té de canela. — Nose si te vas a quedar con tu padre el fin de semana Cesar. — Le dijo a mi hermano. — Y usted señorita tiene que hablar con su padre. — Me lo dije ahora.
— Nop — Dijo mi hermano.
— ¿Yo, de que? — Dije yo después.
— Ustedes sabrán pues, eso va para los dos. Bueno me voy a arreglar iré a bañarme para ir a trabajar. — Y así nos dejó y se fue en camino arriba a las escaleras. — Meg tu padre vendrá en cinco minutos. — Grito desde arriba.
— ¿¡QUE!? — Le dije yo.
— No creo que eso sea un problema para ti. — Dijo mi hermano.
— Buen punto no se que de que me quejo.
— ¿Y de que se supone que tienes que hablar con él? — Me pregunto el.
— Ya sabes de lo mismo de siempre. — Bufe.
— De que no lo…
— Si, si eso mismo. — Lo frené y empecé a encaminarme hacia las escaleras.
— Meghan… — Me llamó mi hermano desde la sala. — Perdona, vale.
Solo asenti con la cabeza. Subí las escaleras a mi cuarto y me bañe super rápido. Y me vestí con un suéter que me quedaba super grande, jeans rotos y unas nike jordan. Y agarre mis lentes, celular, cedula y cascos. Y salí de mi cuarto.
— Meg, tu padre. — Dijo mi hermano desde abajo.
— Va, grite desde arriba. — Baje y fui a la lavandería para llevar a que Axel saludara a mi papa, se pondría muy alegre. Apenas abrí la puerta Axel salió corriendo en busca de mi papa.
— Hola pequeño, bueno no estas tan pequeño. ¿Que tal?¿Te acuerdas de mi ahhh Axel? — Como lo deduje mi padre se quedó con Axel y el en el piso.
— Pues claro que se acuerda como no se va a acordar Joshua — Dijo mi hermano.
— Hola papá. — Le dije.
— Hola hija, ¿cómo estás? — Preguntó mi padre.
— Bien pa. ¿Qué tal todo? — Le pregunté.
— Cansado, pero bien. — Me respondió mientras se paraba del suelo.
— Ya Axel, ven vamos. — Axel le puso las patas a mi padre creo que como despedida y después se fue. Wow que obediente, raro.