Llevo dos días -este es el tercer día- que intentó enseñarle algo al cachorro y si todavía no tiene nombre. Me encuentro en la terraza con los chicos, ellos haciendo ejercicio; excepto de Tyron, Shon, Dominik y yo. Esteban está haciendo fuerzas con Axel. Nick y Abdiel están jugando fútbol y Cesar está haciendo ejercicio.
Estoy sentada en el suelo y al lado mio a la derecha está Dominik y Tyron a mi izquierda con el cachorro entre sus piernas. Y Shon a su lado con una papas.
— Byron… — Susurra Tyron. — Aparte combina conmigo. — Opina sonriente.
— No, que feo. — Opina Dominik jugando algo en su teléfono.
— Concuerdo con el tarado. — Opina Cesar.
— ¿Aldo? — Opina Shon, comiendo papas y viendo a los demás.
— Parece nombre de viejo. Como tipo ey que onda Aldo… osea no. — Opina Nicko desde lejos pateando la pelota.
Shon lo mira con mala cara. Veo que Axel entra y se echa a tomar de su agua y Esteban para de correr. — ¿Que tal nemo? — Dice Esteban. Todos lo volteamos a ver con cara de WTF, él solo hace un ademán de no saber.
— Maximiliano. — Opina Cesar. — Tiene cara de Maxi. Niego con la cabeza.
— Takeshi. — Dice Dominik.
— No vengas con tus nombres otakus. — Dominik lo mira mal.
— Por lo menos el mío significa guerrero feroz. — Dice sabiamente Dominik.
Cesar lo mira con cara de poker.
— Porque no le pones… Hawking. — Opina Shon.
— ¿Y quién fue ese? — Pregunta Abdiel.
— Stephen William Hawking fue uno de los físicos teóricos, cosmólogos y divulgadores científicos más importante de nuestra época. — Dice felizmente.
— Ok ya entendimos cerebrito. — Le dice Tyron y le revuelve el cabello.
— Pues yo no he dicho ningún nombre así que opino que se llame...— Dice Abdiel. — Sin nombre. ¡Perfecto!
Todos los miramos con cara de enserio. En ese momento escuche a Tyron reír y lo mire desde mi posicion y me senti alegre de que por lo menos hoy este bien, sonriendo o por lo menos por unos momentos olvidar que hoy hace ya 9 años que sus padres murieron en un accidente. Recuerdo que cuando llegó en la mañana le pregunté cómo se encontraba y me respondió que bien y que acaba de venir de visitarlos en el cementerio. Y se que al igual que yo los demás chicos también se preocupan. Asique todo lo miramos y le sonreímos, hasta que Cesar eructa.
— ¿Enserio? — Le pregunta Shon.
Tyron es el siguiente en eructar. Hay dios yo me largo de aquí. Asique entro a casa y veo que está sonando mi teléfono. Lo agarró sin ver quien es.
— ¿Hola? — Pregunto.
— Hola Meg, ¿Cómo estás? — Es mi papá.
— Hola Pa, bien. — Me limito a responder.
— ¿Y qué haces? — Vuelve a preguntar.
— Nada estaba allá afuera con los chicos. — Le respondo.
— Bueno. Que la pases bien saludas a los chicos. Adiós… — Me dice. — Te quiero nena. — Es lo último que escuchó antes de colgar.
Yo también te quiero papá… solo que a veces es difícil. Es difícil olvidar ya que se que tu y mi madre tal vez no fueron las primeras personas en separarse pero, si es un mal recuerdo en esos días en que siento que todo va mal. A veces me pregunto si algún día volveré a decir aquellas tres simples palabras en voz alta, sin temor, sin miedo a lo que pase luego. Entiende que me fallaste y jamas lo espere de ti. Eras mi héroe, bueno sigues siendo mi héroe solo que rompiste algo que creo que jamas se podra reparar ni siquiera con las palabras más bonitas tampoco con pedir perdón o con el abrazo más fuerte ni con un beso de buenas noches.
Y sin darme cuenta estaba en mi cuarto secandome las lagrimas. El tema de mi padre siempre será un tema sensible para mi. Será como una herida que piensas que hasta sanando pero vuelven a tocar el tema y vuelve a doler incluso más que la última vez y es ahí en donde te das cuenta que no ha sanado, que no haz avanzado, que por mas que te esfuerces sigue ahí y tal vez nunca se valla. De ahí aprendí que es mentira de eso que “El tiempo sana las heridas”; el tiempo no sana absolutamente nada…
— ¿Meg estas ahi? — Me saca Cesar de mis pensamientos.
— Si, dime. — Le respondo desde adentro de mi habitación.
— Sabes dónde mamá pone las toallas extras para los chicos. — Me pregunta.
— Yo conozco una manera más fácil. — Me veo en el espejo de mi cuarto, me sacudo la cara y salgo. — Vamos.
Baje hacia el patio trasero. Y agarré la manguera que estaba al lado del grifo y la abrí.
— Ok. ¿Quien va primero? — Les pregunto con la manguera en mano.
Los veo formarse en fila. Ok.
Empiezo primero por mi hermano. — ¡Ay carajo! Bajale tiene mucha presión. — Me dice. Mientras tanto me río. Veo a Nicko y es el siguiente. Veo que Shon decide ir a por toallas en el baño. Y escucho que Tyron conecta su teléfono con mi bocina y pone Danny Ocean - Me rehuso. Y Nicko la empieza a cantar a todo volumen con su voz desafinada. Paso con la manguera a Esteban, y este también empieza a cantar.
— ¡BABY NO!, ¡ME REHÚSO A DARTE UN ÚLTIMO BESO. ASÍ QUE GUARDALO! — Empezamos a cantar todos al unísono. Hay pobres vecinos. Paso a Abdiel, mientras trata de hacer un baile ridículo y casi se cae en el intento pero se agarra de Cesar.
— Y hemos terminado. Vieron que es más fácil y rápido. — Les digo.
— Ok, aquí tienen ropa de closet de Cesar. — Mira al susodicho. Este le sonríe. — Y unas toallas.
— Nos cambiaremos aquí. — Señala Abdiel. — ¿Al aire libre?— Pregunta.
— Pues sí.
— Claro, no me mojaran el piso de la sala. — Respondemos mi hermano y yo al unísono.
Veo a Nicko irse a una esquina de la casa en donde según él no lo verían. Los dejo y entro a la casa me dirigo a la cocina a ver si me pongo a hacer un poco de arroz con pollo para almorzar. Pocos minutos más tarde entra Shon el cual se ofrece a ayudarme.