Tu mirada sobre mi

13. ¿Cuadernos de peluche o stickers?

— ¡Meghan! — Escuché que me llamo Cesar. — ¿Piensas despertar o que? Sabes que mi madre dijo que tu hoy vas con tu padre a comprar cosas de la escuela. — Me avisa.

— Ey, venga arriba. — Me dice mientras trata de quitarme las sábanas. 

— Hm. — Le digo.

— Lo tomaré como en unos minutos bajos y me largo con mi padre y si me quedaré cuidando a tus mascotas, de nada. — Dice sonriente.

— ¿Cuándo llega? — Le pregunto, dormida todavía. 

— ¿Tu padre? En una hora y media, creo. — Responde dudoso. 

 

Me levanto perezosamente y voy al baño, hago mis necesidades y me lavo la cara. Regreso a mi habitación, agarro mi celular y veo el mensaje de mi padre “Nos vemos en una hora y media paso a buscarte.” También me coloco mis lentes y bajo a desayunar, mi hermano me había preparado el desayuno; ah que lindo, me imagino que solo será por hoy. Lo agarro y me siento junto a él en el sofá y veo que estaba viendo una serie el cual no sabía su nombre. Termine de desayunar y lave los platos y los puse a escurrir. Subí nuevamente a mi habitación, busqué un conjunto y agarro la toalla y me dirijo al baño. 

 

Termino de bañarme y me coloco el conjunto que es una sudadera de rayas, un jeans de tiro alto azul oscuro y rotos y unas zapatillas converse, me coloque algunos anillos, trate de peinar mi cabello; al final lo deje suelto.

 

Volví a mi cuarto y coloque la toalla en su lugar, revise la hora en mi celular; faltaba media hora. Genial. Baje de nuevo a la sala y me senté al lado de Cesár a ver lo que sea que estaba viendo y estaba viendo… 

 

— ¿Enserio? Un video de qué hacer con tu vida si no sabes qué estudiar. — Le dije irónicamente.

— Si y callate que tu tengas la vida resuelta no quiere decir que todos la tengamos. — Me responde de mala gana.

— No tengo la vida resuelta. — Le respondo. 

 

Se voltea y me mira con una ceja alzada. — ¿Qué es la verdad? — Le vuelvo a decir. — Mira verdaderamente piensas que porque hayamos estado en una escuela privilegiada quiere decir que el día de mañana seamos alguien importante. Porque yo creo que no, osea no es por desear el mal a los que fueron nuestros compañeros pero sabes muy bien que cualquiera de nosotros, si incluyendonos, podríamos terminar de bajo de un puente drogandonos y el haber estado en una escuela privilegiada no me habría salvado de eso. — Le digo. 

— ¿Tienes miedo? — Me pregunta.

— ¿De que? — Le pregunto para que se especifique más.

— De que la criminalística no sea tu carrera. — Me dice.

— Pues claro, me aterra el pensar que no es lo mio, me aterra el fallar, el entrar a la universidad y no pasar, estancarme. Me aterra decepcionar a mis padres pero más me aterra el pensar que no serviría para eso, que no sería lo mio. Y no se… 

— Pero morirás sabiendo que lo intentaste solo que pues no se pudo… — Dijo él.

Recordé algo. — No se si recuerdas pero, una vez me dijiste que si entrabamos a la universidad e intentábamos una carrera que nos gustara pero si fallaramos… Ya luego se nos ocurriría un plan b, c, d o con cualquier letra del abecedario no; y concuerdo con tu yo del pasado, tiene razón si fallamos ya se nos ocurrirá algo ¿no? — Trate de decir animadamente. Sabía que estaba preocupada, sabía que mamá en ocasiones le mete presión, sabía que tenía miedo y lo abraze como lo hicimos cuando éramos pequeños.

— Te quiero hermanita. — Me dice.

— Yo también te quiero adoptado. — Le respondo.

— ¿Y qué carrera escogeras? — Le pregunto, rompiendo el abrazo.

— No lo se. — Me responde dudoso.

— ¿Algo que hayas querido ser de pequeño? — Le pregunto.

— Un superhéroe. — Responde gracioso.

— Algo que sea más normal… — Le pido.

— Ya hay muchas personas que siguen caminos ya recorridos por muchos hombres, porque hacen lo mismo que otros. Porque no seguir mi propia historia, mi propio camino. — Me responde.

— Ok, pues se un superhéroe. ¿Ya aplicaste para la universidad de superhéroes? — Le pregunto sarcásticamente.

— Si, solo falta que me acepten. — Respondió irónicamente.

— Serás un gran superhéroe o sea lo que sea que decidas ser al final. — Le digo.

— Eso sonó a la propaganda de Barbie. — Opina.

— Bobo. — Le respondo.

— ¿Cómo descubriste la criminalística? Osea como dijiste quiero estudiar eso. — Me pregunta.

— Pues un día me levanté y dije chicos ya se que queremos estudiar. — Le digo graciosamente. 

— Hablo enserio, Meg. — Me dice.

— Ok, recuerdas el verano el que me traume literal me vicie con CSI, NCIS y esos pues. — Le digo.

— Si, nunca habías pasado tanto tiempo en tu cuarto y viendo televisión. — Me recuerda. 

— Si, bueno después de eso me puse a investigar sobre el tema y me encontré con el maravilloso mundo de la medicina forense. Este es un mundo que es muy grande y me di cuenta que lo que mostraban en las series solo era un pequeño porcentaje del mundo forense. Hay tantas carreras que derivan de esto. Y pues me encanto aparte como sabes mi padre es policia de investigacion y le pregunte el me amplió más el tema y hay me enamore mas de la carrera.

— Wow, yo si creo y confío en que si lo vas a lograr. Te vas a graduar y conseguirás entrar a la universidad y serás una gran criminalística. — Me dice sonriente.

— Espero que sea así y también deseo que encuentres lo tuyo. Sigue a tu corazón. — Le digo.

— Muy cliché la frasecita ¿no? — Me responde, leyendo algo en su celular ahora.

— Eh, venga que te estoy dando ánimo. — Le digo sonriente.

 

Y escucho como suena el timbre de la casa, me levanto y voy directo a la puerta. La abro y me encuentro con mi padre. Lo saludo e invito a pasar.

 

— ¿Quieres algo pa? — Le pregunto.

— No, gracias. Hola Cesar ¿Cómo estas? — Le pregunta mi padre.



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En el texto hay: adolescentes, superacion, amorimposibe

Editado: 14.03.2021

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