Tú no sobrevives

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Alexander

—¿Qué es esto? —digo viendo algo negro en el piso, a centímetros de un escritorio, Sergio lo mira y lo toma —Parece un micrófono —dice mirándome por la expresión de mi cara, sorprendido —Tiene a un ayudante, pero él se iba a sacar la máscara, no lo entiendo —Agustín se acerca ayudando a la directora a caminar —No le pude ver la cara al que me atacó —dice ella deteniéndose al ver los cadáveres de sus compañeras y veo como su cara cambia de un segundo para el otro —Solo sé que me hizo grabar un mensaje, hará que todos se junten en el patio, necesitamos detenerlo —dice y agrego, saliendo de la habitación —Necesitamos detenerlos y buscar a Claudia.

La directora me detiene apenas salgo y me observa —Hice un trato para que no les hiciera daño al grabar ese mensaje, no voy a perdonar que las haya matado como si nada —dice y va hacia los pasillos, ve el cadáver de una chica y mi corazón se acelera —Fue mi culpa —pronuncio y ella se acerca al cuerpo, tapándose la nariz con su brazo —no se merecía esto, se llamaba Alicia, cuidaba a mis hijos por las tardes, le importaban mucho los estudios pero sus padres la querían poner a trabajar —Sergio pone su mano en mi hombro y suelto algunas lágrimas —me escondí en los baños y me dijo que si me escondía iba a matar a alguien, no pude pensar en nada antes de que me desmayé —la directora, se acerca a una puerta con cadenas y veo al profesor de Matemáticas, que le habla a ella —Pamela, trae una de las llaves de repuesto del mantenimiento, quizás alguna abre la puerta—grita, para que lo escuche —Si se quedan ahí adentro van a estar a salvo, pero no creo que haya dejado las llaves a mano —me uno a la conversación —Ya estuve ahí, no estaba ninguna llave.

—Tenemos que volver a por Claudia, no la podemos dejar sola —dice Pablo, cuando se escucha un mensaje por el altavoz —Ante las diferentes quejas de ruidos y gritos por los pasillos de este honorable liceo, invito a todos las clases a dirigirse al patio principal para poner fin a este juego sin sentido y encontrar al culpable —Agustín me observa y la directora camina de regreso a la dirección —Vayan ustedes por arriba, avisen que no salgan a los que puedan, nosotros vamos por el otro lado —la clase siguiente a la puerta encadenada comienza a salir y veo a una profesora diciéndoles que esperen en los bancos mientras llegue la directora, nos acercamos y la llamamos.

—Hola, no sé si me recuerdas, Alexander —le digo a la profesora de Biología —Necesitamos que vuelva a entrar a todos y se queden ahí, hay un asesino por los pasillos, seguro escuchó los gritos —me observa y comienza a sonreír, observando a Sergio —Sé que te quedaste a examen conmigo Sergio, pero traer a tu amigo para gastarme una broma, te tendría que mandar a dirección —observo a los chicos, no conozco a ninguno. Él toma mi mano y me dirige hacia la cantina, donde encontramos una gran mancha de sangre en el mostrador, pasamos por el costado y encontramos a la vendedora con un corte en el cuello.

—¡Tú sabias que me vieron! —grito hacia su lugar y me observa dudando —¡Te dije que no iba a matar a nadie, lo hiciste a propósito! —se queda en silencio y revisa hacia afuera de la sala —Me manipulaste para hacer tu trabajo sucio, como me susurrabas tus ordenes, ya no creo poder olvidar como quité una vida —me observa, mientras juega con un cuchillo —Te di órdenes, podías rechazarlas. Yo no tengo la culpa de que no te hayas puesto la máscara y te dejaras ver por personas que dejamos claro servirían para el futuro —dice y cuando ve que quería hablar, coloca su dedo en la boca —¿Qué hubiera pasado si alguna de esas dos ridículas decía tu aspecto? —agrega, saliendo de la habitación.

Agustín

—Directora, debería ir con nosotros, no queremos que esté sola —dice Pablo acercándose a ella, pero niega con su cabeza —No, tengo que revisar si puedo hablar por el altavoz, aunque seguramente esté destruido —llamo a Pablo y subimos por las escaleras, revisamos la biblioteca y no vemos a nadie. La primera clase de arriba no estaba, pero en una de las otras puertas vemos como se asoma una mascara y camina hacia nosotros —Pablo, sube las escaleras —le digo, él me hace caso y corro hacia el otro lado, me volteo sintiendo el golpe que me tira al piso y veo como el otro sube las escaleras directamente hacia él. —¡Agustín, corre! —escucho, y veo pasar por los pasillos a dos rubias y otra morocha, que se me hace parecida a Claudia, así que voy hacia ellas.

—¡Claudia! ¡Claudia! —digo, cuando estoy frente a ellas —¿Lo encontraste? —pregunta, mientras me agarra de los hombros —Sí, si, pero nos tuvimos que separar. Pablo está arriba y no sé si está bien —veo a Sofía a su derecha y a una desconocida —Hola Sofía, lo siento —la saludo y observo a la otra chica —Ella es Andrea, quiere entregar a Alexander al asesino, pero parece buena persona —es interrumpida por los gritos de Pablo, que baja las escaleras del tercer piso en poco de tres segundos, en cuanto sentimos un golpe fuerte detrás, nos volteamos y veo un hacha golpeando la cabeza de Andrea, la sangre cae en mi cara, alguien toma mi mano y me guía para evadir al asesino.

—No fui lo suficientemente clara, quiero a todos en el patio, esta broma se acaba ya —logro escuchar, mientras mis pies se mueven por las escaleras y siento la sangre recorrer mi cara.



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En el texto hay: muertes, asesinoserial

Editado: 30.07.2020

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