Tú y yo, (no)s(otros)

Capitulo 5

Emma

Me estaba atando las trenzas mientras Bianca me miraba, acostada en la cama del hotel. Hoy me vino a recoger para enseñarme la ciudad y poder hablar de su boda .

Aunque con mi pie inflamado, no sé qué tanto pueda recorrer.

-¿Entonces pasaste mal y te doblaste el pie? -acababa de contarle que me había pasado ayer. Ella me mira.

-Si -murmuro.

Anoche fue un desastre.

En muchos sentidos.

Como se comporta Alexandro conmigo.

Fui muy estúpida. Por más que se haya comportado como un imbécil, no se ha ido de mi cabeza.

-Por cierto… no me has dicho nada de como te fue con mi hermano. ¿Cómo te fue?

-mal 

-¿mal?

-se porto grosero conmigo.

Bianca se incorpora, mirándome con los ojos abiertos.

-Bueno… no creí que fuera a ser del todo amable  pero al menos respetuoso.

-pues no lo fue -me encojo de hombros, poniéndome una chaqueta delgada- dejemos el tema de el y podemos hablar de tu boda. Si no me contratases, cuando me habría llegado la invitación. 

- por exactamente eso no te lo dije -dice soltando una risita- quería que tú lo hagas y para eso tenía que arreglar ciertas cosas, y poder visitarte pero no pude, y por eso te mandé un mensaje.

-Como sea, tiene que contarme todo al respecto 

-Claro pero eso será luego de que veas todos los bombones que te puedes encontrar aquí y tal vez consigas uno. -lo dice levantando las cejas de forma graciosa. Y pasando su brazo por mis hombros.

-No creo que esos bombones me miren si camino renga -suelto riendo, y encaminándonos a la salida de la habitación.

***

Ya no puedo más los pies, nos pasamos toda la mañana paseando por Roma, es increíble las hermosas arquitecturas, conocí el coliseo romano y fue hermoso.

Pero a pesar de todo, no siento las piernas y no soy precisamente una persona que hace ejercicio.

Con Bianca fuimos a un restaurante de nombre que no puedo pronunciar sino pasaría vergüenza. Comiendo una pizza y hablando de sus ideas para la decoración. Me comentó que quería utilizar margaritas y orquídeas, su ceremonia será de un estilo minimalista, al aire libre.

Ahora mi cabeza vuela de ideas para hacer esta la mejor boda, ahora me encuentro entrando a la biblioteca Casanatense, y creo que me enamore, no puedo borrar la sonrisa de mi rostro, desearía quedarme a vivir aquí, es inmensa y ¡con globos terráqueo más grandes que yo!

Podría llegar a gastar todo el dinero que traje en este viaje solo en este lugar.

Recorro cada pasillo, observando los lomos de los libros, buscando alguno que me llame la atención. Y uno lo hace pero claro tendría que subir una escalera casi para poder sacarlo de ahí. 

Salto lo que puedo intentando no lastimar mi tobillo, para alcanzarlo.

-Al parecer ya se te pasó el dolor del pie, si ya estás saltando para sacar un libro. -me doy vuelta tan rápido que el la puntada que me dio en el pie me hizo desequilibrarme y quedar apoyada en el estante.

Ya me había olvidado de este tipo, porque tenía que aparecer justo ahora y joderme la tarde. Estaba recargado en el estante de al frente con una postura tan despreocupada, y con el pelo despeinado, parecía algo agitado.

-¿Y qué? ¿Te afecta en algo a ti? -trate de sonar a la defensiva y no parecer nerviosa por su mera presencia.

-No claro que no, pero me hubiera quedado mejor ser como el héroe y ayudar a la princesa a sacar su libro. – mierda porque su sonrisa, me da escalofríos.

-pues eso no te queda a ti, mejor y seguí con tu papel de tonto, es más tu estilo. -Con eso me podría haber sentido genial pero él tenía que acercarse a mí y cargar mi momento.

-y tú qué sabes cual es mi estilo -apoyó su brazo en la repisa, bloqueando el paso de un lado de mi cuerpo.

-No lo sé ,pero  los famosos egocéntricos son muy parecidos entre ellos. – con su cercanía podía apreciar más su rostro con facciones fuertes. Note algo que me llamó la atención, parecía tener lentillas en sus ojos. Usualmente me doy cuenta muy fácil de los detalles mínimos de la gente, y con él me pasa algo que me podría quedar horas aprendiendo de cada uno de ellos.

¿Por qué usar lentes de contacto?

-Veo que rápido clasifican a la gente. Te tenía como una chiquilla tonta, me sorprendes. 

-pues que bien, ahora apártate. -traté de mover lo, empujándolo con mi mano por su hombro, pero es como una roca gigante.

-¿estabas con mi hermana hace rato? – como puede acercarse todavía más, siento que pierdo el aire, y empiezo a hiperventilar. Siento que alguien nos observa, y eso lo pone peor.

-P-ues sí, hablando de las flores que quiere. – necesito espacio, intentó mover lo de nuevo y parece ceder un poco – No podrías moverte un poco, por favor.

- está bien, ¿te sientes mal?, estás temblando. -su apenas roce de la piel de mi brazo y su mano parece tener un efecto de calma en mi por alguna razón.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.